El pasado 19 de junio, con motivo del día de la música, la Fnac de Callao ofreció un concierto gratuito de Deparamo, Coque Malla y la única fecha en Madrid de Marky Ramone desde las 20:30, y sorprendentemente con puntualidad.


El pianista granadino Deparamo, junto a su banda, pusieron un enérgico principio al espectáculo, mezclando géneros y míticas canciones, desde ‘Smells like teen spirits’ hasta ‘Barbra Streisand’, en un repertorio votado por los socios de Fnac en una encuesta. Una propuesta de lo más atrevida que salió airosa, ya que despertó al público tal y como tenía previsto.

Llegó el turno de Coque Malla, todo un veterano en estos terrenos, y que recién aterrizado de Argentina, supo mantener el ritmo en un concierto de media hora, con un repertorio en el que recogía temas de sus tres principales discos, La hora de los gigantes (2009), Termonuclear (2011) y este El último hombre en la Tierra (2016).

‘La señal’ fue la elegida para empezar el repertorio, como era obvio, siendo la canción inicial de su último trabajo, paso a un viejo clásico, ‘She’s my baby’, y nos regaló otros como ‘Berlín’, como no podía ser de otra forma, ‘No puedo vivir sin ti’ o ‘La carta’, en lo que traía las nuevas canciones, optando por el single ‘Lo hago por ti’, ‘El último hombre en la tierra’ que da título al disco, ‘Cachorro de león’, ‘Todo el mundo arde’, ‘Escúchame’ y un cierre con una emotiva ‘Santo, santo’.

Un repertorio de lo más acertado, breve, con una buena banda y un Coque Malla de lo más despierto, que lo dio todo, bailes incluidos.

Hora de Marky Ramone, con Andrew H.K. al frente y muchas ganas de disfrutar, como se intuía por las incontables camisetas de los Ramones que se podían ver en la plaza de Callao.

Un frenético concierto que hace las delicias desde que suenan los primeros compases de ‘Rockaway beach’, no hay dudas, todo va a salir bien. Pura actitud y energía sobre el escenario, Andrew H.K. Salta, grita, canta, baila y sobre todo escupe y arranca la publicidad de Fnac para lanzarla al público. Mientras tanto, se suceden los incontables clásicos de la banda neoyorkina, ‘Sheena is a punk rocker‘, ‘I wanna be your boyfriend’, ‘I wanna be sedated’, ‘Gimme gimme shock therapy’, ‘Teenage lobotomy’, ‘The KKK took my baby away’… Y así durante 45 minutos de concierto, sin un minuto de respiro. Una mención especial a ‘Surffin bird’, y la versión de ‘What a wonderful world’ (previamente versionada por Joey Ramone).

Una suerte de máquina del tiempo que te hace sentir de vuelta en los 70’s, y que te hace vivir una experiencia única de la mano de los Ramones, o al menos, lo que queda de ellos.

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