La séptima edición de la Muestra Internacional de Música Independiente Monkey Week se ha consolidado como uno de los puntos clave de la música independiente en España, batiendo récords de asistentes, profesionales, bandas… Os contamos aquí un breve resumen de tres intensos días difíciles de olvidar.


 

Viernes

Era mi primera vez, pero no la primera que El Ukelele asistía a este evento (se queda corto llamarlo “festival”) musical que cada año cobra más importancia, el Monkey Week. He de decir que tenía buen Cicerone que me iba a facilitar el trabajo y a explicarme el, aparentemente, complejo funcionamiento del Monkey Week (aunque basta con leerse el “Manual de supervivencia” y pasear un poco para comprender la magnitud del evento y organizar las visitas a las salas -algo más de una decena- que acogen todos los showcases). Lo primero era recoger mi credencial de prensa y, con ella, el “Manual de supervivencia” que iba a manosear compulsivamente durante todo el fin de semana.

Recién llegada desde Madrid no me dio demasiado tiempo a disfrutar de la primera noche, la del viernes, aunque sí pude acercarme a conocer a Carmen Costa, un grupo de garage y rock que venían desde México (la organización del evento nos comenta que es la edición con más participación internacional hasta el momento) que actuaban en la Sala Milwaukee (escenario Miel de Moscas). Tras ellos, la inclasificable psicodelia, cercana al postrock, de Opatov nos atrapaba un rato más en ese escenario. Una de las salas principales, Mucho Teatro, presentaba un retraso considerable en su programación, de hecho, la actuación de Crudo Pimento tuvo lugar más allá de las 12 de la noche, con un sonido no tan bueno como hubiéramos querido y que no me dejó disfrutar de estos murcianos como lo había hecho otras veces (por ejemplo, el año pasado durante el Sonorama). Tras ellos, y en la misma sala, Biznaga sonaron también flojos así que, con todo el dolor de mi corazón y el cansancio del viaje, no pude disfrutar el rock instrumental y potente de Toundra, unos auténticos tornados sobre el escenario.

Sábado

Me levanté temprano ya que una de las cosas que más me apetecía eran las Jornadas Monkey Brain Networking. Tras el desayuno, la psicóloga encargada del coaching, Susana, nos “obligó”, por nuestro bien, a entablar conversación con gente que no conociéramos. La finalidad era conocer a gente y poder entablar relación e iniciar nuevos proyectos. Y fue muy fructífera ya que conocí a gente con la que, motu proprio, jamás hubiera hablado.  Todo pasaba con fluidez y con asombroso orden. La siguiente actividad eran las charlas profesionales, en este caso me quedé a escuchar la conferencia sobre las relaciones entre España y Latinoamérica y las relaciones entre los países latinoamericanos entre sí. Muy interesante conocer cómo son las estrategias que la promotora Charco utiliza para mover a sus artistas allí y aquí y cómo Ocesa, promotora mexicana, prepara uno de los festivales más grandes de latinoamérica, “Vive Latino”. Los minishowcases y los stands profesionales se entremezclan en el entorno de las bodegas, provocando un ambiente perfecto para conocer nuevos artistas o decirle a un sello discográfico cuánto te gustan sus artistas (y sin ser peloteo, claro).

Después de comer, y para hacer la digestión bien, me acerqué a ver el punk de Gentemayor al escenario de la plaza Alfonso X, un lugar que, sin duda, sirve para acercar al pueblo la música independiente al ser uno de los escenarios gratuitos. En la Sala Super 8 (Escenario Ponche Caballero) actuaban nuestras queridas Agoraphobia, ganadoras del primer #VodafoneYuMusicTalent. Estas gallegas ya han actuado fuera de España (en el prestigioso festival South by Southwest, en Austin, Texas) y su garage rock dará muchísimo que hablar. Tres grupos se nos solapaban (algo que no es extraño en este festival, pero de eso va, de llevarte gratas sorpresas pequeñas y luego desarrollar tu amor por las bandas que has descubierto): el rock murciano de The Purple Elephants; el supergrupo liderado por Ángel Carmona, Franela, cuyo homenaje al rock setentero apenas pudimos disfrutar debido a la lluvia; y lo experimental de Matatigre, a quienes había conocido durante la fase de networking, por eso fui a verles. Pasé a echar una “orejeada” al pop rock sevillano de El Imperio del perro (de quienes ya os habíamos hablado aquí). Desde Chile llegaban los “bailones” de Vuelveteloca, una apuesta muy interesante y digna de guardar en el oído. Belako se habían caído del cartel y a mi me apetecía muchísimo volver a ver a Siberian Wolves, así que me acerqué a la sala Gold (escenario G-Shock) a disfrutar del rock con tintes psicodélicos de estos valencianos (de quienes puedes leer la entrevista que les hicimos aquí), fue una lástima que comenzaran a sonar bien a partir de la sexta canción, afortunadamente el tema nuevo que presentaron, más cercano al punk, ya sonó genial y nos fuimos con buen sabor de boca. La Muestra también tiene espacio para los grupos oriundos, uno de ellos es Furia, con una espectacular puesta en escena para su “atropellante” rock con sabor a western. Como habíamos conocido por la mañana a los chicos de Demian Records nos acercamos a ver el directo de Ramírez, un grupo que recordaba al pop de Belle & Sebastian y que se ganaron mi corazón dedicando un tema a David Lynch y viendo que, en sus canciones también hay guiños cinematográficos. Uno de los directos que más esperaba era el de los irlandeses Delorentos cuya exitosa gira terminaba en el Monkey Week, con ellos habíamos charlado en marzo (puedes leer la entrevista aquí) y tenía ganas de comprobar su impecable y arrollador directo.

Domingo

Ya se me hizo duro madrugar el último día, pero me apetecía repetir la experiencia del networking ahora que le había “pillado el tranquillo”. Entre conocer a más gentes, reforzar las amistades del día anterior y asistir a las charlas se nos pasó la mañana entre stands, saludos, minishowcases y, sin olvidar, el Flamonkey que este año cumplía su segunda edición. En la plaza de Alfonso X sonaba el pop electrónico de Unsuspected, una propuesta más que interesante que, quizás hubiera quedado mejor en una sala recogida. El escenario del Muelle de Vapor lo habían cambiado a una sala debido al mal tiempo así que allá fuimos a ver a Disco Las Palmeras! que nos destrozaron el tímpano con su potentísimo directo (les vemos carne de Proyecto Waikiki). Nos quedamos con muchas ganas de entrar a ver la extraña y embaucadora propuesta de El niño de Elche en el Teatro Muñoz Seca con su mezcla de flamenco, poesía y elementos electrónicos. Músculo! actuaban en la misma sala que Disco Las Palmeras! con su electrónica onírica. Milk it, a quienes ya habíamos disfrutado en la inauguración de la nueva temporada del Proyecto Waikiki, volvieron a hacernos disfrutar de su rock and roll. Llegamos a tiempo para terminar el ver el concierto de Chencho Fernández y el fin de fiesta protagonizado por el Grupo de Expertos Solynieve como colofón de calidad para este evento tan peculiar.

No puedo olvidar mencionar al grupo que me ha arrebatado el corazón, los AznaryBotella. Imprescindibles.

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