Tu Otra Bonita presentaron The Cortijo en la sala Caracol de Madrid con un sold out y demostrando que se van a quedar les pese a quien les pese. La vida puede ser maravillosa.
En Madrid, abril juega al despiste con el tiempo que nos presenta igual que ocurre con los ejemplares que una se encuentra en el fragor de los antros noctámbulos. El pato no estará sobre la mesa hasta que no se culmine la jugada y no son pocas las ocasiones en que hacerse el muerto parece ser la vía de escape de más de un ave (y no tanto). De igual modo la primavera aparece y desaparece como si del Guadiana se tratase y el pasado viernes se presentó con la lluvia antes de que fuéramos culpables de su danza. Poco importó el chapuzón para los presentes: Tu Otra Bonita nos había invitado a su cortijo en la sala Caracol y nadie quería perdérselo.
Con los teloneros, que atendían al nombre de Bohemios Autorizados, desafiando a los primeros valientes al bailoteo más rumbero, los baños partían vacíos mientras que el guardarropas hacía su agosto. A no ser que vinieras virgen de oído o engañado de buena fe por amigo, amante o cuñado, sabías que venías a un concierto en el que perderías peso de tanto mover las caderas, empinar el mini de cerveza y (quizás) perder alguna zapatilla bailando ska (en ocasiones sucede). Y los parroquianos congregados sabían a lo que venían. El ambiente que se vivía dentro de la sala Caracol tenía el aroma de esas primeras fiestas primaverales, del bienvenido terraceo y de la sonrisa perenne en el rostro. Bohemios Autorizados y Tu Otra Bonita eran los culpables de que el público pensase que el concierto formaba parte de la programación de las fiestas de San Isidro, imaginándose coexistir bajo el cielo natural, en las Vistillas y con cigarritos naturales. La sala iba sumando asistentes (recordemos que se marcaron un sold out) mientras que la banda catalana Bohemios Autorizados subía la temperatura por medio de su propuesta de anarquía y rumba. Disfrutaron ellos y disfrutamos nosotros de su #kungfurumba desde Embajadores a Vallecas.
Con el ritmo ya en vena, la sala se volcó a los laterales a tomar el avituallamiento necesario para comenzar la ascensión a La Bola del Mundo: birra fría para calmar las pasiones que empezaban a fraguarse entre los presentes. Tu Otra Bonita surgió tras el telón teatral del escenario de la Caracol triunfantes y sabedores del recorrido que está teniendo The Cortijo, pero también prudentes como si bebieran del cholismo actual. El público estaba ya ganado, pero el espectáculo tenía que empezar para repartir estopa en la presentación de su último disco. Tu Otra Bonita son unos perfectos conquistadores y saben manejarse como pez en el agua por los antros suburbiales que predominan en la noche crápula madrileña. Conocen a la perfección cómo camelar a neófitos y cómo reconquistar a antiguos amantes mientras te cuentan al oído batallas bregadas frente a los grises, historias surrealistas de alcohol ilimitado o amoríos acompasados a la luz de Catalina. Y tu caes, claro. Siempre caes. Empiezan recordándote la historia de ‘Willy el maño’ para que sonrías y después te asaltan con ‘Sola’, un golpe bajo y emocionalmente efectivo. Ahí la guitarra y el cajón flamenco te desarman y sin saber bien cómo te descubres en sus brazos mientras intercalan instrumentales con versiones secretas de Chabela Vargas, el Dúo Dinámico, Camarón de la Isla o Britney Spears. Con ellas aún eres consciente de que estás ante un bicho raro, pero Tu Otra Bonita son capaces de tirar tus prejuicios por los suelos y llevarte de viaje a paisajes tan diferentes como los vividos con la bonarense ‘Tango’, la latina ‘Mantequilla, el ska salvaje de ‘Terroristas’, el desliz sugerente de ‘Queena Lagarta’ o la electrónica de extrarradio de finales de ‘Constelación’. Su monstruo te atrapa, te practica vudú para que corees y bailes al son que te marca, creyéndote ser uno de ellos en esa plaza del Sonorama de ‘Robo’. Es entonces, en ese momento de éxtasis, cuando Tu Otra Bonita deciden marcharse dejándote con las ganas. Casanova ríe acodado en la barra ante el jaque a la reina, viéndose reflejado en las tácticas de perro viejo que veía ante sus ojos. La noche empezaba a ennegrecer y los presentes andaban ya pendientes del ligoteo animal de after que del regreso de Tu Otra Bonita. El ambiente de verbena era más que evidente. The Cortijo aún no había terminado y decidieron empezar el cortejo con la suavidad de ‘Ganas de’ y bailarse un lento agarrado para derriba cualquier mínima duda. Después del chotis, de la reivindicación de lo que acontece en la industria musical y de declararse a nuestros pies por seguir a su lado, el concierto tocó el cielo con los dedos desde ‘Berlín’ junto a ‘El Camello’. Fuera llovía, pero dentro de la Sala Caracol, el infierno no hacía más que subir el fuelle y la temperatura. Desde su primera despedida, se oían cánticos de una de sus canciones más bailadas, ‘Se Quemó’, y así fue como terminamos: achicharrados ante la magia de Tu Otra Bonita. Como después de un buen polvo, al día siguiente sonreía al recordar el concierto y en mi mente sólo quedaba una incógnita: ¿para cuándo el próximo?