El paso de Siniestro Total por la sala REM de Murcia junto a los locales Grinder deja como resultado un Sold Out y una noche para el recuerdo


¿Por dónde empezar? He de decir que no había visto antes a Siniestro Total (ojalá), para mí se trataba de uno de esos grupos que a pesar de no ser fan tenía que ver al menos una vez en la vida y que al mismo tiempo me daba mucho respeto a la hora de escribir, pocas bandas del panorama nacional han convertido el punk en una cultura popular como ellos en sus más de 30 años de existencia.

La banda local Grinder también sabía de qué iba la cosa, tras subir al escenario ya avisaban de que nunca habían tocado para tanta gente, y es que abrir para Siniestro Total debe de ser una experiencia para el recuerdo. Los de murcia comenzaron con una sala medio llena, con ganas de coger buen sitio y una cuerda rota en el primer tema (gajes del oficio) que repondrían rápidamente tras unas palabras con el público y ánimos de conocidos.

Tras el corto parón continuaron un breve concierto que sonó correctamente con temas de sencillas letras cuyas melodías hacían que prestaras atención a las guitarras, grata sorpresa la versión de un grupo que hacía honor al nombre de la sala, “The One I Love” de R.E.M.

Al terminar se iluminan unas iniciales “ST”, una avalancha humana alcanza la primera fila y es casi imposible moverse, miras hacia atrás y ves que el público llega hasta la puerta, se veía venir algo grande. Con un vestuario elegante salen los de Vigo al escenario mencionando a Rodrigo Rato y dedicando la noche a Josephine Witt, activista alemana que arrojó confeti al presidente del Banco Central Europeo.

Con “Yo Dije Yeah” da comienzo un espectáculo de dos horas que daría un repaso a toda la carrera de estos veteranos, con un público muy heterogéneo en el que encontrabas camisetas de Kortatu, paisanos gallegos, seguidores veteranos, seguidores no tan veteranos e incluso primerizos como servidor.

Con los ánimos ya por las nubes encarrilaron una primera mitad del espectáculo con clásicos como la versión galego-celta de Lynyrd Skynyrd, “Miña Terra Galega”, en la que por unos minutos todos fuimos gallegos, y algunos más actuales como el single “Chico de Ayer”.

No hace falta decir que los miembros originales siguen en forma, bastaba con ver la intensidad que mantenían en cada canción y cómo se entregaban los asistentes con aquellos pogos en “Chusma” “Vamos Muy Bien”, todo ello sin perder la elegancia con la armónica y los acompañamientos de saxofón en críticas sociales como “La Paz Mundial”.

La noche discurrió también con algo de humor entre canción y canción, Julián le seguía el juego a los gritos del público “Enséñanos la *****” (no, no lo hizo, por si os lo preguntabais) y contando verdades como puños en “España se Droga”. 

En la segunda mitad del concierto no faltaron himnos como el que acompañó al Diario Pop de Radio 3 a modo de sintonía, “Camino de la Cama”, el efecto wah-wah de pedal con “Todo por la Napia”, “Diga qué le Debo” o los punteos de guitarra en “Cuánta Puta y yo qué Viejo”.

Como era de esperar, toda la gente que se amontonaba en las primeras filas no se movió en los bises, no era plan irse sin escuchar las últimas balas que quedaban en el cargador. Tras una corta espera volvieron a salir para rematar la noche junto a los gritos y saltos del público, que disfrutaba al ritmo de “Bailaré Sobre tu Tumba” y de la versión de Highway To Hell con “Somos Siniestro Total” entre otros.

Tras una noche de Sold Out y un gran directo sólo puedo decir que me arrepiento de no haber visto antes a un grupo referente como ellos, sobre todo con integrantes como Germán Coppini. Pero una cosa está clara, queda Siniestro Total para rato.

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