Crítica de Pieles medio libre de spoilers (siendo como es, esto es muy muy difícil) y totalmente personal.


Hay que ser, por favor, sinceros al hablar de esta película, porque una cosa es que sea lo que es, y otra muy distinta, y peligrosa, darle un bombo y platillo y halagos que tampoco es que se merezca en exceso.

Veamos:

1) ¿Te va a dejar con el culo roto y sin saber que pensar o sentir? Mil veces sí.

2) ¿Se huele el talento de alguien que, detrás de la cámara, está destinado a hacer algo nuevo dentro del estático cine patrio? Podéis apostar lo que queráis.

Pero:

3) ¿La historia es novedosa? Más o menos.

4) ¿La narración está bien estructurada? Medio más o menos.

5) ¿Va a ser recordada para siempre? Pues seguramente sí, pero no por lo que muchos se empeñan en gritar una y mil veces.

Antes de empezar a alabar sus puntos fuertes y despellejar los débiles quiero dejar claro que me gustó Pieles. Tiene todos los ingredientes que le pido a una película, desde un ojo cinematográfico muy personal y valiente, pasando por una historia diferente, a unos actores que se dejan la piel (lo sé, ha sido muy malo, pero no podía decirlo de otra manera) y que le dan personalidad a personajes muy difíciles, además de una estética única que nada tiene que envidiar a otros directores extranjeros o patrios. Por si fuera poco, no hay un solo segundo de esta película que te expulse de ella y te haga pensar que estás viendo otra (en las de acción, terror, misterio o thriller pasa mucho esto), y eso es algo que hay que aplaudirle a Eduardo Casanova, que estoy seguro que dentro de unos años, o en menos, será un director de los de cabecera.

Ahora, lo siento, toca la obligada parte de esta reseña en la que me veo en la obligación de decir que esta película es una de notable bajo, que no está mal, pero en mi opinión podría haber alcanzado sin problemas el sobresaliente. Y es que detrás de toda la estética rompedora y los personajes grotescos y, sobre todo, de intentar hacer que los espectadores experimentasen sentimientos enfrentados, hay una historia demasiado fracturada y un mensaje algo simplón. Casi no se le podría llamar película, ya que en realidad no deja de ser un grupo de cortos con un hilo muy fino en común pero sin mucho gancho por separado. Sí que algunos de los capítulos son brutales, como la de la niña del ano en la boca o la de la prostituta sin ojos, pero el resto de ellos me han parecido exageradamente fáciles de concluir, con frases y conclusiones que se veían venir, que no es del todo malo, pero por el camino no conseguían que sintiera junto a los protagonistas. Todo lo de la enana del programa de televisión y lo del sireno, y desde luego la historia de amor entre los desfigurados, se nota que Casanova quería decirnos algo importante, golpearnos en las costillas, pero a mí solamente me hizo algún rasguño encima de cicatrices que ya tenía.

Con esto no estoy diciendo que sea una mala película, para nada. Solo que peca, en mi humilde opinión, de querer abarcar demasiado y, por eso mismo, se queda a medias en la mayoría de los casos.

Pero tengámoslo claro, Eduardo Casanova es el futuro del cine español, junto a Carlos Vermut, Alberto Rodríguez y Cesc Gay, y estoy seguro que su próxima película va a dejarnos aún más perplejos, porque Pieles ha sido la alfombra sobre la cual este chaval va a tumbarnos a todos algún día para darnos patadas donde más nos duele. Y, al menos yo, sonreiré a cada golpe que me de.

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