Sobre la vida, los bajos de segunda mano, el recorrido de los teloneros, la importancia de las amistades en estas lides o la problemática de tocar fuera de tu círculo de protección. Una charla entre colegas. Eso es lo que fue la entrevista que hicimos a Lab’s Trapp, viejóvenes conocidos, en una terraza cercana al artístico MNCARS. El próximo viernes estará en Proyecto Waikiki junto a El Punto G de Cristina. El lunes publican Manual de instrucciones del insomnio. Igual hay que ir a verles y oírles.


Os entrevistamos hace un año: ¿cómo lo habéis vivido después de la publicación del primer disco para Lab’s Trapp?

Ambos: En líneas generales podemos decir que nos ha ido bien.

Javi: Lo único es que nos quedamos con la espina de no salir apenas de Toledo y Madrid (salvo para ir a Navalmoral de la Mata).

Es difícil salir de tu ciudad.

Javi: Sabes que vas a palmar pasta. Al menos al principio. Coges un día y decides que vas a ir a Valencia, contactas con bandas de allí, van a ir a verte diez personas, palmarás el dinero de la gasolina y el hospedaje pero la experiencia la vas a disfrutar. Al menos ese es el objetivo. De esas diez personas que vayan a una o dos les gustaremos e irán a la próxima.

Creas sinergias. Ves mundo porque llega un momento en que desmoraliza.

Javi: Lo hablábamos hace poco con los colegas de Psicología Inversa: justo en el segundo EP o trabajo es el momento en el que una banda se estanca o tira hacia delante.

Poty: También puedes quedarte en tu zona de confort, pero tienes que correr riesgos.

Javi: De hecho la idea para este nuevo disco es tener una gira preparada de antemano para 2016. Pero es lo que hablamos, que es la pescadilla que se muerde la cola. Hemos tenido que adoptar un perfil en redes similar al de un community manager agresivo con una estrategia (casi) viral para comprobar que de esos seguidores surgen otros nuevos que te invitan e incitan a ir a su ciudad.

Poty: Es una bola de nieve que si empieza bien…

Javi: Es acojonante esto de las redes sociales. Un grupo de mierda vas a ser igualmente, pero no va ser igual si tienes 120 o 1.000 seguidores en Instagram. La gente no te va a ver igual.

Ahí entraríamos en el comportamiento de los anónimos en las redes sociales.

Javi: Yo reconozco que soy el primero que se fija en eso a la hora de escuchar a una banda.

Me parece muy mal (risas).

Javi: Lo sé. Si nunca sabes qué te vas a encontrar. Como ocurre con los conciertos. Mira en el anterior Proyecto Waikiki con Bubble Bones, que me quedé de piedra. Ya sabéis niños, ¡apoyad a las bandas que no conozcáis! ¡Escuchad al telonero siempre! (risas y derivaciones de la conversación del recorrido del anonimato al estrellato de bandas como The Black Keys o Biffy Clyro)

Vais a estar en Proyecto Waikiki presentando Manual de instrucciones del insomnio. ¿Qué nos contáis sobre el nuevo disco?

Javi: A un año vista, nos hemos dado cuenta de que lo trabajamos muy poco.

Pero queréis igual al niño.

Poty: Claro, es nuestro primero. Con Manual de instrucciones del insomnio creo que intentamos transmitir más qué se va a encontrar el público en nuestros directos. Últimamente me he encontrado con personas que opinan que disco y directo tienen que ser independientes, pero personalmente creo que si puedes dar un idea más cercana a ese directo va a ser siempre mejor. Nos ha pasado que cierto público ha venido después de los conciertos a decirnos que Deola sonaba flojo respecto al directo.

Javi: Yo soy de la opinión contraria, pero nosotros no somos músicos tan virtuosos como para ofrecer algo tan diferente en estudio y en directo. En el primer EP se perdía energía y eso es lo que queríamos aportar nuevo en este segundo disco.

Quizás la virtud está en el término medio. (de nuevo aparece Biffy Clyro, acompañado por el anuncio de Mahou y la importancia, o no, de lo económico a la hora de la grabación)

Javi: ¡Qué filosófico! Ya te digo que no somos virtuosos, pero sí que hemos intentado con este disco aportar otro punto de vista. Por ejemplo, con este nuevo trabajo hemos estado muchas horas dándole vueltas a la batería. Hemos creado armonías más complicadas.

¿La portada de Manual de instrucciones del insomnio también va a ser un guiño al arte?

Javi: Finalmente no. En un principio pensamos tomar prestado Duelo a garrotazos de Francisco de Goya, una reinterpretación con dos gemelos. Pero después nos dimos cuenta de que igual que a nosotros siempre nos han dado la oportunidad de hacer lo que queríamos, nosotros debíamos contactar con un diseñador o fotógrafo que se escuchara el disco y plasmara lo que esas canciones le sugerían. Sólo podemos decir que ha salido muy chulo. (Nota de la autora de la entrevista. Os dejamos con Hopper)

Siendo la única persona que ha escuchado (en primicia) el disco sin haber fornicado con vosotros, la pregunta sería: la vida, como el disco, ¿son ciclos?

Poty: Ciclos, etapas. La vida es como una montaña rusa en los que hay días que estás arriba y otros abajo.

Javi: Si tomas Prozac es más lineal (risas). Sí, esa es la idea. Todo es cíclico aunque no queremos empezar a hacer filosofía. Al principio éramos camellos, luego fuimos leones y acabaremos siendo niños.

Poty: Después una piedra, quizás…

Javi: Ha sido un año en el que todos hemos dormido poco y pensado mucho. Personalmente, me gusta lo conceptual pero como no tenemos la capacidad para crear una obra conceptual completa, damos pequeños matices en el disco. De ahí la idea del insomnio y la posibilidad del cambio de vida, una cuestión que a todos se nos presenta cada noche. Para eso está la filosofía oriental, esa gran olvidada en Oriente. Por ejemplo, en las artes marciales al principio de cada clase te hacen sentarte en el suelo, cerrar los ojos y durante un minuto estar en silencio para dejar todos los problemas fuera. Y, después, al terminar la clase repites el proceso y piensas en lo que has aprendido en esa hora, lo guardas y lo que está fuera, ya vendrá. Es un poco esa idea de no poder dormir, hacer catálogo de lo que está pasando y ya cuando amanezca será otro día. En resumen: sí, la vida es cíclica. Y las noches también.

“Dormir” es el tema más sexual. Se nota en esa cadencia de la canción. ¿Por qué gusta tanto hablar de follar?

Javi: Perro ladrador poco mordedor (risas). La música y el sexo siempre han estado muy unidos, más desde los años setenta.

Poty: A todos nos gusta follar, pero a los músicos, o a la gente relacionada con lo musical, tienen un algo especial. Se lo toman más en serio. (risas)

Javi: Pero sí que es cierto que está muy presente. ¿Quién no ha follado alguna vez con música? (risas) Quizás no lo practicamos tanto como nos gustaría y por eso hablamos de él todo el día.

“Morir” es  el tema que más recuerda a Deola, donde se ven las influencias de rock hispano. ¿Cómo resulta hacer temas en español en el rock sin que las letras queden blandas?

Javi: Es complicado. Desde un punto de vista lingüístico, el inglés es un idioma muy monosílabo con mucha fuerza. Digas lo que digas, va a cuadrar con el golpe rítmico. Puedes estar diciendo la mayor moñada del mundo que va a ir bien con la música entonces no sólo vas a pensar en la letra y en la música como en la canción como un todo. En cambio, en español, sí que es cierto que es más fácil ver la letra como un ente ajeno a la música en vez de verlo como un todo. Y sí que es cierto que si no cuidas mucho cómo lo dices puedes transformar un tema de rock en uno de pop. Pero, no sé, siempre depende de la intención de uno. En ese sentido, “Morir” es el tema más pop, más pegadizo, del tema. Tiene un estribillo muy cantable, juega con los coros pensando en el público, tiene una letra de fácil recuerdo. Se puede decir que es el único tema del disco que ha sido prefabricado, es el hit del disco. ¡Que juzgue el público!

“Renacer” tiene unos tintes muy “This Picture” de Placebo.

Javi: No conozco a ningún grupo que en petit comité no reconozca que varias de sus canciones vienen de una canción que les gusta. Hay muchas veces que un músico escucha una canción y dice ‘quiero una de esas” (la conversación deriva a John Mayer, Foo Fighters, Placebo…). No puedo no reconocer que no me flipan Placebo. Y “Renacer” surgió mientras estaba escuchando “This Picture”, un momento en el empecé a darle vueltas a cambiar acordes, batería, voces…no me importa reconocerlo.

Escuchando la letra, ¿realmente con veinte años se tiene tanto miedo a crecer?

Poty: Ya no, pero seguimos siendo críos.

Javi: No creo que haya nadie en el mundo que con veinte años no haya estado tirado en la cama pensando qué está haciendo con su vida y qué ha hecho hasta ahora. Es un poco esa idea. Veinte años, terminas la carrera, no tienes planes a largo plazo y los que tienes los ves imposibles, ¿qué hago ahora? (risas)

“Despertar” quizás es el tema más diferente.

Javi: Veinte pistas de coros y somos cuatro (risas). Despertar puede decirse que es la puerta abierta al futuro. Igual que ocurrió en nuestro primer trabajo, Deola, en el que el primer tema era la propuesta de presente y la última canción lo que vendría en el futuro, ocurre de igual modo en este disco. Tuve bastante libertad para hacer lo que quisiera con las voces pero al final no se me ha ido demasiado (risas). Fue casi un reto, un experimento. Tenía esos tres acordes desde hace tiempo y hemos probado a hacer un tema con sólo esos acordes que dure cinco minutos y no sea un coñazo.

Poty: Yo pensaba que no lo íbamos a lograr, pero al final mira. De hecho esta canción es de hace unos años, incluso hay un vídeo en Youtube de esa versión en acústico. Está muy cambiada y, personalmente, creo que ha sido un acierto.

Javi: Es la más experimental. No tiene estribillo y la batería es muy cambiante. Es más, el punto del que partimos es, atentos, un tema de Céline Dion. Es el tema que sale en Mommy de Xavier Dolan y quería darle otro enfoque. Me di cuenta que la canción crecía a partir de  la batería y entre nosotros dos hemos conseguido darle este cambio.

El 20 de noviembre estaréis en Proyecto Waikiki. ¿Qué opináis de estas propuestas?

Poty: Debería haber más propuestas así. Como el Day One Rock Fest del año pasado. Bandas desconocidas para el gran público y que descubres un buen día casi de rebote.

Javi: Piensa que normalmente tienes que poner el culo para conseguir un concierto, y que de repente venga alguien y te diga ‘oye, vamos a conseguir una buena fecha, una sala de puta madre, buenas condiciones para que toques y te des a conocer y además hasta es posible que cubras gastos’. Hace falta que surjan más proyectos así.

Poty: Que la gente que lleva las salas haya sido músico o conozca el punto de vista de una banda que no es nadie para que tenga cierta empatía al respecto. Está muy bien que tengan sus condiciones pero tienen que entender que no todos vamos a llenarte el local un lunes la primera vez que tocamos. Hace falta una mayor implicación.

Javi: Además, en la liga en la que jugamos nosotros no conoces a nadie ni sabes como moverte y no entiendes como funciona el mercado así que el hecho de que venga alguien para echarte un cable, te diré lo que significa para nosotros. También es cierto que luego hay mucho mamoneo en el mundo de la música.

Si esto fuera un perfil en Tinder, ¿cómo te venderías para que la gente fuera a Proyecto Waikiki a veros?

Javi: Vas a salir del concierto con ganas de follar y con las herramientas necesarias.

Poty: Cuando decimos herramientas nos referimos a mucho alcohol en las venas.

Javi: ¿Por qué? Si disfrutas de un concierto, luego sales eufórico. Es afrodisíaco. El concierto que vamos a hacer en Proyecto Waikiki va a ser como comer canela en rama.

¿Dónde os gustaría tocar?

Poty: Quizás en el siglo XX, antes de haber nacido yo. En el presente, en el Palacio de los Deportes con Lab’s Trapp.

Javi: A mí me encantaría formar una banda de death metal y tocar en la plaza de San Pedro del Vaticano.

Y, ya para terminar, ¿a quién os gustaría que entrevistásemos?

Ambos: A Radio Focaccia.

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