Crónica del concierto de El Imperio del Perro en Maravillas Club de Madrid del pasado 11 de noviembre. Los chicos de Green Ufos estuvieron acompañados también por los sevillanos Bittersweet.
Madrid, Madrid, Madrid. Como gata que una es, procura conocerse al dedillo cada local, tienda o centro de interés con el que alegrar el ánimo y la vida social en el foro. Si uno está al tanto de la oferta musical, pronto dará por verdad irrefutable el día de la marmota que una vive cada fin de semana: varios conciertos programados el mismo día, todos ellos necesarios, todos ellos interesantes. Quizás por ello resulta francamente alentador que una sala céntrica de Madrid abriera los brazos a dos bandas sevillanas y firmara un (casi) sold out en una noche de viernes repleta de ofertas varias. Esos grupos no eran otros que Bittersweet y El Imperio del Perro en Maravillas Club.
Está claro que las personas van y vienen, hoy nacen en una localidad, estudian y emigran por trabajo a ganarse la vida como pueden. O como les dejan. Está claro que en Madrid, ciudad de emigrados, es fácil encontrarse con nacidos por medio mundo antes incluso que con los nombrados gatos. Sin embargo, con este éxodo no se llenan las salas de conciertos. El poder de convocatoria no vive solo de compatriotas, por lo que el lleno vivido el pasado viernes 11 de noviembre en Maravillas Club bien merece una nueva escucha a los trabajos publicados por los sevillanos (y colegas) Bittersweet y El Imperio del Perro. Bittersweet se encuentran en el momento de subir un nuevo escalón tras reformas en la formación y la recién despedida de Ribadeo, ep con el que muchos les descubrimos. Pop-rock compacto de ciertas reminiscencias a mis queridos Fábula. Según cuentan, lo nuevo dará un giro de 180º. Habrá que estar atentos.
Tras ellos, mientras seguía entrando público, la Dougall’s continuaba en las manos de los más cerveceros y las parejas empezaban su roneo particular (uno ya estaba más cerca de la medianoche), subieron al escenario El Imperio del Perro, cansados por los viajes (tocaron fuera de casa también el día anterior) y felices por la respuesta del público. Sin entrar a valoración en las afinaciones de los coros de los parroquianos (especialmente en ‘Os odio a todos (Humano)’), ha de destacarse la perfecta copia que resulta su directo respecto al disco. Más voltaje, más sudor, más humanidad, pero ni una nota mal afinada por parte de su cantante ni de sus secuaces a los instrumentos. Si bien es cierto que se permiten subir velocidades, que nadie se piense que El Imperio del Perro es un grupo blando. Su directo rezuma músculo, energía y una conexión absoluta con las camisas de rayas presentes. Igual el contar con temas como ’24’, ‘No me jodas’ o ‘Buitres’ tiene que ver en ello. Eso y su capacidad por crearse un estilo propio sin hacerle ascos a estructuras pop-rock clásicas (de radiofórmula dirán los más puristas) que consiguen que el tarareo de sus melodías se queda durante unas cuantas horas en tu cabeza. Estos chicos ya han crecido desde su anterior visita a Madrid, también en Maravillas Club, y, sinceramente, desconozco cual será su techo en 2017.