Y encontramos al mago: crónica del concierto de Love of Lesbian en el Wizink CenterPuntúa este artículo
Durante casi tres horas el mago Santi Balmes (qué tienen estos chicos con la magia que desde “Orden de deshaucio en mi menor” -en donde incluyen un fragmento de una entrevista a Nabokov hablando sobre su fascinación por la magia- ya juguetean con el tema) y su grupo de vicetiples nos deleitaron con un espectáculo creado desde la sensibilidad, con la intención de epatar y emocionar a partes iguales. Love of Lesbian hicieron de la belleza y la poesía un elemento para olvidarnos de la gris y cruel realidad, como bien aseveró el propio cantante al final del mismo.
La magia comenzaba pasadas las nueve de la noche. “Qualsevol nit pot sortir el sol” (la clásica canción que Jaume Sisa compuso en los años setenta y que la banda ha recuperado para su EP llamado Nouvelle cuisine Canibal, Vol. II) suena, dándonos la bienvenida. Sale toda la banda al escenario excepto su diva, claro, que permanece entre bambalinas mientras suena la primera canción, “Cuando no me ves”, y una sinécdoque visual muestra la sombra de Santi Balmes proyectada en una enorme pantalla (que durante todo el concierto no cesará, salvo excepciones que luego comentaré, de apoyar conceptualmente los temas musicales, aportando un toque cósmico y etéreo con unos audiovisuales nada figurativos pero muy evocadores). Tras “Bajo el volcán” nos dejaron salir del foso, guardé la cámara y ya pude disfrutar el concierto.
Durante casi tres horas el mago Santi Balmes (qué tienen estos chicos con la magia que desde “Orden de desahucio en mi menor” -en donde incluyen un fragmento de una entrevista a Nabokov hablando sobre su fascinación por la magia- ya juguetean con el tema).
No había terminado de salir cuando empezó a sonar uno de sus estandartes, “Allí donde solíamos gritar”, volví al sitio donde solía gritar. Con “Nadie por las calles” presentaron a la sección de viento que les iba a acompañar y cuál fue mi sorpresa al ver que eran No Reply, un grupo de swing / jazz que siempre me ha encantado y al que había perdido la pista.
«Este es uno de los cinco plantones más extraños de mi vida», es como presentaba Santi Balmes la colaboración de un ausente Coque Malla que no acudía a la llamada del “Contraespionaje”, un momento tenso que incluso al hombre-espectáculo que es Balmes costó disimular, parecía que fuesen los cuarenta y cinco segundos más lentos de su vida. O igual Malla se metió demasiado en el papel de contraespía… Lo que está claro es que casi le queda para septiembre… Pero finalmente salió a escena.
No creo que fuera casualidad juntar “Maniobras de escapismo” con “Contraespionaje”… Sospecho que, de algún modo, están conectadas, habrá que analizar más detenidamente este mensaje oculto…
Love of Lesbian no podían ocultar su emoción, comprensible, por otra parte, porque no todos los días puedes decir que has llenado un recinto de casi veinte mil personas (y más cuando recuerdan que en su primer concierto en Madrid fueron dos personas y a la mitad del concierto se fueron). En ese estado de vulnerabilidad la canción “Los seres únicos” sirvió para dar las gracias a todas aquellas personas que llevan años trabajando con ellos y les han ayudado a alcanzar sus sueños musicales ansiados.
Hay un momento que me emociona especialmente en sus concierto, cuando unen, físicamente, dos temas que, conceptualmente, siempre lo estuvieron, “1999” y “2009”, dos momentos temporales diferentes de una misma historia, un antes y un después, para terminar de rizar el rizo siempre toman prestados los versos de la canción de Jeanette, “Por qué te vas”, que nunca pasan de moda y, en algún momento, a todos se nos ha pasado ese pensamiento por la cabeza «todas las promesas de mi amor se irán contigo».
Sin dejarme tiempo para recuperarme (sí, se me escapó una lagrimilla) “Belice” aparecía en escena para recordarnos esos momentos de fragilidad que todos tenemos (a veces más largos, a veces más cortos, a veces más intensos).
“I.M.T.” y “El yin y el yan” dieron paso a la lisérgica “Algunas plantas” y de ahí a la egocéntrica “Me amo”, no sin antes recordarnos que, a pesar de todo, debemos salvaguardar nuestra autoestima alta, al fin y al cabo estábamos ante el concierto triunfante de «los raros de la clase», como nos recordaron en sus intervenciones. Y esos raros de la clase luego se fueron a un concierto, conformando el “Club de fans de John Boy”, cerrando por primera vez el concierto. Pero sabíamos que no sería tan corto puesto que estaban grabando un DVD en directo (que verá la luz en primavera).
Love of Lesbian no podían ocultar su emoción, comprensible, por otra parte, porque no todos los días puedes decir que has llenado un recinto de casi veinte mil personas.
Love of Lesbian no podían ocultar su emoción, comprensible, por otra parte, porque no todos los días puedes decir que has llenado un recinto de casi veinte mil personas.
Qué fácil nos lo ponen estos chicos, queda muy poético escribir que se ponía en marcha el “Segundo asalto” con la canción homónima, en una versión acústica e íntima (todo lo íntima que puede ser ante quince mil personas) que nos preparó emocionalmente para “Oniria e Insomnia”, ese cuento mitológico actual de un amor-pasión que solo puede acabar en tragedia. Para ello, Santi pidió que todos «hiciésemos eso tan chulo con el móvil», creándose un ambiente de velas tecnológicas realmente abrumador. En este estado en el que nos habían dejado esas dos canciones casaba perfectamente “Psiconáutas”, de qué otra manera podría caber un tema pseudopsicodélico de más de nueve minutos. Lo sinfónico del tema derivó en dos temas bailongos y llenos de energía, “Manifiesto delirista” (una oda a las buenas personas) y “Los toros en la Wii” (un tema indescriptiblemente fantástico en donde unieron dos temas imprescindibles del pop español “Amante bandido” y “Lobo hombre en París”).
Como ya he asistido a más conciertos de LOL me parecía que aún quedaba el cartucho final. No me equivocaba, mis deseos de volver a escuchar en directo “Incendios de nieve” se cumplieron (hacía unos cuantos años que no la escuchaba en directo). “El poeta Halley” marcaba la trayectoria final, este segundo bis estaba destinado a «calmar a las fieras» y de enviarnos a casa con una gran catarsis física y emocional, de esta última se encargaba Joan Manuel Serrat que apareció en la pantalla recitando los versos finales del tema y me provocaron un inevitable erizado de epidermis y de sinapsis neuronal. Y de forma paradójica, “Planeador”, que abre el disco El poeta Halley, fue utilizada para cerrar y ser Ícaros directos al sol, o no, porque a Love of Lesbian les queda aún mucho para quemarse por ambición.
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