Litus presentó su último disco, Miércoles 14, en un marco muy especial: el Teatro Bodevil de Madrid. Una noche mágica.
La cita se hizo esperar, pero finalmente Litus tuvo su gran noche el pasado 6 de mayo. Cómo no podía ser de otra manera, fue en su casa donde hizo de maestro de ceremonias y el Teatro Bodevil acogió una noche digna del teatro de los sueños.
Miércoles 14 es el título del último trabajo de Litus. Un disco de alma clásica que nació bajo dos caras y fue presentado en Madrid en un ambiente de cuarta pared en el que el público fue partícipe de la evolución del artista catalán a lo largo de su puesta de largo. El exuberante escenario del Teatro Bodevil fue el partenaire perfecto para darle un sentido aun más teatral a la función. Pequeñas mesas redondas acogían dry martini y copas de vino perfectamente escanciadas por los solícitos camareros. La primera sorpresa llegó con la bajada al mundo terrenal de nuestro protagonista, quien, tras los primeros aplausos, empezó con los acordes de “Sudamericana” y con ella el inicio de la catarsis. El concierto desplegó la faceta de Litus como artista teatral dotado de una magnífica voz y perfecto conductor de sus emociones mediante la compañía de su piano, apareciendo como un cantante versátil y dotado para la interpretación. Miércoles 14 es un trabajo que combina estilos tan dispares como el jazz o el pop clásico de corte Beatle y así pudo comprobarse en el directo de temas tan dispares como “Me gusta ser el malo” o “Zarabanda”. Junto a Bergman, también le acompañó Fuentes en la carismática “Querido Hans” (mímica incluida), en la que se quitó todo atisbo de inseguridad y dio rienda suelta a su talento en temas como “Fobofobia” o “Montaña Americana”. Mención aparte, la interpretación de “Blackbird” a dúo con sólo dos guitarras, el equilibrismo sobre las alturas aportando dosis de dramatismo y los cierres con “Pedalear” y “Karma Cruel”. Aviones de papel tirados y aterrizando sobre los espectadores en un fin de fiesta que resumía a la perfección como había sido la velada: decir especial se queda corto.
