Uno de los aspectos más atrayentes del Sonorama Ribera es sin duda la amplia programación de pequeños grupos emergentes. Al igual que hicimos con el Low Festival, vamos a pasar nuestra lupa por esa letra pequeña del festival arandino, y comenzamos por el grupo de Pamplona Belize
Al igual que la programación del Low Festival de Benidorm este año es atrayente principalmente por la parte baja del cartel (lo cual da lugar a importantes disyuntivas en la hoja de ruta de un servidor), otro de esos festivales en los que nos ocurre lo mismo es el Sonorama Ribera. Nada nuevo bajo el sol, el festival de Aranda de Duero programa, por un lado, lo más vistoso de la escena nacional actual y, por otro lado, pequeños y muy prometedores grupos que están llamados a hacer algo grande en un futuro no muy lejano. Sin duda es esa cara B la que a un servidor le hace decantarse por segundo año consecutivo a este evento, y tras descartar la letra media, la lista de pequeños grupos emergentes es amplia y variada. Sin más dilación, empieza el primer análisis con el jovencísimo grupo Belize.
El sexteto surge de la unión entre Ángel, el cantante y Pablo, el bajista, quien quedó asombrado tras un concierto del primero allá por 2006. Tras varios movimientos en la formación, en 2013 llegarían a la estabilidad con la formación actual, y publicarían una trilogía de singles grabados de forma muy casera. El primero de ellos, ‘Egos’ es un preciosidad de temasen la que confluyen sutiles melodías sobre un fondo que nos hace pensar en un puerto o una playa y nos cantan tanto en inglés como en castellano. Junto a esa pieza, ‘Teenage Wasteland’ (una especie de remix del clásico ‘Baba O’Riley’) y ‘Ritmos’ iban acompañados de unos videoclips con una muy cuidada estética. Ese comienzo con la filosofía DIY les funcionó de manera sobresaliente: ‘Egos’ se hizo viral e hizo que su manager se fijara en ellos y ficharan por la monstruosa Warner.
Tras ello, fueron completando el que sería su LP homónimo, publicado el año pasado. El grupo concibe Belize como un álbum conceptual, y entre dos preludios nos dejan preciosidades como ‘Stab my Heart’ y ‘Saudade’ (donde no solo confluyen el inglés y el castellano, sino que además se atreven con el portugués), salteándolos con muy sutiles interludios. Todo con un fondo de electrónica que invita al oyente a relajarse y dejarse llevar. La música de Belize nos lleva por un viaje sonoro muy cuidado y de tintes pop que supone una puesta ante todo original. Las voces de Ángel y Ana durante todos los temas se organizan en forma de diálogo, dando a las canciones una gran sonoridad y haciendo de la música de Belize una música divertida. Por ejemplo en Samoa 92, la canción que abre Belize, ese juego de voces, junto a la cuidada producción del tema, dota a la dulce voz de Ana de mucha fuerza y consistencia.
Su concierto en el Sonorama Ribera será la segunda ocasión en la que actúan en el festival Arandino. Ya se estrenaron en la imponente Plaza del Trigo, en un concierto en el que transmitieron toda la tranquilidad que impregna su música. No una tranquilidad que incite a dormir, si no, como servidor vivió en el pasado SOS 4.8, más bien a pasar un buen rato, bailar ligeramente y sobretodo, sonreír. La tranquilidad de Belize es buen rollo. Desde la música hasta la actitud del grupo sobre el escenario nos atrapa y, sin necesidad de ninguna sustancia, nos hace pasar por el concierto sin que nos importe nada más. Si, es cierto, todos los conciertos tienen algo de eso…pero Belize son la apuesta segura, y en el próximo Sonorama Ribera no será como su primera vez. El jovencísimo grupo ya lleva un importante rodaje (y lo que les queda, han sido seleccionados por Girando Por Salas) y no notaremos ni pizca de ese inevitable nerviosismo que deben de sentir todos los grupos cuando se suben por primera vez al escenario de la Plaza del Trigo. ¿Repetirán o su puesta en escena y su inevitable ascenso como grupo les habrá posibilitado que sean programados en el interior del recinto? Hagan apuestas.