Por tercera vez en dos años, el enorme Dorian Wood ha regresado a Madrid para cantar en directo. Y como en las otras ocasiones, no ha repetido ni repertorio ni formación.
.Texto: Javier Lorbada
Fotografía: Pablo Almansa
Esta vez la excusa era testar en directo en el fantástico teatro del Centro en pleno Ayuntamiento de Madrid, sus nuevas canciones en castellano. Durante la última semana ha estado ensayándolas con músicos españoles y las grabará en Ciudad Real a primeros del 2016. La mayoría de esos temas los compuso durante su primera gira por nuestro país en enero del 2014, en la que tuvo que recuperar ese español de sus orígenes costarricenses olvidado en Los Ángeles. Pero la verdad es que da igual en lo que cante porque lo que importa es cómo lo hace, la tremenda pasión de sus melodías, el profundo drama que trasmiten y la torturada emoción de su interpretación. Sus canciones tienen una gran carga espiritual, pues a menudo están construidas sobre loops acústicos que fluctúan entre los mantras y los pasos de Semana Santa. Y es que hay muchas profundas influencias étnicas y folklóricas en esos violentos ritmos de algunos de sus nuevos temas que sonaban estremecedores interpretados por ese gran batería valenciano que es Marcos Junquera. Aún así, las nuevas canciones de lo que será su nuevo disco titulado Xalá no parece que vayan a llegar fácilmente al gran público. Él conecta más rápidamente cantando versiones tan increíbles como el ‘Vámonos’ de José Alfredo Jiménez, popularizado por Chavela Vargas. Y es ahí, con esa en esa actitud sobre el piano muy a lo Bola de Nieve, cuando alcanza sus momentos más gloriosos.
Dorian Wood es uno de esos intérpretes que salen muy de vez en cuando. Su afinación perfecta y su capacidad para emocionar cuando canta le convierten en un valor seguro. Solo es cuestión de tiempo y de la canción adecuada para que, gracias a un anuncio o a una banda sonora, se convierta en esa gran estrella súper reconocida que seguro que va a llegar a ser.