Santa es el nuevo álbum de Zahara, que ha sido creado bajo su propio sello G.O.Z.Z. Records. Cinco días antes de la publicación oficial del disco (21 de abril), la cantante nos reunió a unos pocos afortunados en La Bombilla (Madrid) para poder escucharlo en primicia con su dulce compañía.


Sólo bastaron unas cuantas velas y mucha oscuridad para hacer de aquella velada una de las más especiales e íntimas de la historia. Se respiraba un ambiente de muy buen rollo y, sobre todo, de respeto y admiración hacia la cantante, quien saludó cariñosamente a todo aquel que conocía -y a quienes no-. Zahara se encontraba nerviosa pero a la vez ansiosa por presentar por primera vez al público el fabuloso repertorio de Santa. Ella misma admitió que nunca antes había organizado algo así -el reunir a unas pocas personas en una pequeña sala para poder escuchar uno de sus discos de principio a fin- y que se sentía rara porque “nunca se escuchaba”. Sin embargo, fue darle al play del primer tema y todo pareció fluir entre estas cuatro paredes llenas de libros, velas, rosas y cervezas.

Ya conocíamos tres canciones de Santa que habían sido  lanzadas como promoción anticipada del álbum: ‘Oh, Salvaje’, ‘Crash, y ‘El Deshielo’. No obstante, la expectación por conocer cómo iba a sonar esta “nueva Zahara”seguía siendo muy alta, tan alta que durante toda la velada sólo se escucharon las canciones, las palabras de la cantante y los aplausos entre tema y tema. Todo ello bajo un silencio sepulcral que invadió la sala entera y nuestro espíritu por completo. Digo ‘nuestro espíritu’ porque, tal y como podemos observar con el título del álbum, éste se trata de una metáfora ligada constantemente a connotaciones y aspectos religiosos, que quizá nada tengan que ver con la propia creencia de la cantante.

‘La Gracia’ abría la velada de la mejor forma posible: unas bocas se cerraban para no hablar y otras se abrían como símbolo de asombro y sorpresa. Era como si de repente unas voces provenientes del cielo nos llamaran a todos y cada uno de nosotros por nuestro nombre propio. Un tema de apertura, por lo tanto, que ya te absorbe desde el primer segundo y que consigue sumergirte por completo, de la mano de Zahara, en este viaje.

Fue el turno de ‘Crash’, la canción reveladora que surgió después de que Zahara hubiera compuesto cuatro canciones para Malú -que después no fueron para Malú-; una época en la que pensó que estaba perdiendo, en consecuencia a los poderes mágicos de Manuel Carrasco, su propia “esencia”. En absoluto fue así, y lo podemos comprobar. ‘El Deshielo’ fue la siguiente, un tema que no resultaba tan nuevo pues, además de que ya había sido publicado, le había acompañado en el repertorio de su última gira ‘El Deshielo’. Aún así, no deja de sorprender.

Tras un deshielo, el calor no tiene por qué venir después. ‘El frío’ irrumpe ante todos nosotros, siendo uno de los “dramones” del disco. Las relaciones de amor -con o sin final feliz- son el eje principal de Santa; en consecuencia, Zahara nos cuenta que hay veces que quieres tanto a una persona que el sentimiento se vuelve insoportable, deseando sólo que éste acabe contigo. Así es como surgió ‘Oh, Salvaje’, la primera canción que pudimos escuchar y la que pretende ser la mano que nos lleve desde la Zahara de La pareja tóxica hasta la que ahora es santa.

Pero no todo es amor como tal, también hay amistad. ‘Caída Libre’ cuenta la fugaz historia que vivieron Zahara y “su rubia” en un viaje en el que se adentraron para no se sabe muy bien porqué, pero en el que conocieron a Yola Berrocal en el cercanías. ‘Hágase tu voluntad’ habla sobre otro amigo -que la cantante compara con Jesucristo por su bondad- que puede, aconseja y ayuda con todo pero que justo en ese tema X no es capaz de salir adelante por sí mismo.

Pero Zahara no es tampoco una santa de los pies a la cabeza. De forma tímida nos cuenta que ‘Inmaculada Decepción’ es la única canción cuyo significado o mensaje no ha explicado a su padre. Sólo diré que la letra lo dice todo y, a la vez, nada. Con el fin de hablar sobre esos espíritus malignos que todos poseemos dentro de nuestro ser en algún momento de nuestra vida, aparece ‘Donde habitan los monstruos’. ¿Quién en su sano juicio diría que dentro del cuerpo de Zahara habitan -o se atreven a habitar- monstruos?

A modo de “venganza suave” surge ‘Rey de Reyes’. Zahara nos recomienda llevarnos bien con ella si no queremos salir igual de parados que el sujeto del que habla en esta canción. Por mi parte no hay ningún problema. ‘Interior de la Noche’ es el tema final -o quizás no- de Santa, en el que tanto la letra y su melodía como la oscuridad de la sala en la que nos encontrábamos parecían fundirse en uno.  Sabemos que a Zahara le gustan las sorpresas, por lo que para saber si realmente el álbum se compone de once canciones -o si, por arte de magia, existe otra oculta-, no tenéis/tenemos otro remedio que esperar al próximo 21 de abril.

Una vez reproducido de principio a fin el CD1, Santa, Zahara nos permite ser aun más privilegiados y nos introduce, para terminar, uno de los temas del CD2, Bestiario, que pretende rescatar una de las canciones de su antiguo trabajo La pareja tóxica: ‘Leñador y La Mujer América’. ¿La novedad? Iván Ferreiro le acompaña, haciendo que todo el trabajo en general sea -aún más si cabe- totalmente perfecto.

Teniendo entre mis manos la edición física del disco que circulaba por la sala (el maravilloso equipo creativo que se encuentra por detrás ha creado una obra de arte con forma de cofre troquelado que incluye postales, poemas y demás “rarezas”), me sentí orgulloso de Zahara, como si le conociera de toda la vida. Porque ella es así, nos reúne a unos cuantos un jueves aleatorio a las 19:30 y consigue hacer que parezca que estamos en el salón de nuestra casa escuchando música con nuestros colegas. Santa es la transformación de Zahara, su reinvención más pura y humana; una explosión que combina guitarras y sintetizadores con amor, tristeza, melancolía, alevosía y ganas. Muchas ganas de comerse el mundo. Transmite esa majestuosidad celestial propia de las cosas bonitas, elegantes y épicas. 

“Gracias por pasarte a descubrir”, me dijo ayer la propia Zahara. Gracias a ti, de corazón.

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