Viernes con Breton
Como ya os dijimos, el viernes pasado se cumplió la gran cita que teníamos con nuestros “Bretones” presentando su nuevo álbum. La noche comenzó, en honor a los londinenses, con frío y calabobos que más que animar, irritan, pero con las ganas en vena que teníamos ni el pelo rizado, ni la insensibilidad de la nariz por los -20oº que hacía, nos impidió entrar en Charada a disfrutar de ellos.
Breton caldeó el ambiente media hora más tarde de lo previsto con una sala que invitaba a llenarse más de lo que estaba a lo largo de la noche, sin ser esto un impedimento, puesto que las primeras notas de Got Well Soon dieron comienzo a pequeños bailes tímidos que pedían más para poder soltarse del todo. Y es que, al principio tiraron del público para poder entrar todos en el calor de los beats, junto con buenos temas como Pacemaker, Edward the Confessor y 302 Watchtowers que consiguieron que, lo que ya iba siendo una sala llena, se moviese en tumulto entre risas y saltos que salpicaban cerveza de la emoción.
Sin duda, con lo que nadie paró quieto es con el gran hit Envy reconocido con las primeros sonidos del sintetizador y por el movimiento del flequillo de nuestro Roman Rappak que no permanecía quieto ni un segundo. Este tema dio la nota alta del concierto, como estaba previsto, animando a todos los que allí estábamos a guardar en nuestro numerosos “smartphones” dicho momento para recordarlo.
Durante todo el concierto expusieron en una pantalla sus vídeos mientras sonaban temas como Wood and Plastic, Search Party o Closed Category, pero por el lugar en el que se encontraba no pudieron casi apreciarse con la gente, por la mala situación y porque ese no era el interés del momento, como es lógico. El grupo en sus inicios comenzó queriendo realizar proyecciones de sus cortos, que nadie quería exponer y así se les ocurrió crear una banda sonora, dándose cuenta de que con esto, creaban un impacto entre la gente, siendo este el inicio del grupo como tal y por eso nos quisieron mostrar sus vídeos sin mucho éxito. Lo que si les acompañó en todo momento, fueron los juegos lumínicos del techo de la sala que vibraban mezclando colores a la vez que bombeaban las guitarras o la batería haciendo que hasta el sudor de sus caras combinase con nuestra noche.
Con Legs and Arms nos sorprendieron gratamente, puesto que sin esperar tanto, la piel de gallina estuvo presente durante todo el tema haciendo que las voces con eco fuesen un fuerte increíble que solo se siente en directo. Contentos pero con ganas de que nos lo volviesen a repetir, nos siguieron conquistando más y más con Governing Correctly, National Grid y Jostle, sin pasar por alto los continuos agradecimientos que recibíamos por las palmas y los pasos que movían y botaban la sala a su ritmo.
Dando fin al concierto, siguieron a modo de cuenta atrás con Foam y Fifteen minutes que pusieron como punto final dejando con más ganas de ellos a todos los que allí nos encontrábamos, treintañeros o veinteañeros daba igual a quién mirases pues el furor Breton de la noche seguía entre nosotros. Con pitidos rebeldes, peticiones incesantes, palmas y gritos, muy sonrientes volvieron al escenario con lo que, ahora sí, era el final tras una hora de concierto. Y es que con S4 cerraron lo que fue un DIRECTO con mayúsculas, mereciéndose verles todas las próximas veces que vengan a nuestro país. Cruzaremos los dedos para que sea pronto y volvernos a ver.