Tras tres días de auténtica música y mucha diversión (como dirían los Kakkmaddafakka) tocaba sacar fuerzas para disfrutar del último día de festival, algo que tampoco nos suponía un gran esfuerzo teniendo en cuenta lo frikis que somos para estos temas. Así que cerveza en mano y con las zapatillas prácticamente destrozadas nos dirigíamos, una vez más, hacía el recinto del Wonderwall.
Los primeros a los que les teníamos muchas ganas fueron Joe La Reina, que actuaban en el escenario Master’s. Presentaron su disco Bailamos Por Miedo, un LP que consigue teletransportarte a lo mejor del folk ¿rock? a base de letras melancólicas y verdades como puños. Tal vez fuera la falta de gente o los nervios de una banda que todavía no ha conseguido desenvolverse al 100% en un ámbito difícil, pero en ocasiones notamos a los donostiarras algo nerviosos. Detalles sin importancia que se ven resaltados por la ternura de sus ritmos en temas como “En Una Casa Junto Al Mar” o la majestuosa interpretación de “Caravana de Fuego”. Demostraron tener talento y prometen darnos mucha “Tempestad”.
No llegamos a ver a Kiko Veneno pero sí que pudimos escuchar desde la lejanía su indiscutible hit “Volando Voy” mientras nos dirigíamos al puesto de camisetas a ver el nuevo merchandising de los artistas, ritual que seguíamos diariamente en busca de alguna camiseta molona que confirmara nuestra condición de fan.
A continuación tocaba el turno de Mi Capitán, el supergrupo formado por miembros de Standstill, Egon Soda y Love Of Lesbian y que tanta expectación crea. Una expectación que se ve llenada gracias al pedazo de directo que ofrecen. La divertida “Acaba Con El”, la sublime “Es Suave mi Voz” y otras muchas canciones sonaban mientras Gonçal no dejaba de bailar (desde aquí nos declaramos fans total de sus movimientos). El público disfrutaba y ellos se veían también entusiasmados, tal vez por ser el primer festival de la temporada en el que tocaban o bien porque Gonçal cumplía 37 años, que por cierto, lo celebraron como no iba a ser menos con una botella de champán, el caso es que lo gozaron y nosotros con ellos.
En el escenario Desperados arrasaron Corizonas, la banda con más pelo por metro cuadrado del recinto. El rollo que lleva la banda encaja perfectamente con el buenrollismo del festival. El público estuvo tan entregado que El Meister no dudó en montar ‘La Caravana SanSan’, donde nos invitaba a todos a irnos de gira con ellos y hacer los coros. Nos apuntamos sin pensarlo. Un concierto redondo que, sumando el talento de los 6 componentes y los visuales de Hector de la Puente, seguro vas a querer volver a ver.
Y rozando el lleno habitual de sus conciertos, tocaba el turno de We Are Standard en el escenario pequeño. Los vascos salían a escena dispuestos a hacer saltar a la masa. Con “Other lips, Other Kisses” la gente comenzó a mover sus cabezas y el punk funk de Deu y los suyos comenzaba a expandirse por gran parte del recinto. Otros temas como “Jesus In Her Eyes” o “Waiting For The Man” confirmaba la grandeza de estos imparables. Las dobles baterías de sus directos y el rock electrónico que les envuelve nos dejaron, como siempre, con ganas de más.
Las ganas de más fiesta que nos dejaron los de Vizcaya fueron completamente saciadas por los chicos de La Pegatina y la casi “perdida” de nuestro querido Sansito. Fiesta total la que montaron estos siete músicos. Confeti, canastas de básquet, incluso un poquito de reggaetón, un show que mezclado con el talento y los ritmos que se mueven entre la rumba y el ska , convirtieron el concierto en uno de los mejores de todo el festival. Los pogos estaban presentes en prácticamente todas las canciones pero la locura verdaderamente se desataba en temas como “Miranda” o “Non È Facile”. Y no podemos hablar del concierto de La Pegatina sin mencionar el momentazo en el que Sansito se tiró al público con una barca hinchable y por poco no regresa al escenario. El cierre con un remix de “Mari Carmen” puso la guinda final a los bailes y el buen rollo que transmite La Pegatina, quienes por cierto sacarán nuevo disco en breve.
Después de agotar casi todas nuestras fuerzas nos mantuvimos en el mismo escenario esperando mientras La M.O.D.A (Maravillosa Orquesta del Alcohol) se preparaba para ofrecernos un directazo, que de alcohol no sé pero de maravillosos tienen un rato. No les habíamos visto sobre el escenario pero su música definitivamente nos cautivó. Acordeón, banjo, saxofón…un sinfín de instrumentos con los que consiguen un sonido único y ritmos al más puro estilo Mumford And Sons. Canciones como “Miles Davis” o “Nómadas” sacan a relucir el buen folk y blues de la banda, la que por cierto pensamos que gana muchísimo en directo.
Y como no podía ser de otra forma, esta segunda edición del SanSan Festival la teníamos que terminar por todo lo alto. Meneo en el escenario y allí estábamos dos servidoras, representando a El Ukelele, bailando y desgastando nuestros pies hasta casi el cierre. El escenario Desperados se convirtió en una fiesta total, Sansito en bicicleta, jefazos del festival dándolo todo, más confeti, bueno…una auténtica juerga, vaya. Mientras sonaban temas como como “Du Hast” o “Love Is In The Air”, nosotros más felices que un niño con una piruleta, nos despedíamos de una fantástica edición. Edición que ha convertido en este festival en el mejor plan para pasar la Semana Santa.
La frase: ‘de los errores se aprendre’ nunca ha tenido más sentido que ahora. ¡Larga no, larguísima vida al SanSan Festival y nos vemos en la próxima edición!