Estáis aquí. Estamos aquí. Siempre estuvisteis aquí. Toda crónica en referencia a un concierto de Sidonie debería empezar así. Tres tipos de extrema delgadez que hace más de una década decidieron juntarse para expresarse de la mejor manera posible. Su expresión acabó convirtiéndose en un lenguaje internacional que ha sabido sobrepasar modas, hypes, hipster e histeria colectiva. Son caballeros del siglo XIX vestidos de pitillo. Son Sidonie y el pasado viernes volvieron a hacerlo. Volvieron a petar Madrid.
Sierra y Canadá ha sido un disco problemático para muchos seguidores. El trío tiró los dados y decidió arriesgar dando un mayor peso a la electrónica y a los sintetizadores. El oído no quería saber de esas novedades. Se daba la vuelta y decidía hibernar. Pero el corazón fue sabio y le correspondió con una constancia inaudita en él. Play. Replay. El oído alzó las manos y le dijo eso de haz conmigo lo que quieras.
El viernes 27 mis oídos y corazón estuvieron en el sold out de Sidonie en el (teatro) Joy Eslava. Madrid volvió a rendirse al encanto de estos dandys antes incluso de saber el espectáculo que se venía encima. Una llevaba en la mente su última visita al Teatro Lara, donde presentaron trabajo. Una actuación soberbia pero llena de contención. Esta vez las butacas no iban a resultar un incordio. Antes de empezar con el verdadero show se presentó en exclusiva el videoclip de ‘Un día de mierda’ e, inmersa en un día de la marmota, el himno de Canadá sonó como viene siendo habitual en esta gira. ¿Por dónde empezar?¿Por la dedicatoria al fallecido Rafa Angulo?¿Por el encanto personal que irradia Marc?¿Por los kilos que bajan después de cada concierto?¿Por la ristra de himnos que atesoran a lo largo de sus siete discos?¿Por darle los focos a la siempre segundona Canadá?¿Por combinar a la perfección rock, pop, psicodelia, electrónica y glam?¿Por sus menciones a mis queridos Vian, la Nouvelle Vague, Wilder o el sci-fi?¿Por saber hablar de amor y sexo sin caer en lo blando y lo soez? Múltiples preguntas retóricas podría seguir soltando, pero las respuestas serían claras. ‘Sierra y Canadá’. ‘Persona’. ‘Costa Azul’. ‘A Mil Años Luz’. ‘Loz Olvidados’. ‘La Sombra’. ‘El Incendio’. ‘Giraluna’. ‘Estáis Aquí’. Himnos. Con ellos ocurren instantáneas tan maravillosas como la colaboración con Rams (The Right Ons) en ‘Fascinado’, el baño de masas de Marc en ‘Un Día de Mierda’ o la pedida de mano de público anónimo con ‘Por ti’. No. No estaba Luján Argüelles por allí presente.
Los tiempos modernos cambian. Surgen modas que se reproducen efímeramente y desaparecen en menos de un lustro. Sin embargo, las melodías perviven. Y de eso Sidonie saben. Y mucho. No creo que me equivoque si, por boca de todo el público asistente, os doy las GRACIAS.