Los Nietos de Cottonfields han vuelto. Estrenamos en exclusiva el videoclip de ‘Que ardan’, el primer sencillo de su maxisingle La hoguera (Posada Records, 2017).
Si de repente en una conversación alguien suelta que ha escuchado lo último de Los Nietos de Cottonfields a una le vendrán sonidos cercanos a Muddy Waters, la Creedence, los nacionales Niño y Pistola e incluso la vertiente más lodosa de The Black Keys. Si te dicen que se sirven de la letra de Cervantes, añadirás nombres como Quique González, Corizonas o Guadalupe Plata. Blues, americana y rock. Todos ellos (y más) son Los Nietos de Cottonfields.
Los Nietos de Cottonfields lejos de encontrarse recogiendo el citado algodón de sol a sol, se han puesto manos a la obra para sacar nuevo material. Para empezar, hoy publicamos en exclusiva el videoclip de ‘Que ardan’, el primer sencillo que formará parte de su maxisingle La hoguera (Posada Records, 2017), dos temas que se adentran aún más en el sonido fronterizo del delta del río norteamericano más mítico de su geografía e historia, tras su pasado el El Corral. Os avanzamos la portada, realizada por POAH:
Este trabajo ha sido producido por Joaco Rodríguez (sí, Freedonia) y grabado en Funkameba por el propio Rodríguez y Santi Martín. En el proceso (junto a Bert Posada, Daniel González y Adrián Díaz-Caneja, trío integrante de Los Nietos de Cottonfields) también han estado presentes Carlos Chamorro y José Esturillo a los teclados y coros, respectivamente. Joaco Rodríguez vuelve a aparecer como dios omnipresente a la batería.
Retomamos el nombre de POAH, diseñadora gráfica, ya que ha sido la encargada de ejecutar el videoclip del single ‘Que ardan’, que estamos estrenando en exclusiva. Como si de un ejercicio circular se tratase, su inicio y final revierte en unos zapatos y una cuerda. Entre ambos actos, diversos fotogramas (siempre en blanco y negro) recrean el sufrimiento emocional por medio de la sucesión de actos dramáticos de la película de los cincuenta de la que se han tomado prestadas las imágenes. Soledades, presencias antinaturales, muertos vivientes, espectros emocionales y amores (no siempre) correspondidos. Todo ello, en menos de cinco minutos. Aquí la prueba: