Para acabar el año después del lanzamiento de su último single ‘Parece Carnaval’, Mirémonos nos regala por navidades el vídeo de su tema ‘Precipicio’ incluido en su primer disco Triángulo de las Bermudas.
Un espejo retrovisor empapado de lluvia aparece en primer plano, es de noche en un entorno urbano, suenan las primeras suaves notas de ‘Precipicios’. El tono de la canción, en bossanova, parece casar mejor con un entorno playero, pero Mirémonos utiliza el espacio de la ciudad lluviosa como contrapunto.
Una persona, a quien no vemos la cara, sale del coche, parece una chica, y entra en una sala de danza. Por los primeros planos de las fotografías, zapatillas y la pierna estirando intuimos que esa chica es una bailarina. Por fin vemos el rostro de la chica, que se está atando las zapatillas y parece que comienza su ensayo.
Los primeros planos y pies prevalecen frente al plano general. Cuando por fin se encuadra a la chica, con plano medio, un corte traslada la acción a un lugar abierto, frente al mar, en donde ella continúa su ensayo, justo cuando termina la frase “la esencia del deseo no conoce límites“.
Un plano, de nuevo, de los pies de ella en el interior inicial nos indica que, quizás, la secuencia del exterior sea una ensoñación. Un travelling del plano del cielo, mientras suena un riff de guitarra, remite a un posible viaje. Ella está ahora entre las ruinas de algún edificio, ensayando.
Las imágenes entre ruinas, en un bosque, en un lago, en la playa, de ella bailando, se intercalan con las del interior. la danza como liberación. Liberación, sí, pero sabiendo que al final hay ‘Precipicios’, como dice la letra.
El primer plano de un ojo bien abierto, como añorando esos espacios abiertos en la naturaleza, es seguido de un plano general del espacio interior de ensayo en donde ella, la bailarina, termina su trabajo y apaga la luz, sumiendo todo en la oscuridad.