Con cada nuevo trabajo publicado la fórmula empleada por Los Punsetes parece refinarse un poco más. ¡Viva! no solo no supone una excepción, sino que también está repleto de excelentes canciones.
No es necesario prolongar durante demasiado tiempo la escucha de ¡Viva! (Mushroom Pillow, 2017) para comprobar que la voz de Ariadna continúa siendo la principal barrera de entrada a la hora de introducirse en el universo sonoro de Los Punsetes. Tras la desaparición de la edición española de Rolling Stone, ya ni siquiera se encuentra disponible en línea aquel artículo en el que la profesora de canto Marianne Ax afirmaba que “esta chica suena totalmente desafinada”. Pero durante los seis años transcurridos desde entonces sus interpretaciones vocales no han experimentado demasiados cambios: su ejecución continúa estando desprovista de toda técnica, sin apenas emplear algo tan elemental como variaciones en la intensidad. Su fraseo queda así condenado a una monotonía tan robótica que cualquier apreciación positiva del mismo ha de tener por fuerza naturaleza de gusto adquirido. Y sin embargo, a despecho de esta casi dolorosa falta de expresividad (que no puede ser sino por diseño), la voz de la hierática cantante resulta tan apropiada en el contexto ofrecido por ¡Viva! como ya lo fuera en los anteriores trabajos de la banda.
A pesar de no ofrecer sorpresas en el apartado instrumental, Los Punsetes han sido capaces de experimentar un tímido crecimiento. En este sentido, ¡Viva! continúa la senda abierta por Una montaña es una montaña (2012), reservando un espacio para la experimentación dentro de una orientación eminentemente rockera con algún retazo punk. El uso de todo tipo de pedales de efecto ha dejado una evidente huella en el álbum, dotándolo de la gran variedad sonora que ha venido a convertirse en uno de los aspectos más reconocibles de la personalidad de esta banda. Así, además de enérgico ruidismo hallaremos gran abundancia de melodías, con ‘Tu puto grupo’ y ‘Camino’ siendo las dos canciones que no puedo dejar de mencionar. Y junto a todo ello encontraremos ‘Estrella distante’, probablemente uno de los temas más atípicos de Los Punsetes, que cierra el álbum con sus cerca de ocho minutos de duración y una relativa intención atmosférica, ocasionalmente evocadora de las sonoridades cultivadas por Cocteau Twins.
Pero es en sus letras donde el ingenio de la banda resulta más fácilmente perceptible, algo más que notable si tenemos en cuenta que el responsable de las mismas, Anntona, ha publicado su propio Internacional hace tan solo un par de meses. La canción que abre el disco y de la que ¡Viva! toma su título hace gala de un nihilismo deliciosamente irónico, especialmente en los versos “viva el presidente, viva el gobierno / gracias a vosotros van a ser eternos”. Habrá quien piense que el grupo se sube aquí al carro de la intencionalidad política, obviando que esta faceta de Los Punsetes puede ser rastreada hasta canciones como ‘Dos policías’ o ‘Lo natural’, ambas pertenecientes a su opera prima publicada en los primeros momentos de la crisis financiera. Una cierta filia cinematográfica es visible en ‘Alphaville’ y ‘Mabuse’, que referencian a Jean-Luc Godard y Fritz Lang respectivamente. Y aunque las letras se han desprendido de buena parte de su carácter narrativo, continúan destilando una gran honestidad que hacen de este álbum un buen candidato para erigirse en parte importante de mi banda sonora personal para esta primavera.