Como llevamos haciendo por alguno de los festivales españoles, os haremos un repaso de la (mal llamada) “letra pequeña” del último gran festival veraniego de Madrid, el DCODE, que tendrá lugar el próximo 10 de septiembre. Ubicado estratégicamente para remontar la depresión postvacacional
Carla Morrison
Carla Morrison se encuentra de vuelta en la escena musical. Ahora de la mano de su nuevo disco, Amor Supremo. En este disco, Carla, sorprenderá a propios y extraños, por el cambio de sonido al que se sometió en comparación de sus anteriores producciones, dejando a un lado las guitarras y el ukulele, para enfocarse en los sonidos electrónicos y el trabajo de estudio. En palabras de la cantante de Tecate, Baja California, este disco tiene: “una postura más madura y espiritual”. La producción de este material corrió a cargo de Alejandro y Demian Jiménez. De hecho, Alejandro trabajó en su anterior disco Déjenme Llorar. Y para la grabación, Carla Morrison salió del convencional estudio para rentar un departamento en Las Playas, Tijuana, para hacerlo su guarida durante un tiempo, y bajo la batuta de Alejandro y Demian, fue guiada hasta alcanzar el resultado final. Como primer sencillo se lanzó el tema ‘Un beso’, que cuenta con su respectivo video dirigido por Julio Muñoz, el cual ha sido recibido con gran aceptación por parte de sus fans y de la prensa especializada.
Nothing but Thieves
La historia de Nothing but thieves empieza en la escuela en Essex cuando el cantante Conor Mason vio
a Langridge-Brown y supo que aquel guitarrista era alguien con el cual tenía que hacer música.
Cuando le conocí era el típico chico rockero,
recuerda Mason.
Nadie más tenia pelo largo o una guitarra Gibson, y por eso pensé “Quiero estar en una banda con este chico, es guay“. A pesar de que la pareja había participado en varias otras bandas, el descubrimiento del hechizante poder de la voz de Mason fue lo que les hizo darse cuenta que necesitaban esculpir algo único alrededor de las cuerdas vocales del cantante.
Aunque tuvieran una idea de la música de lo que querían crear, el grupo reconoció que “no eran lo suficientemente buenos como para ponerla sobre papel todavía“. Así que en lugar de seguir hacer conciertos por Essex y sus alrededores se escondieron para escribir, experimentar y tratar de transformar el sonido que tenían en sus cabezas en una realidad. Ahorrando dinero de una serie de trabajos de baja categoría se financiaron un viaje de inspiración a Estados Unidos a finales de 2012, donde sus directivos les engancharon con productores en Los Ángeles, Nashville y Nueva York. Después del auto-lanzamiento del fascinante EP Graveyard Whistling en diciembre de 2013 las canciones no paraban de llegar y llegar, la banda empezó a acumular docenas y docenas de pistas que se negaban a ser archivadas. “Preferiría fracasar porque estábamos siendo demasiado aventureros y demasiado eclécticos que fracasar porque estábamos demasiado seguros” refleja Langridge-Brown. “Por lo menos ahora si todo se va a la mierda al menos intentamos hacer algo que salio como queríamos.” Dada la fuerza y el alcance de su Top Ten álbum debut, no hay mucho peligro de que “todo se vaya a la mierda” para nada le ocurrirá eso a Nothing But Thieves en los años a seguir … la historia no ha hecho más que empezar.
M. Ward
Ward ha publicado una serie de discos en solitario aclamados en los últimos años, junto con cinco discos
con Zooey Deschanel como She & Him y un álbum colaborativo en 2009 con de My Morning Jacket, Jim
James y Bright Eyes ‘Conor Oberst y Mike Mogis con el nombre de Monsters of Folk. Además de su famosa obra como músico, Ward es productor. M. Ward sabe cómo convivir con la lluvia. Después de haber pasado la última década y media en Portland, Oregon, el cantante, compositor y productor ha aprendido a brillar a través de la penumbra húmeda. Para Ward, hay inspiración en un cielo oscuro y la armonía en vientos. Su nuevo disco, More Rain, es grabación para la estacion lluviosa que mira hacia arriba a través del tiempo, mientras que reflexiona sobre su pasado. Este álbum es su octava aventura en solitario. El resultado es una colección de canciones optimistas, musicalmente ambiciosas y canónicamente familiares que están al alcance de Ward y satisfacen a los fans de siempre.
Jimmy Eat World
Esta banda de Arizona alcanzó su éxito internacional con Bleed American, su cuarto álbum que logró colocar sus cuatro sencillos dentro del top 20 de las listas del Billboard estadounidense. Temas como ‘Sweetness’, ‘A Praise Chorus’, ‘Futures’ y ‘Bleed American’ han acompañado a tus noches de baile más desenfrenadas. Seguro. En 2013 publicaron su octavo y último disco (hasta el momento), Damage, con el que dicen que han vuelto a sus orígenes, con un enfoque mucho más sencillo y apegado al esqueleto de las canciones. Sí, ese esqueleto que no podrás pagar de mover.
Oh Wonder
En el espacio de 2 años gracias a su talento y su perseverancia Oh wonder han alcanzado 20 millones de
reproducciones en Soundcloud, la grabación contrato con Universal, y ahora su primer álbum, una colección de 15 canciones impecablemente diseñadas que exploran Londres y la soledad, el amor y la necesidad de relaciones humanas. Josephine Vaunder Gutch fue una solista de formación clásica y
cantante convertida en productora. Cuando finalmente se asentó en un estudio en el norte de Londres, con intenciones de producir un EP para Vander Gucht se dieron cuenta de su gran conexión musical. En un principio fue únicamente por diversión, como un entrenamiento en escritura y colaboración mientras seguían con otros proyectos. La primera canción que escribieron que llama ‘Body Gold’ un trabajo sorprendente y muy diferente, aun así, durante 18 meses no hicieron nada con él. Hasta que un día en una cafetería en el este de Londres la publicaron en Soundcloud y la enviaron por correo electrónico algunos de sus blogs preferidos de música. En unas pocos semanas más tarde que había llegado a 100.000 reproducciones. Siete meses después ya habían conseguido 20 millones reproducciones. Fue tras el éxito de ‘Body Gold’ que se les ocurrió la idea de lanzar una canción por mes, durante un año. Su propia aventura pronto cobró impulso, descubrieron que podían escribir rápidamente, terminando el cuerpo de una canción en 20 minutos máso menos. Las cosas que eligieron decir todos poseen una ternura sorprendente y una pasión tangible para la vida, que van desde canciones exquisitas de ruptura ‘Drive’, ‘Landslide and The Rain’ a tranquilas manifestaciones contra el materialismo, el juego, el aburguesamiento y la globalización, y, ‘Lose It’, una canción que sirve como un tributo a una noche de fiesta que una vez tuvieron en Melbourne, donde Vander Gucht se encontró en una fiesta bailando en ropa interior. Pero a pesar de que varían desde baladas de piano a electrónica, lo que une a todas las canciones de Oh Wonder es su extraordinario sentido de la humanidad.