¿Quiénes son Los Pirañas? Son un trío colombiano formado por Eblis Álvarez (guitarrista), Mario Galeano (bajista) y Pedro Ojeda (percusión), miembros de Onda Trópica, Frente Cumbiero, Meridian Brothers y Romperayo, que se unieron por primera vez en 2012 para este apasionante proyecto. Además, para este álbum han contado con Will Holland, más conocido como Quantic, que interviene en la grabación y mezcla de un par de temas del disco.
El nombre de La Diversión que Hacía Falta en mi País viene de una canción de Conjunto Miramar, banda sesentera de Medellín, llamada ‘Carruseles’. Los Pirañas dicen haberla usado porque refleja lo que hacen, aproximarse al sonido tropical desde un ángulo diferente cada vez.
Enumerar las influencias de Los Pirañas es una tarea ardua y yerma, pero es importante saber qué mezclan para obtener una música tan agradable como complicada. Su sonido bebe de mil fuentes: del folklore nacional, del pop colombiano, de la cumbia, del afrobeat, de la psicodelia, del surf, del noise, del punk, del post rock, del noise, de la electrónica… Sin lugar a dudas, lo más destacable en este aspecto del conjunto de Bogotá, es su capacidad para activar la batidora, mezclar sonidos, y que estos vayan siendo absorbidos de forma sutil por tu cerebro. Su maquinaria es tan perfecta que se han permitido realizar versiones en este álbum. De canciones del argentino Luis Alberto Spinetta, del Conjunto Miramar e incluso de la banda punk Mutantex. El puré sonoro es tan perfecto que es posible percibir a la vez el conjunto y cada ingrediente.
Con semejante combinación de sonidos, el resultado no puede no ser absolutamente innovador, extremadamente vanguardista, y revolucionario del sonido tropical. La Diversión que Hacía Falta en mi País puede sonar un tanto complejo de primeras por estar regado por una pequeña cantidad de ácido, pero la evolución de las canciones, con estructuras que facilitan la digestión al no abusar de los loops, y el toque ruidoso que envuelve a la música, enmascaran cualquier dificultad. Si le añadimos la cumbia y la electrónica, nos queda algo altamente bailable y adictivo. Las melodías del disco juegan con lo psicodélico y lo surrealista gracias a unas vibrantes guitarras, cuyas emisiones pasan por mil pedales, para acabar unidas de nuevo gracias a ese ritmo bajo y una percusión brutal.
El punto culminante de esta obra de arte es ‘El Colibrí Bajo Perfil’ un disparo que dura cuatro minutos y medio. En esta canción Los Pirañas se lanzan al vacío con una base folk bañada en la más pura psicodelia, que a la vez busca la rotundidad de la mentalidad punk en el estribillo. Cuando te quieres dar cuenta, ya estás embarcado en un fantasmal y oscuro viaje por la nocturnidad del trópico, subiendo y bajando de forma vertiginosa desde la frondosa superficie hasta el despejado cielo.
Hay que tener ese punto de genialidad y de locura para crear un álbum como La Diversión que Hacía Falta en mi País. Imaginen que el Dr. Frankenstein hubiera creado una criatura bella y perfecta en su famoso experimento, en lugar de un monstruo. Eso es lo que han logrado Los Pirañas con uno de los álbumes del año a nivel internacional.