El Irlandés Errante and The Lucky Charms están a punto de entrar en el estudio de grabación para plasmar su primer disco, Concert for cats and dogs, una meta que no es más que un prometedor inicio.
Una de las ventajas de haber vendido mi alma (y El Ukelele) al mainstream es poder escuchar de forma exclusiva música que nadie más puede, salvo aquellos que vayan a los innumerables conciertos de El Irlandés Errante and The Lucky Charms en Granada, una ciudad que significa para ellos lo mismo que España para Love of Lesbian: es su coto de caza particular. Bromas aparte, reconozco que escuchar las maquetas del álbum ha sido una grata experiencia, una vivencia que transita a medio camino entre el vouyerismo inicial del que lo disfruta con nocturnidad y el posterior exhibicionismo del que cuenta lo que sabe.
Yendo hacia lo eminentemente musical, El Irlandés Errante and The Lucky Charms han logrado crear algo muy bonito. Si con la voz de Ismael Díaz Paul y su guitarra suenan bien… ¿Cómo sonará con el banjo, el violín, el bajo y la percusión? Las canciones tienen alma, calan hondo, y eso que Concert for cats and dogs tiene tantas o más etiquetas pegatinas que la famosa web de Homer (sí, ya lo adelantaron Los Simpsons). Su concepción es tan simple como compleja. Pop, blues y folk irlandés se entremezclan para crear una serie de cortes únicos, que duran lo justo y necesario. Temas que te conquistan por sus llamativas líneas de guitarra, por sus emocionantes letras o por la falsa despreocupación que El Irlandés Errante imprime al cantar. Concert for cats and dogs es en cierto modo una regresión a los setenta, una inmersión en un mundo en el que no todo es melancolía, en el que sí, hay trazas de cantautor, pero también de algo más. Ese «algo más» son cegadores fogonazos de talento de alguien que puede y quiere abarcar la música de las clases populares, del que no quiere quedarse en la mera pedantería del que vive inmerso en una falsa burbuja acompañado de su guitarra.
Sinceramente, no sé ni si el disco acabará grabándose, hoy día todo va muy rápido, pero si la aventura continúa, Concert for cats and dogs de El Irlandés Errante and The Lucky Charms va a ser uno de los discos más sorprendentes del año gracias a sus matices y giros. Un LP que suena como si Kevin Ayers hubiera vuelto de su viaje cósmico con cuarenta años menos. Un cuadro que puede llegar a ser tan grande y colorido como la mismísima Éire.