Cala Vento son uno de los grupos más prometedores de Cataluña y de nuestro país. Con un sonido fresco y eléctrico, pretenden llegar a todo el mundo, pero no dejarían de hacer música de no conseguirlo. Charlamos con Aleix y Joan antes de su concierto junto a la playa el pasado día 23 y nos dejaron anécdotas, curiosidades y un claro mensaje: la música es un trabajo
Cala Vento son Aleix (voz y guitarra) y Joan (voz y batería) y suenan sólidos incluso en directo, pese a su formato. En palabras de un geólogo, son duros como el diamante. Pero el atardecer del Rockola y las playas de L’Azohía les enamoraron. Tal vez les recordaban, de alguna forma, a su L’Emperdá natal. Pudimos charlar con ellos antes del concierto que daban en el chiringuito anteriormente comentado junto a Perro. No le pierdan la vista a este grupo, pues su filosofía de trabajo les va a hacer triunfar.
¿Cómo surge Cala Vento?
Aleix: Cala Vento surge cuando los proyectos musicales de los dos se pararon por diferentes razones. Empezar un curso nuevo en Barcelona, que es donde estamos viviendo, sin banda era un poco deprimente y yo llevaba ya un tiempo con la idea en la cabeza de formar un dúo así, guitarra y batería. Se lo comenté a él, se lo propuse y a la semana estábamos ya ensayando. Todo fue muy fluído, muy rápido.
¿Concebir Cala Vento como un dúo, fue una decisión porque te apetecía probar ese formato simplemente, o buscabas facilitaros el formato creativo?
A: Fue porque había bandas como Japandroids que me gustaban mucho y porque como guitarrista era libre de hacer lo que me diera la gana en cualquier momento, ya que no hay ningún otro soporte armónico. Esa idea me atraía muchísimo. Al principio dudaba mucho de si sería posible hacer rock y que todo el ámbito de frecuencias quedara lleno metiéndole caña. Al ver Japandroids en vivo en el PS dije: “¡joder, claro que se puede, si estos lo hacen, yo también puedo hacerlo!”. Él (Joan) no tenía ni idea (risas).
Joan: No, me dijo: “vamos a montar un dúo”, y como yo también estaba sin banda le dije que sí rápido. Yo tenía también muchas ganas de tocar, y más con él.
A: Bueno, yo me hice una lista de posibles candidatos y sabía que él en su grupo también componía bastante porque tocaba la guitarra muy bien; y por afinidad y edad veía que era el más idóneo. Y di en el blanco (risas).
A la hora de componer, en el estudio, ¿lo hacéis en una relación de igualdad o alguno tiene más peso?
J: Al principio sí que él tenía una idea más clara, yo no tenía ni idea de qué tipo de música íbamos a hacer. Las primeras canciones salieron directamente en el ensayo: él con la guitarra sacaba ideas y yo le seguía con la batería. Después en casa las grabábamos así con el logic e íbamos trabajándolas un poco más. También hicimos unas canciones que las traíamos hechas de casa, o bien él con la acústica o yo con la guitarra también y últimamente estamos componiendo bastante en el local los dos. Personalmente, es lo que más me mola a mí, estar en el local, tener las ideas ahí
A: Si, es eso, al principio sí que alguno coge más las riendas en el algún momento, pero llega un punto donde tienes muy claro lo que estas haciendo y lo que quieres hacer; y como los dos tocamos la guitarra, los dos cantamos, es fácil que las ideas salgan tanto de un lado como del otro. Y si salen de un lado, entendemos que se retroalimenta del otro: hay ideas que a lo mejor no te aparecerían si no estuviera el otro haciendo… yo que se, un ritmo o no haciéndote ni puto caso. Creemos bastante en que todo lo que surge de Cala Vento es fruto del trabajo de los dos y de lo que vivimos juntos.
¿El nombre viene de un pequeña cala un día que había marejada debido al viento o tiene alguna otra historia detrás?
J: Bueno, la historia es fácil, buscábamos algo que se relacionara con L’Empordà, que es de dónde venimos. Pensamos en poner un nombre de una cala ya existente pero no nos gustaban. Incluso miramos calas de otros sitios, pero no nos gustaban y nos inventamos una.
A: Si, es un nombre inventado, allí en L’Empordà hay mucho viento, la tramontana sopla muy fuente, y quedó así, en vez de ser viento en vento pues no sé por qué.
J: Porque no sonaba mejor, yo que sé, no tiene mucho secreto.
Has nombrado antes a Japandroids como el ejemplo para Cala Vento, ¿qué otros grupos consideráis influencias directas de vuestro sonido?
A: No sé, nosotros siempre decimos que nos hicimos músicos con el indie de los años 2000, fue la música que escuchamos más intensamente. Y estoy convencido de que Cala Vento, aunque no sea muy aparente, pues tiene mucho de eso. Después, claro, como decidimos cantar en español, te empiezas a fijar no tanto en bandas inglesas sino más en bandas de aquí y bueno, Los Planetas yo creo que fueron bastante influyentes al principio de la banda y Nueva Vulcano también… Yo también escuchaba mucho Love of Lesbian o el primer disco de Vetusta Morla. A partir de ahí fuimos descubriendo más grupos de aquí que nos interesan. Al final es todo un poco.
¿Y qué canción de otro grupo, de vuestras influencias, os hubiera gustado componer a vosotros?
A: ¡Hostia! Buena pregunta. Es algo que yo no nos han preguntado nunca. ¿Tú qué?
J: No sé, no sé, esto se tiene que pensar hombre. Qué canción… (pensativo) ¿Estás pensando también?
A: Si, claro claro, estoy pensando… A mí, ‘Segundo Premio’, de Planetas.
J: Yo estaba pensando más en algo del 2000, como decías antes. Rollo ‘When the Sun Goes Down’ de los Arctic Monkeys, cuando tenía 17 años o 18. Por ahí van los tiros.
Cala Vento empieza a crecer tras ganar el concurso Make Noise en 2015, que fue con el que grabasteis con Eric Fuentes. ¿Pensáis que sin esos concursos e iniciativas a los grupos os sería imposible llegar a grabar un disco o conseguir estar en el foco de la crítica; o hay algún otro factor más?
A: El factor trabajo.
J: El trabajar mucho. Converse no nos grabó el disco, no tuvo nada que ver. A través de ellos conocimos a Eric y a través suya grabamos el disco. Pero hay muchos concursos que no valen una mierda y después hay algunos que sí funcionan y está bien que ayuden a las bandas.
A: Lo más valioso que nos dio Converse fue conocer a Eric Fuentes y lo segundo más valioso fue prestigio, porque es un concurso que tiene mucho prestigio dentro de la industria musical en España. Y claro, esas dos cosas, que son muy difíciles de conseguir: conocer a alguien de dentro de la industria a quien le interesa tu proyecto; y que la prensa te ponga en tu mapa; las conseguimos muy rápido. Llevábamos 5 meses ensayando cuando pasó esto y aceleró mucho el proceso. Pero yo creo que cualquier banda, si se lo curra, se gana su dinero. Nosotros el primer disco lo hemos grabado todo nosotros. Lo hemos hecho haciendo conciertos, ganando dinero, ahorrando… Al final, hoy en día hay estudios caros y hay estudios a los que puede ir a grabar tranquilamente cualquier persona. Después hay que mover el disco, que eso cuesta mucho. Nosotros tuvimos la suerte de que teníamos a Eric, que conocía a gente, y nos ayudó. Pero esto hay que buscarlo, si vas esperando que alguien te busque las cosas es muy difícil. Te lo tienes que buscar y tienes que saber donde es posible que conozcas a gente interesante e ir a tocar. Trabajo, trabajo y creer en ello. No decir “esto es muy complicado, me quedo en el pueblo tocando en la fiesta mayor”.
Sobre eso: tocasteis en el Primavera Sound, os ha confirmado el Monkey Week, pero no habéis llegado a muchos más festivales o a festivales más llamativos. ¿Qué creéis que hace falta para que a Cala Vento se les tenga en cuenta para tocar en Low Festival o en un Sonorama?
J: Yo no lo sé porque no tengo ni puta idea de cómo funciona la industria musical y tampoco sé cómo funcionan estos festivales porque no he tocado nunca en uno de ellos. Pero supongo que es que la peña hable de ti, que atraigas a gente o que conozcas a gente de dentro de algún festival.
A: Sí, es que como no conocemos a nadie de dentro de los festivales… Yo creo que es cuestión de que cuando tu música gusta a mucha gente, pues después es más fácil llegar a ello. No tiene porque ser algo inmediato, pero bueno, lo primero es currarte las canciones y tener la suerte de que a la gente le guste. Y eso es suerte, pero hay que buscarla.
En lo que sí participasteis fue en el SXSW de Austin, TX. ¿Cómo fue esa experiencia?
A: Esto es una pasada
J: Sí, es muy guay. Es un festival con tantas bandas y tantos grupos que lo que disfrutas mas es ver los grupos y estar todo el día desde las 12 de la mañana a las 3 de la madrugada vendo grupos sin parar y descubriendo nueva música.
A: Sí, para la gente que le gusta la música en directo, yo recomiendo que un año ahorren mucho y vayan ahí. Porque a nosotros al final nos costó 1500€ a cada uno, todo incluido. Es un viaje caro, pero que si tú te lo propones entre ceja y ceja, lo puede hacer mucha gente. También nosotros lo hicimos tirando por lo bajo, pero si enganchas buenos billetes. No hace falta pagar la entrada del festival, hay una programación “off” que es como el doble de grande. Y todas las bandas que tocan en el oficial también tocan en ese. Así que…
J: La entrada la pagan los promotores, la gente que le interesa más ir al comercial center y todo eso.
A: Muy guay, fue idea de Eric, yo no conocía el festival. Eric nos dijo que nos presentáramos. El ministerio de cultura a bandas españolas da solo 5 becas. No nos tocó, pero nos hacía mucha ilusión.
J: Fuimos a lo punky [sic] y nos gastamos la pasta de la vida. (Risas)
A: (Risas) Sí, y es una de las experiencias como Cala Vento más “heavys”.
A este festival no te llaman, sino que la banda se apunta…
J: Tú te presentas y te pillan o no
A: Es como una feria de música, tú te inscribes y ellos hacen su selección. Entiendo que la hacen un poco trabajando en equipo con las instituciones culturales de cada país, porque si no, no sé como lo gestionan.
¿Tenéis alguna anécdota de esa experiencia o de alguno de otros de los periplos de Cala Vento?
J: No sé, en Austin fue muy divertido subir al escenario el último concierto. Alex se puso a hablar en inglés: “Hello, we’re Cala Vento, we’re from Barcelona”, y de repente, un 50% del público estaba diciéndole (imita acento mexicano): “habla en español, que somos todos de México”. Y es que es verdad, toda la gente era de México casi y bueno, el concierto fue en todo en español casi.
A: Fue divertido. Y alguna anécdota más… Cuando fuimos a Cáceres también fue muy guay.
J: ¡Hostia sí! Enrique, que nos enseñó todo.
A: Era un club de aficionados a la música que organizaban conciertos. Y cada socio ponía una cantidad de dinero cada mes y con eso traían una banda que le gustaba a todos allí. Así como por votación. Y nos invitaron. Llegabas ahí a 40 o 50 personas que estaban esperándote con unas ganas bestiales. Y la verdad es que fue muy chulo, fue una de las primeras veces que salimos de Cataluña y claro, que te reciban así fue muy guay. Y encima, después, uno de ellos nos dijo: “¿y os vais a marchar sin ver Cáceres?”. A la 1 de la madrugada nos empezó a enseñar todo el centro histórico. Pero fue muy guay, no estábamos tan cansados así que nos entró bien la visita. Se lo agradecemos muchísimo, si no, no hubiéramos visto Cáceres, e ir hasta allí desde Barcelona y no ver nada pues como que no…
Cerrando ya el tema de iniciativas, Girando por Salas. Habéis sido uno de los grupos seleccionados. ¿Qué esperáis de la gira?
J: No sé. Como hemos salido bastantes veces sin apoyo, a lo nuestro, montándonos nosotros los bolos, yo espero ver un poco la diferencia de cuando tienes a alguien que te monta la gira y te hace la promoción y demás. Porque no sé, no hemos hecho nunca esto.
A: Esperamos que nos toque ir a salas que no hayamos estado, que sean guays; porque esto te eligen las salas, que se motiven con nuestra música y digan: “mira, pues Cala Vento pueden funcionar en esta ciudad o en este pueblo” y creo que eso es lo principal. Además, como el tema de dinero lo cubre la beca, intentaremos aprovechar esa fecha para hacer 3 o 4 más alrededor de ella, y así aprovechar el viaje. Lo que queremos en tocar en todos sitios de España.
J: Que si nos dan no sé, 6 fechas, que se conviertan en mínimo 20. Ya que nos pagan un bolo, vamos a perder la pasta que nos paguen en otro bolo
Hablando un poco del disco. Vuestras letras, ¿se inspiran en vivencias personales reales o son, de alguna forma, ficción?
A: Hay un poco de todo, porque el juego del lenguaje y de la música te lo permite. Hay canciones que son más reales, otras que empiezan siendo una experiencia real que necesitas escribir pero que se acaba transformando, y después hay otras que son completamente mentira, que son cosas que nos hubiera gustado que nos pasaran por ejemplo. Hay un poco de todo, el disco es un poco variado en este sentido. Y ya un poco, que cada uno que se las haga suyas, también intentamos eso.
¿Normalmente, componéis antes la letra y después la música o cómo funcionáis?
A: Siempre es al revés. Primero es siempre la música y un poco la melodía que suelen ser sílabas aleatorias. Y a partir de ahí a veces metemos alguna palabra. A veces sí, aunque pasa poco, coges y dices “pues voy a hacer una canción que hable de esto”. Pero siempre que lo hacemos, al final no nos sale.
J: Si, es más el juego de lo que se te ocurre y a partir de ahí, asociar ideas y conceptos.
¿Y quién es Isabella?
A: (Risas) Pues mira, esta es una canción que salió como idea porque yo tenía una vecina que estaba cañón, andaluza morena, y empezó así, con esto de la vecina. Tampoco sabía cómo se llamaba, no me apetecía preguntárselo y él (Joan) se inventó el nombre. “Cantó” en catalán es “al lado” de ahí el juego ese del verbo y que estaba al lado. El apellido salió así.
¿Cuál es el último disco al que os habéis enganchado? ¿El que más suena últimamente en la furgoneta?
A: Tú te enganchaste al de estos (Perro estaban probando sonido) hace poco.
J: Si bueno, pero no, yo he escuchado últimamente el último de Red Hot Chili Peppers porque soy super fan, pero no me he enganchado muchísimo.
A: Yo al último al que me he enganchado así muy heavy ha sido al último de Nada Surf. Pero desde ese que no me engancho a otro. Y hace ya 2 o 3 meses que me pasó la fiebre Nada Surf. Lo rayé muy rápido.
¿Qué grupos emergentes de Cataluña recomendaríais ahora mismo?
J: Pues yo hace mucho que nos los veo, pero los Pane, no sé si los conocéis. Siempre me ha gustado el grupo que se llevan y creo que pueden funcionar guay. Y no sé. Más emergentes así que sólo se muevan por Barcelona no se me ocurren…
A: A ver, yo siempre digo lo mismo, a mi Please Wait me flipan.
J: Sí, pero se mueven por toda España tío.
A: Pero no los conoce mucha gente, es más en el circuito underground. Pero ya, se mueven. No sé, estoy pensando también grupos con los que hayamos tocado hace poco. Podéis investigarlos a los dos.
(Joan además, nos hablo de Tajano! Nada más terminar)
Ahora os dejo un espacio en blanco, dónde podéis decir lo que queráis, lo que os hubiera gustado que os preguntara, etc. En esta pregunta han llegado desde a venderse hasta animar a la gente a coger un instrumento.
J: Lo que hay que hacer es ir a los bolos. Es muy fácil escuchar música desde casa, pero se tiene que ir a disfrutar a los bolos.
A: Ya, pero a mucha gente no le gusta ese rollo. A mí hay bolos a los que me da palo ir.
J: Bueno, pues que vayan igual.
A: No sé, yo diría que en este país ser músico no es considerado una profesión, si no una afición. Entre todos deberíamos intentar un poco cambiar esto. Ya no sólo la industria, porque al fin y al cabo se va adaptando, sino a nivel cultural de este país. Porque estamos tan lejos de países europeos como Reino Unido o Alemania, donde ser músico es una profesión y además de prestigio. Y aquí cuando tú a alguien le dices “sí, yo hago música”, te responden “ya, ¿pero a qué te dedicas?”. Y esto es un poco raro para nosotros, que nos tomamos la música muy en serio, que nos gustaría que fuera nuestra profesión, porque nos sentimos realizados cuando hacemos música. Sin embargo, en este país cuesta muchísimo, y muchas veces, te desilusionas porque dices “es que es imposible, no hay manera” pero bueno, al final siempre nos acabamos levantando. Y mira, Cala Vento surgió un poco de eso, llevábamos muchos años con nuestras antiguas bandas trabajando y no funcionó. Se paró, porque cuando una banda tiene muchos miembros, siempre hay alguno que al final pierde un poco las ganas. Y Cala Vento fue un poco una manera de decir “no, no, vamos a seguir porque es que no sabemos hacerlo de otra manera, necesitamos hacer música”. Y mira, nos ha ido mejor, pero podría habernos ido peor y hubiéramos seguido haciendo música.