Y es que, tras la noche del pasado 12 de febrero, no se puede dar otro titular, porque El Kanka abre gira, y qué gira. Un artista invitado a la altura, como fue Mundo Chillón, un ambiente inmejorable, y ganas de fiesta, ante todo, ganas de fiesta.
Llega la hora del espectáculo, El Manin sale a escena improvisando a la percusión, Álvaro Ruíz le acompaña, y finalmente, El Kanka da paso a la canción que abre este De pana y rubí (2015), ‘Llámame fino’ y paso al nuevo single, con videoclip recién estrenado, ‘Pudo pasar’. Una breve presentación para soltar nervios, pero, no había por qué. El público estaba totalmente entregado pese a los pequeños fallos de sonido, la Central Copera ardía ahora de la mano de ‘No jodan la marrana’, ‘Con las ganas’ y ‘La vida’, donde el trío perfectamente sincronizado y con tantas ganas de fiesta como el propio público, acabó con un toque regaettonero de la mano de ‘La mordidita’. Bromas aparte, sigue el espectáculo mezclando canciones de los diferentes trabajos, y era hora de ‘Me alegra la vista’, junto a ‘Para quedarte’ y el primer single de este disco, ‘Querría’.
Turno de volver a los clásicos, aunque, al público parece no importar de qué disco sean elegidas las canciones, hay premeditación y alevosía para disfrutar. El concierto sigue con ‘Vengas cuando vengas’, ‘Lo mal que estoy’, ‘Refunk’ y ‘A dieta de dietas’, para darnos un sabio consejo: “Nunca sabes si la aterradora garra de la muerte te puede acechar mañana, así que, hoy, cena cochinillo”, y eso, solo puede significar que es hora de ‘Canción final’. Por desgracia, el final estaba cerca de llegar, aunque en este caso, el del concierto, con ‘Canela en rama’, y un final totalmente impredecible intercalando ‘Ante la duda’, ‘A desobedecer’ y ‘Tarde’, una canción de cada disco para cerrar una noche mágica, pero… claro, es un concierto, hay buen ambiente. No podían faltar los bises, con ‘Instrucciones para bailar un vals’, ‘Qué bello es vivir’ y ‘Me gusta’.
Un concierto que pasa volando y te deja con ganas de una nueva noche. Ya solo queda agradecer una vez más tanto a Álvaro, El Manin, y por supuesto El Kanka y María Pellicer por el buen trato habitual, el buen ambiente, el saber estar, y las risas.
