Como os contábamos aquí, el pasado miércoles 8 de julio se presentó el Festival Charco (puedes encontrar más información aquí) en la Sala Caracol (Madrid), con Onda Vaga como protagonistas, teloneados por Jeites y El Remolón. Cumbia, country, electrónica y ritmos latinos se dieron cita en la puesta de largo de este Festival.


La presentación del Festival Charco no podía tener un pistoletazo de salida mejor, esperábamos dos grupos latinoamericanos y, por el mismo precio, tuvimos tres. Fue una noche mágica la vivida en la Sala Caracol el pasado miércoles 8 de julio.

La noche comenzó con un inesperado pre-telonero, si puede llamarse así, llamado Jeites, que no estaba previsto en un primer momento y que actuó en una versión reducida del grupo al salir solamente el cantante, Joaquín, con su guitarra, mostrando tan solo la punta del iceberg de su estilo entre el reggae, la cumbia y el pop.

El tupé de El Remolón (aka Andrés Schteingart) salió a escena, deslumbrándonos con sus pantalones plateados brillantes y su camisa hawaiana, comenzando su espectáculo, como su propio nombre indica, de forma vaga y suave. Comenzó con un remix mezclando lo que parecía una de las canciones de la película Australia (Bazz Luhrman) con ritmos electrolatinos. Su cumbia poco a poco iba cogiendo un ritmo mayor hasta fundirse con la electrónica, metiéndose a los asistentes en el bolsillo con sus bajadas del escenario para tocar entre el público.

Por fin la larga espera tenía su recompensa, los numerosos componentes de Onda Vaga, a quienes hay que sumar los músicos que les acompañaban, hacían aparición en el escenario con ‘Tataralí’ seguida de ‘La ronda’, las dos primeras canciones de su último disco, Magma Elemental (2014), dejando claras sus intenciones de la música como vehículo conductor de emociones positivas.

A pesar de la distancia del grupo, el público, entregado, no dejaba de bailar ni de corear las canciones, signo inequívoco del (pequeño) éxito que Onda Vaga tienen en España (un gran acierto de Charco).

También hubo tiempo para recordar sus otros discos, la psicotrópica y lánguida ‘La pipa de la paz’, de Espíritu salvaje (2010), era el momento ideal para arrimarse y agarrar para bailar cerca. O la romántica ‘Te quiero’, de Fuerte y caliente (2008), su primer disco.

El momento catártico, sin duda, lo protagonizó la explícita y sincera ‘A la mierda’, de Magma elemental, con sus aires country que provocaron algún conato de pogo entre los asistentes.

Con ‘Así’ hacían el primer amago de abandono del escenario, aunque poco tardaron en volver para despedirse con unos bises íntegramente pertenecientes al disco Fuerte y caliente: ‘Mambeando’, ‘El experimento’, ‘Cartagena’ y ‘Gilda’ con la que alguno de sus miembros, venido arriba, ya no era capaz de parar quieto en el escenario.

Y así, daba por finalizada esta primera jornada del Festival Charco.

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