• Por ElUkelele
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  • 28 de noviembre de 2014

Sex Museum son unos habituales en la capital leonesa, es raro el año que no se dejan caer por la ciudad para deleitarnos con el rock en el más puro sentido de la palabra.

Esta vez, volvían a El Gran Café, lugar de referencia musical en general, para presentar su último disco, Big City Lies (2014).

El concierto comenzaba sobre las 23:00 del pasado jueves, con un poco de retraso, pero es lo de siempre, la espera no es tan amarga si lo que te acaban ofreciendo es un gran espectáculo. Y así ocurrió. Con un absoluto lleno en la sala, y en la que el público hacía gala de veteranía, alzando sus voces en cada canción o estibillo pegadizo.

De este modo comenzaron a sonar nuevas canciones, “Circles in the Salt”, “La Californiana” o “Holy Shit”. Se intercalaban los ya habituales monólogos anecdóticos de su guitarrista, Fernando Pardo, y son de agradecer. Personalmente, no disfruto los conciertos en los que los músicos se suben a tocar, acaban y se marchan. Lo divertido es que haya interrupciones en las que se cuentan cosas interesantes acerca del grupo. Y de este modo presentaron “Judee Sill”, canción que se encuentra en su último disco, y con la peculiaridad de que es cantada en castellano, demostrando que el idioma no es un impedimento y que siguen transmitiendo lo mismo, con la misma garra, pasión y fuerza.

Otra de las cosas que llama la atención para alguien nuevo en sus conciertos, como era mi caso, es que Miguel Pardo, cantante de la banda, se limitaba a cantar y no tocaba ningún instrumento. Puede parecer un dato banal, pero es muy díficil que un cantante de un grupo de rock, no toque un instrumento, y el escenario se le quede pequeño. Y ese era su caso. Les faltaba escenario. Porque hicieron que la noche leonesa ardiera y reventara.

Hubo sitio también para míticas versiones, como es la cover conjunta y superpuesta de “Smoke on the Water”, de “Deep Purple”, y “Fight for your Rights” de los Beastie Boys, o un homenaje a Sonic Youth, que es para quitarse el sombrero. Versionar a grupos tan históricos, es un ardua tarea de la que lograron salir, ya no solo impunes, sino que victoriosos, y en las que el público no pudo contener toda su emoción y pasión.

El concierto iba acabando y sonaban canciones rescatadas de sus primeros discos, la increíble “I Enjoy the Forbidden” o la nueva e instrumental “Huesos de Santo”.
La verdad es que decir todo esto de Sex Museum, son obviedades, no se puede esperar menos de un grupo que lleva tantos kilómetros a su espalda. No son unos novatos, y viven por y para el rock and roll. Así te lo hacen saber en sus directos, y no es mala forma de vida.

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