El último álbum de Tame Impala ha sido un golpe de gracia para la psicodelia. Kevin Parker ha abandonado el género, dejando un hueco lo suficientemente grande como para que otros muchos lo ocupen.


Perder el estandarte no tiene porqué ser algo negativo, sobre todo cuando el estandarte es el que ha decidido que ya no quería pertenecer al batallón. He de reconocer que los primeros adelantos de Currents me provocaron picores, no entendía qué estaba pasando, hasta que leí a Kevin Parker:

I realised we’d never seen people dancing to our music.

Haber empezado por ahí hombre. Es obvio que Currents no es un álbum de psicodelia en sentido estricto, y aunque tampoco sea un disco con el que ponerse a bailar -salvo que Kevin Parker entienda por bailar lo que hacen los asistentes a los conciertos cuando mueven la cabeza de un lado a otro- sí que es cierto que al menos no invita a ser una escucha de fondo mientras te relajas en la cama. Tame Impala ha completado una etapa más en su viaje desde la psicodelia más pura del Innerspeaker, hasta lo que suena en Currents. Con ‘Elephant’ como ejemplo intermedio de que se puede sacar psicodelia bailable. Porque efectivamente, este sonido es bailable desde que nació, hace apenas cinco décadas, y pongo como ejemplo el Tonight Let’s All Make Love in London, grabado en Londres en 1967, con los asistentes al evento bailando una magnífica interpretación del ‘Interstellar Overdrive’ de The Pink Floyd. Las drogas dirán algunos, como si hoy en día no se vivieran pogos salvajes en los conciertos de Temples.

Pero gracias al dios Pan (dios que representaba todo lo salvaje de la naturaleza, y hoy, asociado al mismísimo diablo), la psicodelia está tan viva y denostada como siempre. Los estigmas, no han de ser negativos per se, en su primera acepción en la RAE se describe como “marca o señal en el cuerpo”. La psicodelia es como un tatuaje para su verdadero amante, y un fetiche para el que la escucha a ratos. Definitivamente, es un género que nunca pasará de moda, porque pocas veces lo estará. Por eso, la ausencia de la ración de ácido que Tame Impala acostumbraba a darnos, puede ser fácilmente sustituida por otras trece canciones (las que tiene Currents), que fueron saliendo en otros álbumes que vieron la luz en 2015. Son las siguientes:

Stara Rzeka – ‘Nie Zblizaj Sie Do Ognia’. El nombre de la banda polaca es más o menos memorizable, pero el título de su canción de apertura es una pesadilla. Son diez minutos y medio de constante evolución, desde el terreno de la ensoñación noise, hasta los riffs más comerciales, pasando por interludios que causan verdadero hastío. Y esto es solo el principio, la parte central de la canción es electrónica espacial de alto voltaje y bajas revoluciones, una verdadera pesadilla de la que es imposible levantarse hasta que hace aparición la sección oriental del tema. Una vez entramos en modo zen y nos reconciliamos con el mundo, Stara Rzeka le pone fin. La mejor montaña rusa sentimental del año, incontrolable en todo momento.

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Matchess – ‘So Many Fetters’. El proyecto de Whitney Johnson, cantante y teclista de Verma (banda de Chicago), ha sido uno de los mejores tripis de 2015. ‘So Many Fetters’ tiene la difícil tarea de abrir un álbum que es sobresaliente. Como todos los temas de apertura, tiene que enganchar al oyente para que no se pierda lo que viene después. La intro, tan mágica que pasa del efecto sonoro marca Disney a ‘La Cabalgata de las Valkirias’ de Wagner, se acaba diluyendo en un océano de locura. Con un tempo bajo, la perfecta conjugación entre los rápidos y efímeros movimientos agudos, y el trasfondo grave e inamovible, convierten a la canción en una pieza de museo. Solo al final, Matchess nos abre una vía de escape, que no es tal porque habremos pasado al segundo corte del álbum sin ser conscientes de ello. Genialidad táctica.

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Trupa Trupa – ‘Snow’. Parece que la psicodelia polaca ha vivido un buen año al igual que la española y holandesa. Trupa Trupa ha sacado un álbum impoluto titulado Headache, en el que ‘Snow’ sobresale. “I’ve got nothing to hide” se empeña en repetir Grzegorz Kwiatkowski, en un inicio tormentoso, con una sacudida guitarrera en su parte central, el tema acaba diluyéndose hasta la nada justo cuando logra colmarse. Y es que la canción es como la nieve, que cuando se vuelve sólida, acaba precipitándose al vacío, para finalmente desaparecer sobre el terreno cuando aprieta el sol. Una canción prometedora, de un grupo no menos prometedor.

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Pauw – ‘Visions’. Pauw es una banda holandesa a la que tenía en la hibernación de mi marcador de favoritos hasta que mi compañero Alberto Hernández me recomendó la canción que aquí nos trae. Cuando la escuché me sentí tan agradecido como estúpido. Dejar semejante temazo en barbecho había sido un error. Con alma de “theme song” de serie de la BBC, homenaje interno de The Beatles, y un sonido cercano al instaurado por Temples, ‘Visions’ es una de las canciones de 2015.

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J Fernandez – ‘Between the Channels’. El artista de Chicago ha sido uno de los artistas emergentes más destacados a nivel mundial, y ‘Between the Channels’ es su mejor carta de presentación hasta la fecha. La introspección, la tristeza, la melancolía, quedan cubiertas por un bonito manto que bebe del jazz, del krautrock y sobre todo del dream pop. Al final, el resultado es un single con mayúsculas, un gancho con el que atrapar a cualquier oyente, sea cual sea su sonido predilecto. Y volviendo a la introducción que hasta aquí nos ha traído, hay algo de Tame Impala en sus acordes.

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Eerie Wanda – ‘I Am Over Here’. Eerie Wanda es una banda holandesa, capitaneada por Marina Tadic, que comparte músicos y sonido con uno de los que será también protagonista de esta recopilación: Jacco Gardner. ‘I Am Over Here’ es una canción popera, alegre, de esas que contienen palmas contagiosas, pero que a la vez te conducen hacia la ensoñación. Lo peor que se puede decir de este tema es que es pegadizo. Ni tan mal.

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Aurora – ‘Voces’. La banda granadina sacó Sílice hace ya casi un año, y sin lugar a dudas, el tema del disco fue ‘Voces’. “Esos crujidos que golpean las ventanas son voces que te llaman”. El single, con un sonido minimalista, en el que destaca la batería y la profundidad que imprimen los sintes, alcanza con la explosión del estribillo la categoría de canción única. El atractivo que genera lo misterioso tiene su máximo exponente en ‘Voces’.

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Monserrat – ‘La Ventana’. La psicodelia no tiene que ser todo estruendo y locura, o lo opuesto. Hay lugar para las pinceladas más sutiles, las del misterio que antes nos abrió Aurora. Monserrat lanzó en noviembre Single 2015, que contenía el que era el sencillo ‘Brillar’, y ‘La Ventana’, la “cara b”. Estoy seguro que para los oídos inexpertos, la primera suena mucho más psicodélica que la segunda, pero… Pero las letras misteriosas, las estructuras atípicas, el contrabajo, la aparición fantasmal de Miren Iza (Tulsa), la guitarra acústica y el súbito final hacen de ‘La Ventana’ una oda al folk ácido.

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Opatov – ‘Look Like a Fool’. Los barceloneses Opatov han conseguido un magnífico álbum de rock espacial con Bacán. La conjunción del guitarreo cuasi garagero, con el lo-fi vocal, y la ya mítica trompeta, han tenido un efecto devastador en la crítica: los ha conquistado a todos. Normal. ‘Look Like a Fool’ es un ejercicio de guitarras excelente, bien sostenido por una potente línea de bajo casi motorik, y una batería que es el mejor de los cimientos. No hay trompeta en esta canción, no, pero es que la improvisación final no da lugar a que haya. Qué viva la carrera espacial.

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My Expansive Awareness – ‘Always’. Los zaragozanos en su álbum homónimo, han rayado la excelencia, y ‘Always’ es la prueba. Con el reverb siempre presente, My Expansive Awareness se atreven con todo, incluso con la mezcla del inglés y el castellano dentro de una misma canción. El tema, que se sumerge en el mundo de las dudas, de la vida y la muerte, acaba explotando con certezas, la certeza de que hay que disfrutar del tiempo del que disponemos. Su atípica estructura, su oscuridad, y su optimista mensaje final, hacen de ‘Always’ una canción que no deja indiferente a nadie.

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Jacco Gardner – ‘Before the Dawn’. Escoger una canción de Hypnophobia para meter en esta selección ha sido un proceso realmente laborioso. ‘Before the Dawn’ no es mi canción favorita del disco ahora mismo, pero sí que es la que siempre me ha parecido más potente. Tiene el minutaje, la evolución, y los ingredientes para representar lo que viene siendo un viaje producido por el ácido. Siempre avanzando in crescendo, siempre añadiendo nuevos sonidos, siempre haciendo paradas en diferentes parajes sonoros, y como viene siendo habitual en Jacco Gardner, con un final suave como la seda. Vale la pena escucharla entera.

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Los Pirañas – ‘El Colibrí Bajo Perfil’. Lo tropical está de moda, es un sonido que está mezclándose con todo, y a tropicales, nadie gana a Los Pirañas. Los colombianos llevan mamando cumbia desde pequeños, y en La Diversión Que Hacía Falta en mi País han logrado mezclar este género tan escuchado en su país con la psicodelia. El resultado es un sonido casi siempre ambiental y selvático, plagado de sonidos que forman capas inescrutables. Una verdadera orgía en la que merece la pena introducirse con los ojos cerrados.

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Ocellot – ‘Magic Calamansi’. Si antes hemos tenido canciones de apertura, los catalanes Ocellot nos traen una canción de cierre perfecta: ‘Magic Calamansi’. De estructura libre, como el del agua manando sin destino prefijado, la canción te sumerge en un océano de de paz y tranquilidad. A medida que pasan los minutos, la canción se va enriqueciendo con la adquisición de nuevos matices, para al final, dejarnos con la creación más relajante de la historia: el silencio.

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Como podréis comprobar, la psicodelia sigue viva, y sigue mezclándose a la mil maravillas con otros géneros, para acabar conformando canciones especiales y únicas, sin necesidad de la aportación de Tame Impala. No tengo en contra nada de ellos, ni de Kevin Parker. Su música sigue dándome horas de entretenimiento, y no dudaría en volver a gastarme mi dinero para verlos en directo.

Esto es una lista que va en favor del conocimiento, de la expansión de nuevos sonidos, y porqué no, una lista que sirva de apoyo a grupos cuyo talento está infravalorado u oculto. Como prueba a favor de mi argumento, podréis comprobar que faltan otros grandes grupos en esta lista, grupos como: The Oh Sees, Uncle Acid, Deerhunter, Fuzz, Unknown Mortal Orchestra, Pond, Panda Bear o Moon Duo. Y no porque no hayan sacado álbumes y canciones buenas, sino porque el género más libre necesita una representación infinita.

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