Cuenta la leyenda que Toy han sido apadrinados y bendecidos por The Horrors y también que antes de triunfar como Toy algunos de los miembros intentaron fortuna con otro grupo llamado Joe Lean & The Jing Jang Jong, llegando a grabar un disco que nunca vio la luz. Un tiempo más tarde se conformó lo que es ahora la actual banda, un quinteto que además de trabajar y componer juntos, son amigos, escuchan el mismo tipo de música y eso se nota en la compenetración que destilan. Tras telonear a The Vaccines el pasado año, en 2014 se encuentran en plena gira por el Reino Unido y el resto de Europa para presentar su segundo álbum, Join the Dots, tras su exitoso debut homónimo, Toy.

‘Conductor’ es el tema que da comienzo a Joy the dots, un tema largo en el que, según ellos, se condensa todo el alma de su segundo disco, era de esperar que fuera el tema elegido para abrir el concierto e ir metiendo al público en su música oscura, distorsionada, con toques de psicodelia, aunque no hacia demasiada falta puesto que Toy ya cuenta con una gran cantera de seguidores enfebrecidos por su música y dispuestos a darlo todo en sus conciertos. Los británicos presentaron un concierto compuesto casi en su mayoría por canciones de su último disco pero no olvidaron los grandes temas que casi se han convertido en clásicos como ‘Colours running out’, elegido como segundo tema, una apuesta fuerte teniendo en cuenta que es uno de sus temas más conocidos el no dejarlo para el final, se nota que estos chicos tienen la autoestima muy alta. Los Toy son parcos en palabras, a penas unos pocos “Thank you“, ni siquiera Alejandra, la teclista, natural de León, que solo contestaba a los gritos de “guapa” con tímidas sonrisas. A pesar de esto no son un grupo instrospectivo y tímido, aunque no tengan demasiada interacción con el público su forma de tocar demuestra sus ganas de transmitir y romper esa barrera entre público y grupo.

Tras dos temas cargados de energía tocó el turno a ‘Too far gone to know’, un tema algo más tranquilo, había que bajar revoluciones puesto que el concierto acababa de empezar si está feo matar a los asistentes tan pronto. Hay que decir que el concierto discurrió por un cauce algo monótono (ojo, no falto de energía, pero sí hay que decir que no supieron manejar el ritmo del concierto de forma adecuada). Dentro del repaso por sus dos discos hubo sitio para recordar una canción de un EP del 2011, ‘Left myself behind’, un tema que provocó sorpresa y saltos de alegría, literales (mi cámara casi peligra). Tras éste, siguieron su repertorio de álbumes de estudio. He de confesar que una de mis favoritas es ‘My heart skips a beat’, un tema más popero y romanticón, pero sin perder su aire oscuro y distorsionado.

El concierto terminó con el tema que da título a su segundo álbum, ‘Join the dots’, un tema prácticamente instrumental, con un bajo que mantiene el ritmo casi en bucle, dando como resultado un tema claustrofóbico con visos épicos. Si iniciaron el concierto con un tema de casi 8 minutos, no podían terminarlo de forma diferente, cerrando de forma simétrica, dejando un buen sabor de boca y la sensación de que este grupo puede llegar a ser muy grande.

Foto y Texto: Aída Cordero Domínguez