Tras St. Germaine se esconde la figura de Ludovic Navarre, un músico francés que combina house y nu jazz. Tras 15 años sin editar disco vuelve con Real Blues (a la venta el próximo 9 de octubre) y como adelanto nos deja el videoclip del primer single homónimo.


Sin darnos cuenta el vídeo entra directo, como la música, no hay fundidos ni inicios suaves, directamente se nos muestra a un grafitero anónimo que utiliza un aerosol y una plantilla (con el logotipo de “St. Germain”, el nombre del disco y el perfil de un rostro que aparece en el disco y que, todo parece indicar, pertenece al propio Ludovic) para marcar el suelo.

En la siguiente secuencia se ven pinceles, pinturas… y escayola cuya dirección ha sido invertida y en vez de caer hacia el molde va desde el molde hasta el recipiente. Habrá más momentos en que el tiempo se invierta, es el punto irreal de este videoclip con estética de documental de tv y realista. El mismo grafitero del principio es el encargado de hacer moldes de escayola de diferentes tamaños del rostro del que hemos hablado.

El grafitero recorre París desde la noche hasta que se le hace de día (vemos el Mouline Rouge de fondo), el barrio de Pigal en concreto, mientras toma café y apuesta a los dados utiliza los rostros pequeños como pago. Los más grandes los utiliza, pintados con colores de diferentes banderas del mundo, para pegarlos en las paredes, en puentes (los candados unidos a los puentes sirven de base para los rostros más pequeños) o en farolas, a la vez que continúa pintando con la plantilla y el spray. Es como una campaña de publicidad artística y urbana utilizando un estilo muy Banksy.

El videoclip finaliza con el protagonista formando, con los rostros más pequeños, las palabras ST GERMAIN, dejando claras las intenciones más publicitarias que artísticas de este videoclip.

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