Estuvimos hace unos días con Rodrigo y Víctor, par de dos del cuarteto que son Sonograma. Hace unos días publicaron Tormenta, su primer disco. Como todos les salgan igual, nos harán un favor a los amantes del pop-rock bien facturado. En las oficinas de La Trinchera hablamos de música, las relaciones de pareja o la morcilla de Burgos. Recordamos que el 19 de noviembre estarán presentando trabajo en El Sótano. Entradas aquí.


Nacéis aproximadamente en 2009, ¿pensasteis que duraríais tanto? ¿Cuáles fueron los motivos para crear Sonograma?

Víctor: Rodrigo y yo nos conocimos un par de años antes, sobre el 2007.

Rodrigo: Empezamos a componer canciones y a hacer pequeños conciertos por ahí. Dos años después es cuando llegan Campi (Daniel Campillo) y Ángel y por eso decimos que empezamos en el 2009. ¿Pensábamos que iba a durar tanto? En realidad no hemos sido muy conscientes de lo que duran las cosas, no hemos pensado objetivos a largo plazo. Realmente es similar a una relación de pareja.

Víctor: En el momento en el que te lo planteas o te das cuenta del tiempo que lleváis juntos es cuando puede que suceda algo.

Rodrigo: Hasta ahora no hemos puesto en valor que llevamos seis años juntos. Simplemente, ha surgido.

Precisamente, esa es una de las cuestiones que más nos llaman la atención a los que no hemos formado parte de una banda. Cómo mantener la voluntad de seguir juntos cuando, en muchos momentos, no hay objetivos claros de futuro.

Rodrigo: Bueno, pero cuando empiezas con una persona tampoco estás pensando si ahora hay que hacer una cosa u otra. De hecho, hacerlo es muy dañino. Es tóxico pensar ‘dentro de tres meses les presento a mis padres’ o ‘en una año nos vamos de vacaciones’. Eso surge. Tener una banda es como tener una pareja sólo que sin follar. O follando menos (risas). Y sobre los objetivos, hacer canciones es el objetivo. No estamos aquí para llenar las Ventas, que igual sí, pero el objetivo clave son las canciones.

Claro, es ese compromiso. El destino pone a cuatro personas con ese mismo compromiso y seguís juntos. Y no siempre surge esta situación.

Víctor: Tenemos esa suerte.

Rodrigo: Si te lo llevas a lo personal y verás que es como una pareja. No sabes adonde van las cosas, pero estás porque eres feliz.

Víctor y Dani tienen otros proyectos musicales, ¿todos practicáis el poliamor musical? ¿O trabajáis en otras cosas?

Víctor: En mi caso y en el de Dani, trabajamos en la música. Él colabora en otras bandas y ticketing, pero no ha tenido un grupo como tal.

Rodrigo: Todos hemos tocado con otras bandas, pero tú tienes un amor sólo y ese es Sonograma.

Cuernos esporádicos. Dicen que, en ocasiones, son necesarios.

Víctor: Yo, por ejemplo, toco con Ángel Stanich y me encanta, pero es otro rollo.

(La conversación deriva en la pesca de arrastre, Twitter y la caña. Cada uno que entienda lo que quiera.)

¿A qué dedicáis el tiempo libre (música aparte)? (cantando)

Víctor: No usamos de eso. Nos dedicamos a tocar. Para mí el tiempo libre es el tiempo en el que no estoy tocando y siempre estoy tocando.

Ahora mismo.

Rodrigo: Hacer entrevistas con El Ukelele. Eso es lo que hacemos en nuestro tiempo libre (risas). Bueno, a mí me gusta el cine, series, leer.

Víctor: A Ángel le interesa mucho la historia, por ejemplo.

En alguna entrevista contáis que compusisteis alguna canción por Messenger, ¿habéis vuelto a utilizar las tecnologías de la comunicación para ayudaros en ese sentido?

Rodrigo: Sí, hubo una época en que él estaba en Londres y nos mandábamos información por correo electrónico o por whatsapp. También por teléfono. Seguimos usando las redes para estar en contacto ya que hay mucho que organizar detrás de una banda.

Continuando con el tema tecnológico, ¿cómo veis la cantidad de bandas que han aflorado gracias a esas nuevas tecnologías? ¿Carga positiva o negativa?

Rodrigo: Internet es una navaja de Albacete. Tiene su lado bueno y malo. Te das a conocer más fácilmente, pero estamos sobreinformados, es imposible hacerse un hueco en Youtube pero a la vez tienes que tener ese canal. No sabemos cual es el sistema para hacerse un hueco, es muy difícil. ¿Somos una banda más? No lo creo.

Quizás esa sea la clave.

Víctor: Luego también está la exclusividad de tu producto. Al final de tus ideas haces algo especial por ese sentido de pertenencia, pero el tiempo es el que dirá si es realmente especial o no. La gente tiene un grado de credibilidad y el baremo lo tiene cuando está ante un producto personal. Y con nuestro disco hemos hecho lo que hemos querido en todo momento.

Rodrigo: Ya nos ves como somos. Ni impostados ni pose y eso a la gente le llega. La gente se entera de quien está aquí por hacerse la foto en la calle y por hacer canciones. Y nosotros hemos venido para hacer canciones.

Habéis dicho que os consideráis obreros de la música. ¿Podéis desarrollar ese concepto?

Rodrigo: Somos obreros de la música porque trabajamos en el local como nadie. Y nos hemos dado cuenta de ello al tocar con otras personas. El mimo que le ponemos, el entendimiento que tenemos…

Víctor: Tenemos la suerte de que somos un grupo de verdad.

Rodrigo: Eso ha sonado muy Auryn. Muy Telecinco (risas).

Víctor: No hay muchas bandas así. Van cambiando de componentes.

Rodrigo: Y nosotros vamos siempre en el pack. Los viernes nos ves en el Costello a los cuatro a no ser que estemos trabajando.

Víctor: Somos amigos. Nos encanta hacer esto pero sobre todo somos amigos.

Rodrigo: El rato que tenemos libre estamos juntos. Y volviendo al tema de los obreros musicales, es así porque le dedicamos mucho tiempo. Sacamos tiempo de debajo de las piedras, abrimos los locales el fin de semana. Ese es nuestro secreto (risas).

Tormenta ya está aquí. Vuestro primer hijo grande. ¿Cómo ha sido el proceso hasta que habéis llegado a grabar este primer disco? Contadnos sobre el proceso: composición y temática, selección y eliminación de temas, grabación en Reno, diseño…

Rodrigo: Sesenta canciones ha habido en estos seis años.

Víctor: Son muchas canciones, pero es cierto que no somos gente parada en ese sentido. No hacemos un disco y paramos, es la realidad de cualquier banda.

Rodrigo: Sacar este disco ha sido un parto difícil. Sacarlo adelante nos ha costado Dios y ayuda. Somos gente que trabaja, que se deja los huevos. No tenemos una cuenta en Suiza (risas). Un disco vale lo que vale un coche. Y la gente tiene que ser consciente de ello. Además, si no eres nadie no puedes hacer tampoco un crowdfunding, no hay un público inmenso detrás. Y, claro, hacerlo con quien hemos querido, con los tiempos que hemos querido, el arte del disco es una maravilla y suena que te cagas.

‘Tormenta’ es single. Es título del disco. El diseño del disco gira en torno a ella. ¿Puede decirse que es vuestro jugador franquicia?

Rodrigo: Tormenta es una idea. El disco son muchos momentos y en una canción estás dejando a tu chica y en otra le declaras amor eterno prácticamente. Todo es una tormenta. El concepto del disco está basado en que hemos pasado momentos complicados que nos han sacado de quicio, momentos en los que había que abrir la ventana porque estaba el aire muy viciado. Ahora hemos llegado al punto en el que todo está en calma y así llamaremos a nuestro segundo disco (risas).

¿Los tres minutos por canción son cuestión de marketing o simple coincidencia?

Rodrigo: ¡Qué cabrones sois en El Ukelele! (risas) Ha surgido así. Pasa lo mismo con las canciones. Nuestros amigos nos dicen, ‘son todo hits’, pero tampoco ha sido buscado. La estructura es pop pero a veces nos hemos saltado estribillos, son simples coincidencias. Hay muchas veces que escribes canciones que en ese momento no sabes realmente de qué va y, después, descubres su significado. Al principio no eres dueño de las canciones, pero al verlas con perspectiva las redescubres.

Tras la escucha del disco el oído asemeja con bandas como los primeros Lori Meyers (‘Tormenta’ y ‘Tokio ya no nos quiere’; ‘Bienvenida’) o Sidonie (el inicio de ‘Noctámbula’), Vetusta Morla (el inicio de ‘Voy a perderla’). Y, a The Beatles. Manteniendo vuestra personalidad, ¿a quién os gustaría pareceros en un futuro?

Víctor: Realmente, en esos grupos que has nombrado se ve la influencia que hemos tenido al grabar el disco. Se ve reflejado qué es lo que hemos mamado.

Sidonie: Nosotros dos nos hemos pasado discos de Sidonie, hemos flipado con Un día en el mundo. Personalmente, a mí me gustaría que dentro de diez años fuera como Quique González, Iván Ferreiro, Jero Romero o Xoel López, una persona que siga aquí por la canción. Con su público, que le dé de comer mejor o peor. Ese es el éxito. De mayor quiero ser como Quique González, que para nosotros es el mejor letrista de este país con diferencia.

En ‘Ventanal’ decís eso de con lo puesto estoy perfecto. Una gran frase.

Rodrigo: A veces nos ponemos muchas cosas encima. Nos levantamos, hay mucho ruido y no te escucho aunque estés al lado. El aire está muy viciado…

Ahí queríamos llegar. Al aire viciado que hemos comentado antes. Qué el disco comience con este tema no es casualidad, ¿verdad?

Rodrigo: Eso es. Vamos a abrir la ventana y que entre la luz.

¿Os habéis encontrado muchas reinas del Sur? (Reverte no tiene nada que ver en el tema)

Rodrigo: Yo vivo en el sur de Madrid y la reina vivía ahí.

Sólo ha habido una reina, entendemos.

Víctor: Me temo que sí.

Rodrigo: ¿Cuántas reinas del Sur hay? Pues cada uno tiene la suya. De hecho, creo que en la vida tenemos varias, pero la canción habla de una en particular que había que sacarla de la vida (risas).

El 19 tenéis la presentación del disco en El Sótano. ¿Qué vamos a encontrarnos en el concierto?

Víctor: Está en el aire pero va a haber sorpresas.

Algún holograma de Lola Flores…

Rodrigo: Y de Juanito Valderrama.

Víctor: Anda que no molaría. Y Las Grecas.

¿Qué razones nos daríais para ir este jueves a la presentación?

Víctor: Porque creo que somos el futuro.

Rodrigo: Porque luego os lo van a contar, al día siguiente va a haber mucha gente hablando de que ha visto por primera vez a Sonograma, y os va a dar mucha rabia. Somos banda de directo.

¿Cómo se presenta el 2016 de cara a conciertos tras haber sacado vuestro primer disco?

Rodrigo: Con uvas.

O lentejas, depende de donde estés.

Rodrigo: Aún no podemos adelantar nada, pero llegarán sorpresas muy buenas. Vendrán videoclips y muchas cosas más.

 

¿Algún lugar soñado para tocar?

Víctor: ¡Glastonbury!

 

¿Qué preguntas no os han hecho nunca y cuáles os gustaría que os hicieran?

Rodrigo: Agradecemos todas las preguntas. Lo importante es que se vea que quien te hace la entrevista se haya escuchado el disco y no que me hablen de él solo a partir de la nota de prensa que se han leído. Que pregunten el porqué de una canción y que me den una conversación. Preguntar directamente por las canciones.

Víctor: Hay una diferencia brutal entre una entrevista en la que se hace pensar al entrevistado. Y así no hay muchas.

¿A quién os gustaría que entrevistásemos?

Rodrigo: Pues el otro día leí sobre una chica que se llama Irene X y creo que tiene muchas cosas que decir. Desde hace unos años escribe poesía y su pilar principal es el sexo. Personalmente, que el sexo sea el centro de la obra, sea tan explícito, no me gusta. Por ejemplo, cuando follan en ‘Juego de Tronos’ casi que cambio de canal porque me parece muy obvio. Follar es como comer y nadie hace treinta planos de alguien comiéndose una fabada.

Víctor: Se le da muchísima bola. Aunque quizás el sexo tiene más enjundia (risas).

Rodrigo: Eso es. Pero en este caso, en el de Irene X, tiene su sentido. Es muy interesante desde el cambio que se está produciendo en el mundo de la poesía, en la literatura y las redes…creo que tiene mucho que decir.

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