En las páginas de Náufragos encontraremos amor, desamor, música, literatura, juventud y crisis de los treinta, aunque estos elementos no son más que algunos de los puntos de partida empleados por este cómic.
En sus diez años de existencia el premio Fnac-Salamandra Graphic ha recaído sobre cómics tan interesantes como Inercia, de Antonio Hitos o Un médico novato, de Sento. La obra galardonada en su novena (y ya penúltima) edición ha sido Náufragos (Ediciones Salamandra, 2016), un libro que ya desde su portada no duda en proclamar con orgullo su naturaleza de novela gráfica. Con dibujo de Laura Pérez y guión de Pablo Monforte, Náufragos narra la historia de dos jóvenes en el Madrid de los años ochenta y su reencuentro en Barcelona diez años después. Su atractivo dibujo le confiere a la obra un notable encanto, aunque es el uso de una doble paleta de color lo que le confiere la mayor parte de su potente impacto visual. Así, los tonos anaranjados se emplean para retratar Madrid en 1981 mientras que los azules se reservan para la Barcelona de 1991: únicamente la portada del libro y su epílogo están realizadas a todo color.
Las referencias literarias tienen gran relevancia en Náufragos – ambos protagonistas son aspirantes a escritores – aunque las musicales quizá estén algo más presentes, funcionando de hecho como una especie de banda sonora oficiosa. No obstante, cabe señalar que se ha abusado tanto de los mitificados Joy División que una cita de ‘She’s Lost Control’ no me genera más que vaga indiferencia, por no mencionar que en la década de los ochenta esta banda no fue ni de lejos tan popular como sus incesantes apariciones en la literatura y el cine actuales pueden llegar a hacernos creer. Por el contrario, mi canción preferida de las citadas en la obra es la muy gótica ‘Nine While Nine’ de The Sisters of Mercy, extraída de su primer álbum First and Last and Always (1985). Y sin embargo, encuentro más apropiadamente verosímil la inclusión de referencias patrias como ‘Antes de que salga el sol’ de Nacha Pop o ‘Yo tenía un novio (que tocaba en un conjunto beat)’ de Rubi y los Casinos, que proporcionan un contexto sonoro excelente así como un necesario toque de color local a determinados pasajes
Pero el elemento que mejor define a Náufragos son las contraposiciones de dualidades en torno a las cuales se estructura, en especial las ofrecidas por sus protagonistas Alejandra y Julio; los escenarios de Madrid y Barcelona; los años ochenta y los noventa; y, sobre todo, la nostalgia por el pasado idealizado frente a la voluntad de mirar al futuro con ilusión. En relación con este último punto, el principal tema de los tratados por la obra es la disyuntiva entre dos posicionamientos vitales tan divergentes como intentar alcanzar nuestros sueños o conformarnos con vivir de una manera más convencional. De este modo el interés de Náufragos no radica en la historia de amor y desamor vivida por sus protagonistas, sino que esta es un pretexto que permite a sus autores abordar temas tan universales que no solo son tan relevantes hoy como hace veinte años, sino que probablemente lo seguirán siendo dentro de otros veinte.