Cuando se publicó ¿Quién nos va a salvar? dudo que, por mucha intuición y experiencia, cualquier gurú de la industria musical previera que estos hombrecillos de atuendo casero colgaran el cartel de ‘No hay entradas’ en sus tres fechas de cierre de gira en la mítica sala El Sol. Sí. Tres noches. Viernes, sábado y domingo. Una formación local, burgalesa para más señas que, sin (aparente) mucho ruido han conseguido llegar a la patata de riadas juveniles. Esto es la M.O.D.A.
Con cierto retraso por nuestra parte, pasamos el amigable control de seguridad de la puerta. Lista, confirmación y las escaleras son todo tuyas. Como se suele decir, la sala estaba abarrotá y era difícil hacerse un hueco hasta la segunda barra. Vistas laterales, pero siempre de mejor acceso para realizar una expedición a lo largo de la velada. En cada uno de los tres conciertos que la Maravillosa Orquesta del Alcohol contará con un telonero diferente, tratándose de The Big Bench en la noche del viernes. Con su actuación ya comenzada (pedimos disculpas desde aquí), el público andaba más pendiente de coger buenas posiciones que de prestarle verdadera atención. Una lástima que el respeto hacia quien se sube al escenario a menudo no sea el mismo que tiene el intérprete hacia los que se congregan bajo el circular. Pese a ello, el cantante de The Big Bench tocó con pundonor y profesionalidad los temas de su trabajo, defendiéndose con entrega y acompañado de su única guitarra. Por lo que pudimos escuchar, ciertos problemas de banda hubo para esta soledad e intimismo en la puesta en escena.
La sala siguió llenándose hasta llegar a los topes. Mientras, una novel fotógrafa intentaba conseguir posiciones para dar muestras del espectáculo, los jóvenes no daban su brazo a torcer y la tarea de hacerse un hueco fue un trabajo hercúleo no ejecutado. Con sólo unos minutos entre actuación y actuación, aparecieron todos los integrantes de la Maravillosa Orquesta del Alcohol ante el delirio de los veinteañeros allí congregados. Probablemente habría que realizar un estudio sociológico sobre el vínculo creado entre estos jóvenes músicos burgaleses y su contemporáneo público. Quizás, y sin adentrarse en pensamientos filosóficos excesivos, el momento de pérdida de identidad y desidia política, el futuro incierto y la necesidad de nuevos himnos generacionales tengan que ver con el fanatismo que se respira en los seguidores que coreaban los temas interpretados la noche del viernes. A lo largo de una quincena de temas, hicieron un completo recorrido por su adorado ¿Quién nos va a salvar? además de incurrir en recordatorios de sus dos anteriores EPs, No Easy Road y The Shape of Folk To Come. Los temas en español fueron, con claridad, los más coreados, como se notó en canciones como ‘Vasos Vacíos’, ‘Los hijos de Johnny Cash’ o ‘Nómadas’. Folk, acordeones y mucha carretera junto con letras melancólicas y mucha humildad. Podrían ser vecinos tuyos, pero son seis tipos que están abriendo el mercado nacional al folk en español. Los políticos se hunden, pero el momento musical nacional actual es gloria bendita.