El pasado sábado se celebró la decimoquinta edición del Festival de Música Independiente de Zaragoza manteniendo su éxito de convocatoria.


Las puertas se abrían a las 18:30h pero la noticia que marcaría el evento apenas saltaba un par de horas antes. La organización informaba de que los cabezas de cartel 2ManyDjs se caían por enfermedad y nos remitían a su muro de Facebook en el que textualmente decían:

“Lamentamos anunciar que tenemos que cancelar nuestro set de esta noche en el FIZ festival por enfermedad. Esperamos sinceramente que todos entiendan y acepten nuestras más profundas disculpas por esto y esperamos volver a Zaragoza lo antes posible.”

Pese a no estar obligado a ello, la organización ha decidido poner un plazo de dos semanas para devolver la entrada a todo aquel que no hiciese uso de ella, puesto que consideran que el perfil de público que atraían era ligeramente diferente al del resto del cartel. Un pequeño gesto que les hace apuntarse un tanto a su favor.

Pero, centrémonos en lo musical, el primer grupo en pisar el escenario de la Sala Multiusos del auditorio fue My Expansive Awareness, derecho que obtuvieron al ganar la final del concurso Ambar Z Music. Esta banda local, de escucha más que recomendable, ha sabido imprimir a sus canciones, en poco más de un año y medio, un sonido con personalidad lleno de atmósferas psicodélicas recreadas a la perfección en directo.

Tras ellos, el turno fue para Arizona Baby. Javier Vielba derrochó carisma a raudales, metiéndose a los más tempraneros en el bolsillo desde los primeros acordes. La apuesta más arriesgada, en comparación al resto de grupos, gustó y mucho. Dejaron patente su maestría y experiencia.

El 15º aniversario del FIZ no podía dejar pasar el vigésimo de La Habitación Roja (ni el 10º de Dorian, pero eso vendrá después). Un repertorio cargado de temas archiconocidos con el que han girado a lo largo y ancho de la península. ‘La moneda en el aire’ se une a temas como ‘Si tú te vas’ y, por supuesto, a ‘Ayer’ para hacer disfrutar a todos los presentes.

Supersubmarina aprenden rápido, siguen mejorando, e hicieron un show que es efectivo, coreado y celebrado por sus fans. Quizá su punto débil sea el elemento visual, pero lo suplen con expresividad. Los de Baeza son conscientes de que no pueden gustar a todos y no se creen “el rey del mundo” y esa modestia les hace ganar cada vez más adeptos, pese a su ya destacada popularidad.

The Vaccines fueron los verdaderos cabezas de cartel y actuaron como tal dejando satisfechos a las más de 4.500 personas que llenaban casi por completo el aforo de la sala. La sorpresa internacional salió pisando fuerte y ofrecieron un espectáculo de luz y color, cañero, y de canciones bailables. Una buena actitud, las mil y una poses de Jay y la mezcla de temas recientes con otros de sus discos anteriores fue la fórmula ideal para continuar con la noche.

La noche parecía que tenía el viento de cara y recibía a Dorian, muy queridos por estos lares y que agradecieron el apoyo incondicional recibido desde sus comienzos. No hay que olvidar que han estado presentes en múltiples ocasiones en este festival. Ofrecieron el espectáculo con el que han girado durante la época veraniega por los festivales aunque sin su elemento diferenciador.

Fue el mejor directo de la velada por méritos propios: baño de multitudes incluido, canciones enlazadas que aumentaban poco a poco en intensidad, se llegó al culmen en su último tema, como no podía ser de otra manera, y cañones esparciendo confeti que recrearon paraísos artificiales. Un derroche de empatía y simpatía que fue correspondido como se merece con una gran ovación final.

Difícil lo tenía El Columpio Asesino, pero es otro de los grupos más admirados y siguió la estela de sus predecesores. Sus sonidos oscuros supieron conectar con el público y se ganaron el derecho a cerrar con una gran calidad, tal y como nos tienen acostumbrados en la presentación de Ballenas muertas en San Sebastián. Toro desató la euforia.

Buffetlibre fueron los sustitutos oficiales de los 2 Many djs, decisión que generó división de opiniones, pero entendibles en ambos casos y que, con el poco tiempo de maniobra, se reveló un acierto.

Abro un apartado final de retazos varios que van desde el sonido de la sala, demasiado elevado al principio y mejorable como siempre, hasta mi felicitación por la rapidez en los cambios y la buena elección de los temas entre directos, además de una gran idea la de que cada grupo escogiera un tema para ilustrar la foto de cada directo.

Y me gustaría acabar pronunciándome sobre la polémica de la elección del cartel que genera, cada vez más, reacciones contradictorias. ¿Existe lo mainstream dentro de lo independiente? ¿Es una causa de que pierda calidad? Excepto The Vaccines, todos los demás grupos han pasado por una de las pequeñas salas de la ciudad en el último año y con desigual resultado. Soy consciente de que un festival en Zaragoza solo puede alcanzar, por el momento, esta solidez con este cartel. Estoy convencida de que hubo gente que escuchó por primera vez a alguno de los grupos y de que eso servirá para despertar curiosidades. Tenemos 364 días más al año para reivindicar la música en salas y hay mucha gente que lo intenta porque #OtrosPilaresSonPosibles y #EnZaragozaNuncaPasaNada. Por supuesto que me gustaría que se pudiese incluir un pequeño tesoro, quizá Pablo Und Destruktion o Julián Maeso que también visitaron la capital este fin de semana, pero, pese a quien le pese, el FIZ es un éxito año tras año y no hay que desmerecerlo.

Una noche pre-pilarista de directos notables en la que el público disfrutó y mucho. Así que me despido con el titular El FIZ cierra su 15ª edición sumando un nuevo éxito.

¡Larga vida al FIZ!

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