Cuando Fanfarlo visitaron Madrid, en julio del pasado año, nos deleitaron con un adelanto del que sería su próximo y tercer disco de estudio y nos hicieron la promesa de volver cuando estuviera listo. El 24 de enero salió a la venta Let’s go extinct un disco más íntimo (mucho más aun, si cabe, puesto que Fanfarlo siempre se han caraterizado por ser un grupo “hacia dentro”, aunque sus directos resultan bastante más movidos y energéticos de lo que en un primer momento pueda parecer) que los anteriores ( Rooms filled wih light y Reservoir). El nuevo disco es mucho más etéreo, tiene referencias a la neurociencia, al futuro, a uno de los escritores de ciencia ficción más respetados como es Kurt Vonnegut o a la teoría de que exista vida en otras partes del universo (panspermia). Esa promesa se ha hecho realidad y los británicos (con permiso de su vocalista, el sueco Simon Balthazar) no han dejado que se enfriara el disco y programaron una pequeña gira por toda España, haciendo su primera parada en la capital.
Las encargadas de calentar motores fueron las, también, londinenses Lillies on Mars, un duo de multi-instrumentistas, Lisa Maia y Marina Cristofalo, con propuestas de música retro-futurista y alguna pizca de psicodelia. Presentaban también su tercer disco, Dot to dot, publicado este mismo mes de febrero. Los directos de este duo, aunque no hayas oído previamente nada de ellas, son para enamorarte a primera escucha: minimalistas, pero llenos de una energía envolvente y transportadora.
Sin duda, Lilies on Mars eran la perfecta elección para presentar al plato fuerte. Fanfarlo tienen apariencia de hipsters estirados y repipis, nada más lejos de la realidad, me encantan en concierto porque son un gran derroche de simpatía, contenida, sí, pero simpatía en escena que se traduce en rostros felices de los espectadores que a su vez provocan que el grupo esté tan a gusto con su actuación que la setlist inicial (trofeo de caza de todos los periodistas y fotógrafos tras el concierto) la acaban distorsionando (esa es la grandeza del directo también), cambiando el orden de las canciones y versionándose a si mismos sobre la marcha (resulta muy entrañable el absoluto desparpajo con el que Simon se acerca a su banda uno a uno para explicarles que van a cambiar el repertorio) a pesar de que el sonido del principio casi nos deja sordos a más de uno (menos mal que siempre llevo mis tapones “de estar cerca del escenario”) el buen hacer y la confianza sobre el escenario hicieron que supieran solventar el problema sin que se notara demasiado. Muchos temas de su primer disco sonaron: Ghost, con la que iniciaron el concierto, Luna o Comets, su segundo disco también tuvo cabida, con temas como Bones, también tuvieron tiempo para recordar The sea, el tema de su EP sacado el año pasado. Aunque el grueso lo ocupó su tercer disco, era obvio puesto que se trata de la gira de presentación, con temas como A distance, Landlocked, The begining and the end y, ya en los bises, Let’s go extinct, aunque el concierto lo terminaron con su celebérrima y celebrada obra maestra llamada The walls are coming down, prometiendo volver y dando las gracias a ese “lovely” público que tanto les quiere.
Foto y texto: Aída Cordero