El pasado viernes 13, en una noche para muchos aciaga tras la derrota de la selección, un grupo de personas, a partir de ahora los llamaré “los privilegiados”, tuvieron el honor de asistir en la Sala López de Zaragoza a un gran recital que cambiaría por supuesto el transcurso de la noche pero quién sabe si de algo más.
Arizona Baby fueron los responsables de toda esta revolución. Presentaban su último sencillo It is called work (2014, Subterfuge), un EP que incluye tres temas homenaje a las canciones de trabajo americanas y “los privilegiados” no dejaron de apoyarles desde el primer instante en el que empezaron a hipnotizarnos con ‘Muddy Rivers’.
Hay veces que utilizamos la expresión “suenan como en el disco” a modo de alabanza porque representa un sonido cuidado de calidad, pero además, estos pucelanos y, casi lo debería escribir con mayúsculas por lo orgullosos que están de serlo, saben venderse entre canción y canción con presentaciones graciosas y distendidas que relajan un ambiente ya de por sí hecho por y para el disfrute y el deleite de “los privilegiados”.
La banda formada por J. Arizona , Sr. Marrón y Dr. Tosco nos habló de sus comienzos con ‘Everything’, a la que siguió ‘16 toneladas’ su única y reciente incursión al castellano. Fueron agradecidos y compartieron su sabiduría. ‘Where the sun’ encandiló con sus ritmos de ecos africanos y puso de relevancia la importancia de las intros más que trabajadas y donde nos volverían a sorprender en la traca final con la intro más española de ‘Shiralee’.
“Los privilegiados” vivieron grandes momentos alentados y animados por la banda que se erigió como un director de orquesta o, por qué no decirlo, como guía espiritual de un público que saboreaba cada nota de rock, country o quizá psicodélica pidiendo más con una sonrisa permanente en la cara.
‘It helps’ y ‘X’ed Out’ anunciaban la llegada de los bises y por consiguiente el inevitable final.
‘Real lies’, ‘The Truth’ y ‘Shiralee’ fueron las encargadas de poner el broche redondo a una noche que dejó en “los privilegiados” la impronta de que cada concierto de Arizona Baby es diferente, especial, nos hacen únicos con su carisma y su saber hacer y nos convierten en “los privilegiados”.