Borja Flames ha formado parte de grupos como Tedium o el dúo Belmonde. Actualmente está afincado en París en donde forma parte del dúa June et Jim. Su primer disco en solitario, Nacer Blanco (Marxophone, 2016), consta de doce temas de tremenda complejidad que atrapan a los más curiosos musicales con sus componentes de trance, misterio y sensualidad.
Éste es un personaje que se interesa a los experimentos, a las investigaciones, a los laboratorios. Entrevé, descubre poco a poco, las manos bajo el capó (un músico sabe esto, que son las manos las que piensan, que son las manos, el trono del pensamiento). Escucha (un músico sabe esto también, que si son las manos las que piensan, es claramente el oído el que toca), imita, deshace, desmonta, vuelve a montar, deja venir, riega y mira crecer, acompaña, destroza, revuelve en todos los sentidos y da a luz pequeños monstruos. Porque si llamábamos aNacer Blanco “el primer disco en solitario de Borja Flames”, Borja Flames, él, llama Nacer Blanco su “bastardo”. Lo cual le va muy bien.
Nacer Blanco se presenta como un disco dispuesto a romper los esquemas y, a la vez, recordarte otras manifestaciones artísticas como los haikus o la poesía de verso libre. Todo ello aderezado con dulzura y colores, mezclado, a su vez, con gran amor.
Borja no esconde sus influencias, extrae de ellas el arte que le interesa y las hace girar, como derviches.
Un disco difícil de clasificar, aunque suene a frase hecha, y, por tanto, difícil de escuchar. Un reto para los melómanos atrevidos.