La alerta naranja por fuertes lluvias durante el sábado, dio al traste con la segunda jornada del Interestelar, donde entre otros, debían actuar Love of Lesbian, 091, León Benavente o Maga
Para desgracia de los organizadores y del público -especialmente el del sábado-, las inclemencias meteorológicas dieron al traste con la segunda jornada del Interestelar y este tuvo que suspenderse tras una más que notable primera sesión de viernes.
Las autoridades pertinentes, que dirían los más clásicos informadores, aconsejaban la cancelación del evento, por motivos más que evidentes, a eso de las tres de la tarde del sábado. Minutos después, llegaba la confirmación oficial de la misma: la Organización anunciaba a través de las redes sociales que el festival se cancelaba.
En Sevilla jarreaba desde la madrugada de forma persistente y, por momentos, casi apocalíptica, dejando anegada la zona de conciertos en la Cartuja sevillana, así como el resto de la capital andaluza.
La lluvia fue la gran protagonista del segundo día, haciendo ya acto de presencia el viernes, de forma tenue, pero evocadora. Al menos, en esta jornada inaugural quedó relegada a mera anécdota y nos dejó disfrutar del espectáculo.
Los platos fuertes del primer día quedaban encomendados, en principio, a Mando Diao e Iván Ferreiro, aunque la “clase media” puso mucho de su parte para equilibrar la balanza, e incluso desde el excelente escenario Obbio (sobre todo para grupos emergentes) salieron pildorazos dignos de celebración, que a un buen número de público le resultaron más contundentes que los primeros espadas del cartel.
La jornada del viernes contó con una muy buena organización, asistencia notable de público, diversidad de estilos, sorpresas muy agradables en el escenario emergente y un pero; el sonido limitado por el Ayuntamiento, que impidió la excelencia de los grupos punteros de la noche, pese a su buena actitud.
Los suecos desarrollaron un setlist muy elaborado, con diecisiete temas, en los que quizás abusaron (como lo hacen, no obstante, en los últimos tiempos) del sonido acústico y de bises excesivamente largos. Eché en falta temas de Hurricane Bar y más electricidad, pero en general tocaron casi todos sus hits más granados; ‘Sweet ride’, ‘Losing my mind’, ‘Mr. Moon’, ‘Hit me with a bottle’ (estos tres últimos en acústico), y sobre todo el cierre con ‘Gloria’ (genial) y ‘Dance with somebody’ (y sus excesivos más de diez minutos), previo cover del ‘It’s Now or never’ de Elvis.
Curiosamente, de su último disco, Aelita, solo tocaron Lonely Driver“. Una actuación, en definitiva, que pese a ser muy correcta no terminó de enamorar del todo; de hecho, más de uno se fue ligeramente decepcionado.
Iván Ferreiro salió a la palestra un par de horas antes, banda de lujo incluida, con su hermano Amaro y el polifacético y omnipresente Ricky Falkner, flanqueándole. Estrenaba en Sevilla su gira y salió a darlo todo, deleitando a sus incondicionales, a los que obsequió con un muy notable concierto. Temas de siempre, pop de quilates y guiños a Maga (con ‘Diecinueve’) y a El último de la fila (con una sorprendente ‘Insurrección’), y final apoteósico con la coreada ‘Turnedo’. Aquí, sí. Ferreiro cumplió las expectativas y sus fans salieron con el ánimo por las nubes. Con perdón.
En las postrimerías de la tarde, Anni B. Sweet, primero, y Full, después, tocaron para un público que iba llenando el recinto poco a poco, y entraba con avidez de festival. Su respuesta fue muy buena, cada uno con su estilo. La malagueña, que se confesó muy nerviosa, después de mucho tiempo sin tocar el Sevilla, dio un repaso a lo mejor de su repertorio, haciendo hincapié en el sobresaliente Chasing Illusions. Su voz sigue siendo demoledoramente dulce, pero sus registros tienen cada vez más aristas, y las más rockeras resultan muy interesantes.
Full, por su parte, aportaron frescura y actitud, con un buen directo, aprovechando (como su compañera anterior) los estertores legales, en cuanto al sonido se trataba, que empezaron a ser un hándicap a partir de entonces para el resto, y cómo no, para el respetable. Su estilo amable y cercano a Izal o Vetusta Morla les hace ganar cada vez más adeptos entre el público que navega entre el mainstream y el indie. En lo suyo, bastante buenos.
Y llegaron la fuerza, el talento y la personalidad de Fuel Fandango y Belako, para terminar la jornada. También el chirimiri. Y lo peor (el único pero del Festival), el sonido de escasa potencia, obligado por el Ayuntamiento, y que ya se evidenció con los dos cabezas de cartel (aunque uno por estilo y otros por su tendencia acústica, no fueron tan duramente penalizados).
Nita y Álex son un torrente de energía, todo un derroche de calidad, personalidad y originalidad en el escenario. Su fusión electrónica, funk, flamenca y pop quedaría relegada a pura anécdota, sin su fuerza a la hora de transmitir hacia dentro y hacia fuera su vitalidad salvaje y el mucho arte que atesoran, del que te cuesta quedarte ajeno durante sus directos. A pesar de la lluvia. A pesar de los dos puntos más bajos de potencia en el equipo. A pesar de las casi ocho horas de baile y cerveza acumulados por algunos. La sinergia con el público, la química entre ambos y la estética que enarbolan como emblema, no defraudan. La gente bailó y disfrutó durante hora y cuarto, al ritmo de las celebradas ‘Salvaje’, ‘New life’ o ‘Toda la vida’, y por un momento el aguacero que se vislumbraba, se convirtió en buen rollo y mucho arte.
Los chicos de Mugia cerraban el cartel, y aun desplegando todas sus armas (que son muchas y muy eficaces), las contingencias del clima, del sonido y del horario estricto (tuvieron que finalizar el concierto de forma poco ortodoxa y casi corriendo) fueron emboscadas difíciles de combatir. Lo intentaron e hicieron disfrutar a sus adeptos (servidor incluido) pero sin llegar a lo que habitúan, la excelencia. El sobresaliente Hamen fue el eje vertebrador de su escasa hora de concierto, sin desdeñar temazos del Aurie, como ‘Sea of Confusion’ o ‘Haunted House’, muy celebrados siempre. Los Belako son muy grandes. Lidiar batallas con tantas eventualidades y salir indemnes (aunque no triunfales) les hará más grandes aún. Seguro.
El escenario emergente, Obbio, fue un gran acierto de la organización. Se vivieron grandes momentos, buen sonido -respecto los escenarios grandes- y un ambiente de lo más agradable, en un rincón excepcional de la Cartuja sevillana. Un destacado, Correos. Un triunfador, El Imperio del Perro.
Ya comentábamos en la previa del Festival que la Organización había apostado a última hora por un tercer escenario, destinado a emergentes, y apuntábamos entonces que nos interesaba la idea. Una vez que fuimos testigos del gran ambiente de dicho escenario y los buenos momentos que vivimos en la noche del viernes, tenemos que corroborar el éxito de la propuesta.
El sonido, la ubicación y el ambiente fueron sobresalientes y las actuaciones, variopintas e interesantes, hicieron que los ratos pasados en el escenario pequeño, fuesen de los momentos más grandes.
Los más destacados fueron Correos, que nos sorprendieron, con su estética a lo Hives y su contundente directo; y El Imperio del Perro, que deleitó a su parroquia (jugaban en casa y salieron a comerse el mundo) con una fuerza y un sonido, que en muchos momentos echamos de menos en los escenarios centrales.
Los sevillanos hicieron vibrar al mucho público congregado, a pesar de que a la misma hora coincidían con Miss Caffeina, con temas demoledores de su disco homónimo (El Imperio del perro, 2016; su primer largo), como ‘Buitres’ o el celebrado ‘No me jodas’ e, incluso, la sobresaliente versión de ‘Naúfragos’, de los Niños Mutantes. Noche grande para los Arctic Monkeys de Sevilla. Mucho ojo con ellos.
Quiero decir, para finalizar, que la Organización, rápidamente procedió a la devolución de los tokens sobrantes y anunció, paralelamente a la suspensión de la segunda jornada, el reintegro del 50% del abono al público (y el 100% a los que tenían la entrada del sábado) en breves fechas.
La organización del Interestelar Sevilla ya ha adelantado que habrá segunda edición en 2017, con cambio de fechas incluido: 19 y 20 de mayo del próximo año.
Me gustaría destacar, de nuevo, muchos aspectos de la organización (zonas de acceso, acreditaciones, entradas, servicios, agilidad en la respuesta a la contingencia, escenario emergente, heterogeneidad del cartel, zona de bebida y comida…), que ya tiene experiencia en eventos similares, y la infraestructura magnífica y marco incomparable del CAAC de la Cartuja de Sevilla.
Y dos peros y/o sugerencias. Se debería abordar con el Ayuntamiento, para posteriores citas, el tema del sonido; llegar a un entente cordiale entre unos y otros para, sin molestar a los ajenos al festival, no perjudicar la calidad del espectáculo. Y finalmente, sopesar la idea de modificar lo de los escenarios grandes paralelos. No es razonable que en el transcurso de un concierto, se oiga la prueba de sonido del grupo que está a unos metros y que va a salir posteriormente. Esperemos que el año que viene, que ya se ha anunciado segunda edición (para el 19 y 20 de mayo), solventando dichos detalles y sin el protagonismo de la lluvia, el festival llegue a las cotas de éxito que apunta.