Hoy se cumplen 10 años desde la publicación de Vivalaguerra, el cuarto álbum de estudio de la banda catalana Standstill. El disco ha sido considerado uno de los mejores álbumes nacionales de la década, y en El Ukelele queremos hacerle un pequeño homenaje.


El 15 de noviembre de 2006 se publicaba oficialmente Vivalaguerra (Buena Suerte, 2006), el cuarto álbum de estudio de los catalanes Standstill. Hace exactamente diez años… cómo pasa el tiempo. Por desgracia, el grupo se encuentra actualmente en un parón indefinido (de hecho, su líder y cantante Enric Montefusco acaba de publicar un trabajo en solitario), por lo que me temo que los fans del grupo vamos a ser los únicos que vamos a celebrar el décimo aniversario de Vivalaguerra.

Standstill es un grupo caracterizado por el cambio. Desde que publicaron su primer LP, The Ionic Spell (BCore, 2001), han sufrido infinidad de cambios. Cambios en los integrantes de la banda (destacando la entrada del gran bajista Ricky Falkner en 2006), cambios en el estilo (recordemos que Standstill comenzaron tocando una especie de post-hardcore / screamo), y sobre todo y más importante, cambio en el idioma, ya que empezaron con el inglés para luego, con Standstill (BCore, 2004), pasarse definitivamente al castellano.

Es por esto último que, quizá, podría considerarse que Standstill fue el gran punto de inflexión en la discografía y trayectoria de la banda. Pero nada más lejos de la realidad. El auténtico gran punto de inflexión lo constituye el disco que nos ocupa hoy aquí: Vivalaguerra.

Esto se debe a muchas razones, y la primera y más importante es el gran cambio que sufrió la banda en cuanto a los integrantes que la formaban. La entrada de Ricky Falkner como bajista fue crucial, y sin duda es uno de los aspectos más destacables de todo el trabajo. Por otro lado, el disco es lo más experimental que Standstill habían hecho hasta entonces, con bastante diferencia.

Standstill nos quisieron dejar claro desde el primer segundo del disco que aquello no iba a ser un Standstill 2.0, sino que iba a ser algo nuevo, algo fresco… como decíamos, algo experimental. Es por esto que el disco abre con ‘1, 2, 3 Sombra‘, con la voz de Enric Montefusco modulada para sonar una octava más grave. Una forma curiosa a la par que inteligente de abrir un disco como Vivalaguerra.

A esta le sigue probablemente el corte más característico del trabajo y, seguramente, de casi toda la discografía de Standstill: ‘¿Por qué me llamas a estas horas?‘. Considero que este corte concreto sirve como un perfecto ejemplo para resumir todo lo que significa Vivalaguerra en su completud, tanto a nivel instrumental como a nivel de letras. Es por esto que me gustaría detenerme a analizarla un poco más a fondo.

Romper un silencio así no tiene perdón.

Así comienza el que, al menos para mí, es el mejor corte de todo el trabajo. Inicio suave y sinuoso que da paso a una catarsis de todos los instrumentos, destacando el trabajo de Ricky Lavado con la batería y de Ricky Falkner con el bajo. Pero no es solo la instrumental lo que convierte esta canción en uno de los momentos más interesantes de Vivalaguerra, también las letras de Enric, siempre confusas y con doble rostro, pero de una calidad excepcional. Además, Enric consigue utilizar un lenguaje de carácter coloquial que perfectamente podría haber sido extraído de una conversación cotidiana, con expresiones y fórmulas propias del castellano hablado (“aunque nada tengo que esconder, bueno… casi, pero eso no viene al caso” / “yo solo quería un aplauso, gracias, bueno… “gracias”“). A quién no se le ponen aún los pelos de punta cada vez que escucha ese “mira, mamá, sin suerte“.

Me parece también destacable cómo Enric juega con la cohesión en las letras. Ejemplo práctico: al inicio de la canción Enric nos canta “cuánta vanidad, digo… vida. Yo propongo un tropezón“; para más tarde cantar “con la cara tropezada ya no hay nada que vender”. Además, aprovechando la mención, también considero un detalle a tener en cuenta la forma en que Enric juega con la sonoridad de las palabras (lo que en literatura se conoce como una aliteración), como por ejemplo en “cuánta vanidad, digo… vida“, “bueno… casi, pero eso no viene al caso“.

Podríamos escribir un artículo de 5.000 palabras destripando el resto de cortes igual que acabamos de destripar este, pero como decíamos, este sirve como un buen resumen de todo el disco, así que dejaremos que el resto los descubráis vosotros mismos en detalle.

No obstante, hay algunos aspectos del resto de cortes de Vivalaguerra que sí me gustaría recalcar antes de concluir con este artículo. Como por ejemplo el trabajo de Ricky Falkner en cortes como ‘La risa funesta‘ o ‘Víctor San Juan‘.

Por otro lado, la cohesión en las letras de Enric de la que hablábamos antes, que no ocurre tan solo a nivel de canción, sino durante todo el disco. Además, curiosamente, casi todas las referencias que encontramos a lo largo del disco son para echar la mirada hacia atrás y “responder” a ‘¿Por qué me llamas a estas horas?’. Otra razón más para considerarla como el pilar central de todo Vivalaguerra. Comentemos un par de ellas:

‘¿Por qué me llamas a estas horas?’:

Era 19 de noviembre y tú soltaste que lo importante son los goles, y no los colores.

‘Víctor San Juan’:

No, no puedo ser yo quien empiece la conversación. Ni de goles, ni de colores.

‘¿Por qué me llamas a estas horas?’:

Romper un silencio así no tiene perdón.

‘1, 2, 3 Sol’:

Romper un silenció así ya tiene perdón.

Para qué engañarnos… me encantan las auto-referencias.

Siguiendo con las letras, el uso de figuras literarias, como las aliteraciones que comentábamos antes, también se repite a lo largo de todo el trabajo. Y es que Enric es todo un maestro con la pluma… gracias a dios que decidieron pasarse al castellano. También el uso de formas de lenguaje hablado es reiterativo: “Hola, ¿qué tal?, cuánto tiempo… Muy bien, con el grupo y eso…” (‘La mirada de los mil metros’) / “Bueno, ya hemos llegado al fin de la noche. ¿Y ahora qué? ¿Qué de qué? Pues nada…” (‘El por qué de hablar solo’).

En fin, hay mucho más que comentar sobre esta impresionante obra maestra que es Vivalaguerra, pero creo que ya me he enrollado lo suficiente. Si no conoces el grupo o el disco, dale una oportunidad… no te vas a arrepentir. Y si ya lo conoces, vuelve a escucharlo para felicitarle el décimo aniversario. Y si te animas, ¡cómpralo!

No llevaba idea de extenderme tanto, la verdad, solo quería hacer un pequeño homenaje-recordatorio al disco, pero a veces uno se deja llevar. Felices 10 años, Vivalaguerra. Esperemos que tus progenitores decidan volver a reunirse pronto para darte la fiesta de cumpleaños que te mereces.

 

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