Crónica de la primera edición de la Fiesta del Flotador, organizada por Madrindie. Contó con la presencia de Fuckaine, Milk It y Kings of the Beach.


El pasado sábado no había ni rastro de colchonetas de formas pudorosas (o no) en los bajos del céntrico El Perro de la Parte de Atrás del Coche a pesar de acudir a la Fiesta del Flotador organizada por los majos de Madrindie (acotación: tienen muy buen ojo con las bandas). Y no sería por el calor que traspasaba el asfalto madrileño. Rezando estamos en la capital para que agosto no se convierta en el infierno que se prevé.

Con una Coronita en el buche y una entrada más que aceptable para el terraceo patrio que se vive en estas fechas, aparecieron los noveles Kings of The Beach. Desde la misma Galicia y con solo una camiseta llegaron al foro para imprimirle unas olas a la playa de Madrid. Se les notaba un tanto acongojados ante tal aventura, pero esa mezcla de surf y punk actual que se marcaron darán más que hablar en el futuro de los suburbanos musicales.

La sala seguía llenándose mientras el cambio de bandas funcionó a la velocidad del rayo. Era el inicio de las bandas amigas (conocidas) por El Ukelele. Dos días antes estuvieron en Costello haciendo sudar a los parroquianos y esta noche no iba a ser menos. Añadiendo varios temas inéditos que serán publicados después de verano, Milk it volvieron a demostrar que el pogo es su ambiente. Aires británicos para un cuarteto que tuvo cambios esa noche y que, pese a ciertos problemas de sonido, siguió deleitando al personal con temas ya conocidos como ‘You Heard That?’ o ‘Crooked Smile’.

Milk It – Fotografía Eva Sanabria

Cable por allí, amplificador por allá. La cerveza seguía cayendo y el aire acondicionado era el nuevo dios de esa noche. Entre el público, la voz de Sorry Kate o el creador de una sala en Latina que dará que hablar (seguiremos la pista). Los últimos en subir al escenario fueron los inclasificables Fuckaine. Media hora de adrenalina con interpretaciones extasiadas por parte de Fran, una Tábata cada vez más cómoda en las voces y dos secundarios de lujo que mantienen la cohesión de ese sonido tan complicado de llevar al directo creado en Totally Contagious con temas como ‘Hooray’ o ‘Kahuna’. La cerveza terminó subiendo al escenario; no podía ser de otra forma.

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