Meghan King de RHOC llama a la policía por mensajes de texto amenazantes (excepto)

La figura de la televisión de realidad, Meghan King, conocida por su participación en The Real Housewives of Orange County (RHOC), ha vuelto a ser noticia tras reportar a la policía haber recibido mensajes de texto amenazantes. Este incidente subraya los desafíos persistentes que enfrentan las personalidades públicas, especialmente cuando sus vidas personales se entrelazan con la atención mediática. La llamada a la policía por parte de Meghan King destaca una situación preocupante que actualmente está bajo investigación, añadiendo otra capa a sus ya documentados conflictos post-divorcio y tensiones familiares.

La Denuncia Reciente: Mensajes Amenazantes

El 7 de septiembre, Meghan King, residente de Missouri, contactó a la policía de Kirkwood para denunciar a un individuo desconocido que le había estado enviando mensajes de texto con contenido amenazante. Un oficial del departamento se dirigió a la residencia de King para tomar declaración y elaborar un informe oficial.

Según el informe policial, King afirmó que esta persona, a quien ella no conocía, le había estado enviando mensajes de texto durante varios meses, los cuales contenían «comentarios amenazantes». Aunque el caso fue cerrado el mismo día de la denuncia, un representante de la policía ha indicado que el asunto continúa bajo investigación.

Incidentes Previos y la Relación con los Edmonds

Este no es el primer contacto de Meghan King con las autoridades debido a disputas personales. Anteriormente, el 1 de mayo, Courtney Edmonds, la esposa de su exmarido Jim Edmonds, también llamó a la policía para reportar un incidente ocurrido en su hogar.

King y Jim Edmonds estuvieron casados desde octubre de 2014 hasta que Jim solicitó el divorcio en octubre de 2019, finalizando su proceso en mayo de 2021. Comparten tres hijos: Aspen, de ocho años, y los gemelos Hart y Hayes, de siete años. Jim Edmonds se casó con Kortnie en septiembre de 2022.

Según el relato de Kortnie Edmonds a la policía, King se presentó en su casa y tocó el timbre «varias veces». King supuestamente estaba allí para entregar un vestido a su hija, pero se negó a hacerlo y pidió hablar con su hija directamente. Kortnie le informó que su hija no se encontraba en casa con Jim y le pidió a King que dejara el vestido y se fuera.

Kortnie declaró que, tras cerrar la puerta, escuchó a King gritar el nombre de su hija dentro de la casa. Al regresar a la puerta principal, Kortnie observó a Meghan parada dentro de la residencia. Kortnie le exigió a King que «saliera de mi casa», a lo que King salió lentamente, pero brevemente interpuso su pie en la puerta, impidiendo que Kortnie la cerrara por completo. Finalmente, King movió su pie y la puerta fue cerrada.

El informe de este incidente fue remitido al fiscal municipal de Frontenac para posibles cargos penales, aunque finalmente no se presentaron cargos contra King. Kortnie también solicitó una orden de restricción contra King, pero el caso fue desestimado después de que ambas partes llegaron a un acuerdo para mantener distancia mutua.

El Impacto de los Conflictos Post-Divorcio

Los constantes enfrentamientos públicos y los llamados a la policía reflejan las complejas y a menudo dolorosas «secuelas del divorcio» que Meghan King ha expresado. Ha compartido que «nadie habla realmente sobre el control coercitivo y las secuelas del divorcio», señalando la dificultad de estas situaciones.

Estos incidentes no solo afectan a las personas directamente involucradas, sino que también ponen de manifiesto los desafíos inherentes a la coparentalidad en medio de relaciones tensas y la dificultad de mantener la privacidad cuando se está bajo el ojo público. La serie de eventos subraya una batalla legal y emocional en curso que sigue desarrollándose.

La reciente denuncia de Meghan King por mensajes de texto amenazantes es un recordatorio de que, a pesar del brillo de la fama, las figuras públicas también enfrentan luchas personales significativas. La investigación en curso sobre los mensajes amenazantes, junto con los incidentes pasados con los Edmonds, ilustra la complejidad de sus relaciones post-divorcio y los continuos desafíos de la coparentalidad en un entorno de alta visibilidad. Estos eventos refuerzan la necesidad de un diálogo y acuerdos claros para garantizar el bienestar de todas las partes, especialmente de los hijos involucrados.