5 películas para los que odian la Navidad y no lo disimulan

La Navidad, para muchos, es sinónimo de alegría, reuniones familiares y momentos de paz. Sin embargo, para otros, esta época puede resultar estresante, frustrante o incluso insoportable. Desde la presión social y las expectativas exageradas, hasta las relaciones familiares complicadas, no son pocos los que simplemente odian la Navidad y no lo disimulan. Afortunadamente, el cine ha explorado en varias ocasiones ese lado menos brillante de estas festividades, creando películas que reflejan, con humor o intensidad, ese malestar. En este artículo, te presentamos cinco películas que representan muy bien a quienes no disfrutan de la Navidad y prefieren no esconderlo.

La típica Navidad (Netflix)

Si las reuniones familiares te agobian y buscas una visión ácida de la Navidad, esta película noruega es perfecta para ti. Sigue a Thea (Ida Ursin-Holm) y su prometido Jashan (Kanan Gill), quienes visitan la casa de la familia de ella en unas fiestas que prometen ser un trámite más. Pero lo que comienza como una visita cordial rápidamente se convierte en una prueba de paciencia, donde las diferencias culturales, los prejuicios y las viejas rencillas emergen con crudeza. Desde la madre racista hasta la presencia del ex de Thea, que se transforma en un catalizador de discusiones, la película no esquiva mostrar la cara más fea de las celebraciones. Esta historia es un recordatorio humorístico y amargo de cómo las apariencias felices en Navidad pueden esconder conflictos profundos.

Reviviendo la Navidad (Netflix)

¿Qué pasa cuando una película mezcla a Groundhog Day con la idea del amor propio y la redención? La respuesta la encontramos en esta comedia que burla el espíritu navideño a través de un protagonista egoísta y poco agraciado con la festividad: Chuy (Mauricio Ochmann). Todo empieza cuando su actitud descarada y despreciativa en la Nochebuena genera una maldición que lo condena a vivir cada Navidad una y otra vez, hasta que aprenda a valorar la importancia de la fecha. Con un tono burlón y una crítica a los clichés navideños, esta película es una opción ideal para quienes disfrutan del humor negro y la reflexión sobre la superficialidad de las celebraciones familiares.

A mil kilómetros de la Navidad (Netflix)

El personaje principal, un gruñón que odia la Navidad, se ve obligado a viajar a un pequeño pueblo en España durante estas fechas. La historia profundiza en cómo este hombre, acostumbrado a su soledad y a rechazar las festividades, termina viendo la vida desde otra perspectiva gracias a la calidez y la alegría de los habitantes de Valverde. La película explora temas como la soledad, el rechazo y la búsqueda de un sentido auténtico en medio del bullicio navideño. Es una historia que revela que, incluso en los corazones más cerrados, puede florecer un cambio cuando menos se espera, siempre y cuando haya un poco de empatía y buena voluntad.

Los que se quedan (Movistar+)

En esta película, el dolor y la pérdida se convierten en los protagonistas de la temporada navideña. Angus (Dominic Sessa), un estudiante que atraviesa un duelo, debe permanecer en un colegio en Navidad después de un castigo y se encuentra aislado y desolado. Por su parte, Paul (Paul Giamatti), un profesor amargado, se responsabiliza de los rezagados con un humor ácido y una actitud cynica, mientras que Mary (Da’Vine Joy Randolph) enfrenta la soledad por motivos muy personales. La película no busca romantizar las fiestas, sino mostrar que en medio del desencanto y la tristeza, puede surgir una forma de consuelo a través de la empatía y la aceptación del sufrimiento propio y ajeno.

Eyes Wide Shut (Movistar+)

¿Y qué pasa cuando una película navideña se transforma en una exploración de los deseos prohibidos, los secretos y las obsesiones? La última película de Stanley Kubrick, Eyes Wide Shut, ambientada en una ciudad cubierta de nieve, retrata la crisis de un matrimonio (Tom Cruise y Nicole Kidman) en plena temporada festiva. La historia se adentra en un mundo onírico, oscuro y místico que desconcierta al espectador, revelando que las formas más profundas de insatisfacción y deseo pueden manifestarse incluso en la aparente perfección de la Navidad. Para quienes buscan una visión más perturbadora y reflexiva del ritual, esta obra maestra ofrece un ángulo distinto, alejado de la alegría convencional.

¿Por qué ver estas películas si odias la Navidad?

Porque representan esa realidad que muchos prefieren ignorar o evitar durante estas fechas. Mostrar la cara menos luminosa de la festividad ayuda a normalizar sentimientos de incomodidad, tristeza o rechazo, y puede ofrecer una perspectiva distinta, incluso catharsis. Además, permiten entender que no estar de acuerdo con el brillo y la perfección navideña es completamente válido. A veces, las historias que reflejan nuestro malestar nos dan fuerza para afrontar la temporada con sinceridad y sin máscaras.

Preguntas frecuentes sobre películas para quienes odian la Navidad

¿Existen películas que aborden el rechazo real a la Navidad?

Sí, varias de las aquí presentadas muestran personajes que experimentan rechazo o indiferencia hacia la festividad, muchas veces motivados por el dolor, la insatisfacción o el cinismo. Estas historias ayudan a comprender y aceptar esas emociones.

¿Son todas estas películas recomendables para ver solo si odias la Navidad?

No necesariamente. Muchas ofrecen reflexión, humor negro o historias emotivas que pueden disfrutarse incluso si no se tiene una aversión fuerte a la época. Sin embargo, su enfoque principal es presentar una visión no idealizada de las festividades.

¿Pueden estas películas ayudar a enfrentar sentimientos negativos en Navidad?

En cierta medida, sí. Ver historias que reflejan sentimientos similares puede aliviar sentimientos de soledad o incomodidad, y ofrecer una perspectiva de que no estamos solos en nuestras emociones.

En definitiva, estas cinco películas representan una visión alternativa y honesta de la Navidad. Ya sea a través del humor ácido, la reflexión profunda o el tenebroso simbolismo, todas ellas validan que odiar la temporada es una experiencia compartida y, a veces, necesaria para afrontar las festividades con sinceridad y autonomía.