The Doors – The Doors
Estamos ante un álbum de temática variada pero no mucho, centrada en la mentalidad de la época, hippie, con canciones profundas, críticas y de celebración. Sin embargo, al margen de las letras, que suelen ser buenas, lo más impresionante de este álbum son los músicos. Estamos ante los solos de guitarra y teclado más potentes que uno haya escuchado. Joder, con señores como los Hendrix, Charles, Wonder y demás, parece que esté exagerando, pero llegados a este punto no, NO EXAGERO PARA NADA. La comunión entre la voz de Morrison, el teclado de Manzarek, y la guitarra de Krieger es perfecta. Los dos últimos consiguen no estar por debajo de la voz del maestro, lo cual tiene un mérito tremendo. Hay miles de canciones cuya melodía no desmerece a la letra, y miles en las que superan la letra, al cantante y lo que se les ponga por delante, pero pocos discos hay en los que se consiga una comunión así, sin trampa ni cartón. Simplemente una voz, un teclado, una guitarra y una batería que apoya. Y es que lo único que apoya es la batería, no hay nada de electrónica, ningún sonido prefabricado. Te meten en un mundo, en una atmósfera que ellos han creado en su cabeza, y con su instrumental te meten a ti ese mundo, te teletransportan. Lograr eso a lo largo de once temas es magia o mucho talento. Pocos grupos han logrado a eso en la historia, muy pocos. Esto es The Doors: