La quietud de una noche lluviosa quizá no ejerciese la mejor atracción como para hacernos salir de la calidez y el recogimiento de nuestras casas para ir a ver un concierto; pero aun así, fueron muchos los congregados que acudieron a la llamada de Sr. Chinarro en la Sala López, el pasado sábado en Zaragoza.

Una velada sanvalentinera que, dado lo especial de la fecha, albergó tanto a jóvenes parejas acarameladas como a fans incondicionales de su discografía o seguidores de sus anteriores etapas más exitosas.

Antonio Luque y los suyos vinieron a la capital aragonesa para presentarnos Perspectiva Caballera, su primer álbum con sello propio y el decimoquinto de su carrera, que se dice pronto.

Pasadas las 22h, hacía acto de presencia con “Esplendor en la hierba” con una seriedad poco habitual que no tardaría en desaparecer del escenario de la sala que se encuentra bajo un marco incomparable tal y como él mismo remarcó, a orillas del Ebro con la Basílica en el horizonte.

Poco a poco nos iría descubriendo su último trabajo que guarda temas tan remarcables como “Mudas y Escamas”, “Droguerías y Farmacias” o “Nod”, esta última aun más bella en directo si es posible. Estos se entremezclaron con su artillería más pesada imprimiéndole a la noche un ímpetu y una intencionalidad de admirar que siempre fue aumentando.

Y con “San Borondón” hubo un antes y un después. La espontaneidad hizo que ni el propio Luque reconociera un tema que le pidieron por la equivocación de la letra hasta que la protagonista lo tarareó; una simpática y graciosa anécdota que desató las risas de todos y que distendió la atmósfera haciéndola más familiar también alentada por el transcurso del tiempo, el alcohol y la buena música.

Con “Una llamada a la acción” y “Babieca” se puso el primer punto y seguido. Y siguieron las bromas y las canciones. Tras un par más, se dio el relevo a la segunda petición de bises que fue aceptada de muy buen grado alargando el final que nadie deseaba, convirtiéndose en espectáculo más largo de la gira hasta la fecha. “El gran poder” y “Ni lo sé ni lo quiero saber” apagaron los micros y silenciaron los instrumentos.

No sabemos cuál fue el detonante o si fue Cupido con sus flechas, pero Antonio Luque nos enamoró con sus casi dos horas de recital y buenos ratos con un directo limpio y de calidad que hace presagiar otros muchos éxitos y es que Sr. Chinarro tiene cuerda para rato y continuará con su prolífica trayectoria.

 

Fotografías: Andrea Losilla / Jal Lux

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