El 4 de diciembre de 2013 pasará a la historia por ser el día en que por primera vez pudimos ver en directo a Mototorama en Barcelona. La promotora Cooncert, conseguía traerlos a una abarrotada Sidecar, que días atrás ya colgaba el cartel de sold out.
Los rusos son una banda que ya llevan un tiempo sonando por el circuito más underground, gracias en gran medida al boca-oreja, y eso se notó por la gran expectación que había por verlos actuar.
Salieron serios al escenario, de hecho, no se les escaparía una sonrisa en toda la actuación, pero gran parte del trabajo lo tenían hecho, ya que el público estuvo entregado desde el minuto uno. Más que correctos en el sonido, fueron desgranando los temas de sus dos álbumes, Alps y Calendar, y de sus cuatro Ep´s, Horse, Bear, One Moment y Empty Bed.
No hubo presentación de la banda, ni discursos alabando a la ciudad. No tiraron de tópicos y es de agradecer. Fríos como su tierra natal, tan sólo dedicaron algún “Thank you very much” al final de alguna canción, aunque su cantante y líder, Vlad Parshin, nos deleitaría con un sinfín de muecas, gestos y arrebatos mientras bailaba y se quitaba o ponía las gafas, según la ocasión, o remataba de cabeza el micro como si de un balón se tratara.
El público, por su parte, estaba realmente echando el resto; cantando, bailando y espoleando a la banda, sobretodo en temas como Ghost, Wind In Her Hair, Alps, There´s No Hunters Here, pertenecientes al primer álbum, o White Light, To the South, During the Years, al segundo y singles como Far Away From the City.
Y al final del concierto, se desataría la locura cuando Vlad, sin pensarlo dos veces, bajó entre el público y cantó mientras bailaba, empujaba y se dejaba abrazar por parte del respetable, una escena punk en toda regla que sirvió de broche final para que los asistentes saliéramos de la sala con una sonrisa en la cara.
Esperemos que esta sea la primera de muchas visitas a nuestro país, y que el tiempo les ponga en el lugar que merecen, porque si Motorama vinieran de las Islas Británicas, la fama les habría alcanzado hace ya algún tiempo.
Texto y Fotos: Ángel Pallarés