Tres largos años han tenido que pasar para que Marina Lambrini Diamandis –mejor conocida por su nombre artístico Marina and The Diamonds- terminara de escribir y componer los doce temas que forman su nuevo álbum, FROOT. El disco, que salió a la venta el día 13 de marzo, es el tercer trabajo de estudio de la artista, y con él pretende romper todas las barreras y obstáculos que no fue capaz de superar con los dos anteriores: Electra Heart (2012) y The Family Jewels (2010).


MARINA AND THE DIAMONDS – FROOT

Fecha de lanzamiento: 13 de marzo de 2015

Sello: Neon Gold y Atlantic Records

Disponible en iTunes y Amazon


Marina and The Diamonds siempre se ha caracterizado por crear un tipo de pop al que no estamos habituados. Con un apoyo casi inexistente por parte de las emisoras de radio, Diamandis ha conseguido consagrarse, entre otras cosas, como “la mejor pop star del Reino Unido”, según el diario británico The Guardian. No obstante, tanto la cantante como su banda prefieren mantenerse al margen del panorama musical actual, creando ese peculiar estilo musical que está muy lejos de convertirse en comercial o mainstream.

Precisamente, en una reciente entrevista al periódico The Guardian, Marina declaró lo siguiente: “No me considero una pop star, sino una pop artist. […] Tuve que matar a Electra Heart (su anterior “alter ego”) con somníferos. Fue divertido mientras duró, pero esas cosas sólo deben durar un tiempo”. ¿Nos encontramos, pues, ante una nueva Marina más indie? Cabe destacar que miembros de Everything Everything y The Cure participaron en la grabación del álbum tocando ciertos instrumentos.

FROOT se trata de un álbum puramente conceptual. Con el fin de endulzar la espera a los fans, Marina lanzó la iniciativa –y también inteligente estrategia de marketing y publicidad, todo hay que decirlo- “Froot of the Month”: cada mes (durante seis), la artista publicaría un sencillo del nuevo disco –con su respectivo vídeo musical-. Así, antes del lanzamiento oficial del álbum, los Diamonds –nombre de su fanbase– habrían escuchado la mitad de él. Un proyecto visual que, al principio, resultó interesante e incluso exitoso pero que, sin embargo, acabó forzando a la artista a adelantar un mes la fecha oficial de publicación de FROOT debido a las numerosas filtraciones.

Con imprevistos o no, Marina consiguió seguir adelante con sus planes y FROOT vio finalmente la luz el pasado 13 de marzo.

‘Happy’ es el tema de apertura y, paradójicamente, la única balada –triste y melancólica- en todo el tracklist. Con sólo la voz de la cantante acompañada de un piano grave, es uno de los temas que más destaca. Podríamos pensar que la dinámica del álbum va ir encaminada por ahí, pero entonces irrumpe ‘Froot’, la canción que da título al disco. Fue la primera pieza musical que pudimos escuchar desde 2012 y tanto en su melodía como en su letra podemos apreciar claramente el sello de Marina and The Diamonds. Un tema fresco, veraniego y “jugoso” que no sólo agrada en la primera escucha sino que incluso resulta adictivo a la larga gracias a sus sonidos 8-bit. “I’ve been waiting all my summers for you”, dice una de las estrofas. Nosotros sí que hemos estado todos nuestros veranos esperando a esta canción.

Con sonidos propios de un órgano –que enseguida se mezclan con ese pop ochentero al que estamos acostumbrados- comienza ‘I’m a Ruin’. ¿Lo más destacado y pegadizo? Su estribillo, con el que sólo nos dan ganas de bailar sin parar. ‘Blue’ y ‘Forget’ son las siguientes, ambas algo melancólicas que hablan sobre relaciones sentimentales del pasado. Quizás pasan algo desapercibidas a la hora de escuchar el álbum de principio a fin, pero son de esos temas que echarías en falta si no existieran. Incluso algunos fans han afirmado en las redes sociales que ‘Forget’ les recuerda a aquel mítico ‘Teen Idle’ de Electra Heart. Siguiendo con la temática de los colores –tratándose de un álbum relacionado con “lo frutal”, éstos no podían faltar-, ‘Gold’ nos teletransporta directamente desde el segundo uno a nuestro chiringuito de la playa. Y no es que la letra nos transmita sensaciones veraniegas –más bien al contrario: “Yeah I know that I need the gold/ But what I love can’t be bought or sold”-, pero ese ritmo pegadizo producido, en parte, por sintetizadores nos recuerda a nuestras mejores vacaciones.

Es el turno de uno de los mejores temas de FROOT, ‘Can’t Pin Me Down’, que contiene estrofas tan sugerentes como “Do you really want me to write a feminist anthem?/ I’m happy cooking dinner in the kitchen for my husband”. El sarcasmo siempre ha sido el punto fuerte de Marina and The Diamonds y a menudo lo utiliza como recurso en sus composiciones. Sin embargo, los que la hemos seguido desde el principio bien sabemos que la cantante galesa-griega también tiene su corazoncito, y es justamente en ‘Solitaire’ donde ésta saca a flor de piel todos sus miedos y frustraciones. Esto no hace más que alimentar ese sentimiento agridulce que el álbum ya nos estaba transmitiendo desde los primeros temas.

Nos acercamos al final. Todos sabemos que es muy complicado crear un buen y divertido álbum de pies a cabeza, y por ello ‘Better Than That’ puede parecer ese tema de relleno que suelen meter los artistas con calzador para llegar a un número específico de canciones. Aunque sí es cierto que mejora hacia el final. ‘Weeds’, por su parte, también se presenta como una canción bastante lineal. No obstante, lo mejor estaba por llegar y Marina se saca un as bajo la manga con la reivindicativa y revolucionaria ‘Savages’. Una vez más, sintetizadores y teclados electrónicos nos atrapan en esta “crítica musical” hacia el ser humano (“Underneath it all, we’re just savages/ Hidden behind shirts, ties and marriages”), que incluso nos puede recordar a los viejos tiempos de The Family Jewels.

Finalmente, Marina quiere ser inmortal como un dios en el cielo, y así nos lo comunica en este último, místico y mágico, ‘Immortal’. Francamente, el broche final no podía haber sido mejor para cerrar este viaje musical.

Una vez más, Marina and The Diamonds ha conseguido crear uno de los mejores álbumes referencia dentro del pop. Lo interesante es que, dejando atrás ese electro-pop rosa chicle que desprendía Electra Heart, la esencia que les caracteriza continúa estando ahí en su máximo esplendor. Podríamos estar hablando, por lo tanto, de un notable proceso de madurez personal –y artística- en la vida de esta Primadonna girl.

¡Larga vida a Marina Lambrini Diamondis y a su banda!

 

Podéis escuchar el disco aquí:

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *