¿Qué no harías por una madre?
Lo que están a punto de leer es la historia real sobre la fuga de dos internos del centro de Salud de Nuestra Señora de la Razón Perdida, contada por ellos mismos.
Tras todo lo ocurrido, el mundo entero sabe quiénes son Pancho Himmler y Paco Klingon, pero ¿sabemos la verdad que hubo tras su historia?
Pasado el Día del Libro y leídos ya los títulos más vendido de actrices-modelos-presentadoras, vamos a hablar de literatura. Literatura irreverente para ser más exactos.
Una pequeña joya que no figura entre los best-sellers previamente asignados a la lista de los TOP y creada días antes de Sant Jordi. La Odisea de Pancho Himmler y Paco Klingon es la primera de una trilogía de humor ácido. Con pretensiones, nada más ni nada menos, que de dar la vuelta a los valores más tradicionales e hipócritas. Un ejercicio de valentía literaria, apoyada por la editorial Samarcanda, en tiempos difíciles para los autores no mediáticos.
La historia de Torcuato Campmany y Francisco Oms (el verdadero nombre de los protagonistas) te atrapa desde el principio. La fuga de un masturbador compulsivo y un enano con delirios nacionalsocialistas, no puede más que desarrollar pasajes hilarantes, llenos de humor y de surrealismo. Pero a medida que vas absorbiendo la historia, la frontera entre los denominados cuerdos y los tachados de enfermos mentales, se difumina.
En el primer capítulo aparece una nota inicial del autor. En ella se explica que la narración se basa en las transcripciones, capítulo a capítulo, de las grabaciones que dejaron los protagonistas en su huida y posterior búsqueda de su madre. Porque la historia de Pancho y Paco no resultó ser indiferente para gran parte de la sociedad. Pero como decían en el Un, Dos ,Tres: hasta aquí puedo leer.
Obra escrita a cuatro manos por Iván Albarracín y Manuel Gris, ambos socios fundadores de la PAE (Plataforma de Adictos a la Escritura). Asociación sin ánimo de lucro que desea promover la cultura y ayudar a escritores noveles a encontrar su lugar en un mundo cada vez más difícil.
Además, esta novela corta, cuenta con una cuidada edición y una portada que atrae al lector, diseñada por la ilustradora Samanta López.
Manuel era un admirador de Charles Bukowski, Chuck Palahniuk y Michael Houellebecq, mientras que Iván no dormía porque leía sin parar a John Connolly, Carlos Ruiz Zafón y Dennis Lehane. En teoría mundos opuestos. ¿Seguro? Para nada.
El resultado: una novela divertida, bien escrita y sobre todo muy , pero que muy original. Digna de un miembro de la PAE (o el lado canalla de la literatura).
Saludos y «andad por lo segao».
@pati_difusa_