Amanece nublado en Barcelona. Tras un día gris, finalmente la lluvia empieza a caer entrada la noche. En una terraza cubierta del centro de la ciudad tengo una cita con War Ends, una nueva banda que viene con la intención de hacernos recordar que la música es transmitir sensaciones y que eso sólo se consigue desde la honestidad a la hora de componer. Aunque intentan escapar de la oscuridad, la nube que tenemos sobre nosotros se empeña en llevarles la contraria, casi como si viniera acompañándoles; pero la música de War Ends realmente no es oscura, o sí. O algo de ello tiene. De esta y de otras cuestiones estuvimos charlando un buen rato.


War Ends son Xavi P (bajo), Íñigo San Juan (guitarras), Marc Eugeni (batería) y Laia GC (voz). Marc no ha podido venir por un pequeño percance con la moto, esperamos nada serio.

La banda es nueva pero cada uno tiene su pasado musical. Para Laia es la primera experiencia formando parte de una banda, “realmente mi trayectoria en la música es relativamente corta: 3 o 4 años. Empecé un poco en Londres, donde estuve viviendo. Empecé a colaborar con un artista cuando me pasó una melodía para que le pusiera letras y empecé a practicar a saco, a hacer mis covers super macarras… Cuando llegué aquí colaboré con Erisian haciendo voces y también haciendo coros en el nuevo disco de Quiet Man.

Íñigo lleva “dándole desde los 14 años. Empecé haciendo versiones de Nirvana, cómo no… Después ya escuchando Sonic Youth empecé con las distorsiones. Tuve una banda aquí con otra gente, Deline. Improvisar más que nada. También he estado en bandas de metal y en plan noise. Me vine a Barcelona porque es una ciudad más abierta, en el norte no se sale del rock”.

Xavi, como Íñigo también lleva desde los 14 “sacando canciones con una cinta de cassette y una guitarra en casa. Luego tocando con amigos en diferentes bandas de pop, blues, hard rock… Hasta que en 2008 conocí a Íñigo y con Cristina formamos Deline. Desde entonces Íñigo y yo  hemos ido de la mano en varios proyectos que no han acabado de cuajar hasta que hemos encontrado a Laia y a Marc”.

La banda surge de la inquietud de Íñigo por empezar un proyecto más serio. “Hubo dos intentonas después de Deline pero no funcionó, así que empecé de cero”. Xavi se había retirado temporalmente, “justo en esa época acababa de tener a mi segunda hija y quería estar un tiempo relajado. A los dos meses me llamó Íñigo y me dijo: “Tengo este proyecto, vente porque va estar bien”, y las ganas de volver hicieron el resto”.

Después de muchas vueltas consiguieron dar con el nombre, que casualmente fue el primero que se habían dado. Laia estaba haciendo el diseño del logo y de la portada para el EP y “sin querer lo corté y salió Wends. A partir de ahí nos olvidamos de War Ends y nos flipamos con Wends hasta que averiguamos que había otro grupo con ese nombre. Después pasamos a Gacela pero había montones de bandas ya con el nombre de Gacela y todas sus variantes posibles”.  Xavi cuenta que grabaron el EP sin tener claro aún el nombre que se pondrían, “quedamos un día en casa de Íñigo sólo para sacar el nombre, una puta tarde sentados en casa diciendo nombres hasta que al final caímos, ¿qué pasó con War Ends?”. Aunque Íñigo tiene otra versión, “en realidad viene de una postura que hice en el local con la guitarra colgando y Marc grito: “¡hostia, el jamón, que estás tocando con el jamón!”. Luego con la coña, en el grupo del WhatsApp puso la foto de un jamón y la marca era Guarro Negro. Cambiamos el nombre del grupo de WhatsApp a Guarro Negro, pero claro, a la banda no la íbamos a llamar así. Empezamos a decir cosas y de guarro- war- warrens- War Ends. Nos gusta cómo suena y el nombre tiene algo positivo”.

En los tiempos convulsos que estamos viviendo, también en la cultura y sobretodo en la música, uno se pregunta cómo de loco hay que estar para intentar dedicarse a esto de la música. Laia tiene claro que “yo soy artista, o sea que estoy muy loca (risas). He estudiado visuales, guión, interpretación… No sé hacer algo que no sea creativo, intento buscar un trabajo normal, asentarme, pero al final las ganas de crear y expresarse pueden”. Xavi está “más loco aún, porque soy administrativo, tengo una hipoteca, dos críos, pero necesito una vía de escape”. La pasión es lo que te mueve cuando empiezas a dedicarte a algo que más que beneficios, te reporta gastos y una implicación y dedicación importante de tiempo, Íñigo ya ha avisado a su novia de que “nunca, aunque tengamos cinco hijos lo voy a dejar. Sin esto no vivo”.

Metiéndonos en faena sobre My Mind (2015, Autoeditado) Laia nos cuenta que “componemos todos a la par, nos ponemos a improvisar y cada uno aporta su estilo particular. Es muy mágico, muy chulo”. Las letras surgen también de esa improvisación que sale en forma de melodía y que más tarde ella se encarga de componer. “Se graba todo en el local, luego trabajamos las estructuras de lo que nos gusta y luego Íñigo en casa se pone con los sintes pero más en plan arreglos”, completa Xavi.

La grabación se hizo en tres días, en Up Stairs y la masterización recayó en Pedro Pina (productor electrónico del extrarradio barcelonés de creciente reputación). Laia cuenta que “estuvimos muy a gusto. Fue un poco raro ponerme a pegar gritos en la pecera mientras ellos me miraban. Echaba de menos tenerlos al lado tocando”. Íñigo destaca que “lo difícil es intentar evocar en el estudio lo que hacemos en el local”, lo que aclara Xavi; “no es lo mismo tocar en el local con un par de cervezas y más animado que ponerte a hacerlo un sábado a las 10 de la mañana porque te toca grabar una guitarra, un bajo o cantar. La energía es diferente, pero al final refleja bastante la esencia de los ensayos”.

Escogieron estos 4 temas de los 6 o 7 que tenían y decidieron no grabarlos todos porque consideran que My Mind es una carta de presentación que esperan les sirva para empezar a tocar y preferían mostrar 4 canciones y no saturar a los nuevos oyentes. “En dos meses llevamos 8000 reproducciones, con el anterior grupo tuvimos 900 y pico en 5 años” explica Íñigo. “Nos han pinchado en Capitán Demo de Radio 3 y un tipo americano que no conocemos de nada nos incluyó en las bandas del día en Forkster, añade cuando les pregunto por el feedback que están recibiendo.

Toca tratar su sonido, les digo que me parece oscuro pero agradable, post rock con melodías pop y espero reacciones. “¿Entonces soy yo la melodía pop?” me pregunta Laia riendo. “Rollo oscuro es lo que no queremos pero nos sale”, me explica Iñigo. “Las estructuras que hacemos son bastante pop, pero en los conciertos se verá que de pop hay poco. Mucho ruido y poco pop”, remata Xavi.

Y hablando de conciertos aprovecho para que os animen, apreciados lectores, a ir a sus conciertos e Íñigo tiene varios motivos de peso. “Pues que van a flipar y que se pongan tapones. El directo va a ser mortal, porque la maqueta puede sonar más lineal pero en directo nos vamos a poner cachondos: hay mucha dinámica de intensidad”. Laia comenta que “queremos transmitir: un subidón, que se te erice la piel, un viaje…”. E Íñigo remata “¿para qué sirve la música si no? ¿Qué vas a hacer, todo lineal? ¿Estamos tontos? Queremos que la gente se ponga pituda y en la cuarta canción se vayan a follar al baño. Aunque se pierdan una parte del concierto, pero que se vayan a follar”.

Se encuentran trabajando en las primeras fechas. Por el momento están intentando montar con Alicia Música “una especie de mini tour con Negroazulado (Málaga) y Nikaenen (Madrid). La idea sería hacer Madrid, Donosti y Barcelona y más adelante Málaga, compartiendo todos la experiencia”. Más cercana está la cita, aún por confirmar, con el colectivo Hi Jauh USB, que será antes de que acabe el año.

La pregunta es, ¿cabremos todos en los baños?

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