Por fin llegó el 28 de febrero, una fecha que muchos teníamos marcada en el calendario desde hace mucho tiempo, Rufus T. Firefly presentaban Nueve, su nuevo trabajo en la sala Caracol de Madrid y nadie quería perdérselo, tal fue el éxito que consiguieron colgar el cartel de sold out.



 

Rufus T. Firefly cuelga el cartel de sold out en la mítica sala Caracol de Madrid. Este podría ser el titular sobre el concierto del 28 de febrero, pero lo que consiguieron los Rufus T. Firefly fue mucho más allá que vender todo el papel, ellos lograron hacer magia sobre el escenario, atraparon con su música a las 500 personas allí reunidas y eso la mayoría de los grupos no lo consiguen.

Como los propios Rufus T. Firefly han dicho, llevan nueve años esperando esta oportunidad, pero el público también lleva nueve años esperando que sobre el escenario apareciera un grupo capaz de inundar una sala de luz y talento, y por fin este momento ha llegado. Nueve años han pasado desde que unos chicos de Aranjuez se encerraron en el local de ensayo, nueve años en los que acorde a acorde hacían magia sin ellos saberlo y por fin todas esas horas y todo ese esfuerzo se ve recompensado en una noche como la del 28 de febrero en la sala Caracol, concierto que estoy segura que muchos no podremos olvidar. Por todo esto y como no podría ser de otra forma, Rufus T. Firefly con su nuevo trabajo, Nueve, están obteniendo el éxito que merecen y por el que han luchado tanto tiempo.

“Ours is the fury” rompió el hielo a medida que el telón se abría, el primer corte cobró fuerza en el escenario, dejando patente que el denominador común de la noche iba a ser un sonido potente y con garra. En cuanto “Midori” se erguía en el escenario pudimos ver cómo los nervios de los integrantes de Rufus T. Firefly se desvanecían, estaban en su territorio, hicieron del escenario su hogar durante dos horas, Julia se dejaba mecer por el teclado de Víctor con los ojos cerrados mientras llegaba a la catarsis moviendo su melena al son que marcaba con el bajo.

En estos nueve años de trayectoria Rufus T. Firefly han sabido rodearse de grandes músicos que han llegado a convertirse en algo más que compañeros de profesión, son amigos que se miran con total orgullo y respeto mutuo, por eso querían compartir su noche de gloria en Madrid con ellos. Manuel Cabezalí (Havalina), productor del grupo, hizo suya “Somos el enemigo”, poniendo a las órdenes de los Rufus su guitarra y voz. La fusión entre Manu y los de Aranjuez es perfecta, Manu se dejaba la voz mientras Víctor se retorcía para sacarle el mejor sonido a su guitarra.

Poco a poco el quinteto de Aranjuez despegó, haciendo al respetable alzar el vuelo con ellos, perfectamente hiladas, por el escenario desfilaba tema tras tema, desgranando así Nueve pero dedicándole también el tiempo preciso a recordar viejos temas que prendían entre el público, desatándose bailes. Sobre las tablas se palpaba la emoción, las miradas cómplices y las medias sonrisas lo decían todo, y es que pocas sonrisas hay más sinceras que las de unos músicos mirando como su público disfruta.

La noche, en un vertiginoso in crecendo aun nos deparaba más sorpresas, sobre el escenario apareció Zahara. La ubetense ha compartido su gira de El Deshielo con Víctor, por lo que la cantautora quería acompañar a su amigo en un momento tan especial, para ella fue “Canción infinita”, quizá la canción más frágil y delicada a la que Zahara supo aportar su propia esencia, consiguiendo dejar al público hipnotizado. En contraposición con este momento de idilio llegó “Nueve”, el que quizá fuera el punto álgido del concierto, el público se contorsionaba al ritmo marcado por la batería de Julia.

El espectáculo de Rufus T. Firefly llegaba a su fin, pero no se podían despedir sin que antes subiera al escenario el gran Martí Perarnau (Mucho), que como el gran superhéroe cósmico que es iba en fundado en una capa y sombrero, de riguroso negro, tan solo le faltaba el antifaz, pero aun así fue capaz de llevar la cosmicidad a “El problemático Winston Smith”.

Para Rufus T. Firefly este ha sido el punto de salida, un paso adelante en su carrera que como todo lo que han hecho hasta ahora va a estar marcada por el respeto a sí mismos, por sus ganas de hacer música y por tener tanto talento como para dejar a la sala Caracol de Madrid con la boca abierta durante dos horas.

Mejor morir de magia, pero si es con Rufus T. Firefly sobre el escenario mucho mejor.

Puedes ver más fotos del paso de Rufus T. Firefly por la sala Caracol en esta galería.

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