Entrevista a Los Ramblings con motivo de su inminente paso por Proyecto Waikiki el próximo 22 de enero. Garage, fuzz y lo que se tercie en una chavalería que viene pisando fuerte.


Recién cumplida la mayoría de edad, Los Ramblings pueden fardar de no ser unos pipiolos al uso. Sub<18 o Dinamo atestiguan que a este cuarteto madrileño le gusta más el directo que los chupitos de Jägermeister. Mientras el fuzz y el garage esperan a su inminente primer trabajo, estuvimos de charla y cervezas con ocasión de su próxima aparición en Proyecto Waikiki. Si te gustó también Matuja, aquí tienes razones para no perderte el concierto de este viernes en Maravillas Club.

 

Para empezar, como no podía ser de otra forma, ¿cómo surgió la banda?

Wilfred: Suso y yo nos conocimos hace seis años en una sesión light de discoteca. Estuvimos hablando de música y nos fuimos haciendo colegas. Íbamos a ver a amigos que tocaban y un día dijimos “hey, ¿por qué nosotros no? Los dos tocábamos la guitarra y nos pusimos a buscar al batería, Marcos, que tocaba en otro grupo. Por último llegó el bajista, Mario, que llegó de casualidad.

Suso: Era un amigo de mi novia y hablando con él un buen día descubrimos que tocaba el bajo. Llegó caído del cielo.

 

En Spotify, ¿con qué artistas similares os gustaría que os recomendaran?

Wilfred: Nos gustaría estar con Ty Segall, Fuzz…con Palma Violets por la parte de garage…y si tiramos por bandas más “clásicas” con The Black Keys.

Suso: Con Pangea nos fliparía. En alguna canción tenemos alguna influencia de The Strokes o Wolfmother.

A mí, particularmente, “I See the Evil” me recuerda a Arctic Monkeys.

Wilfred: Nos lo han dicho. Igual que a The Kings of the Stone Age, pero cuando la tocábamos no nos recordaba para nada.

 

¿En algún momento os habéis sentido chicos raros por centraros en la música en vez de, no sé, jugar al fútbol como muchos de vuestra quinta?

Wilfred: A veces sí.

Suso: Yo llevo relativamente poco la guitarra. Digamos que me pilló de mayor (risas). Fue muy progresivo. Con la compra de la guitarra eléctrica empecé a tomármelo en serio.

Wilfred: En mi caso son ya ocho años (recordamos que estos chicos acaban de llegar a la mayoría de edad).

 

Parece ser que por fin se va a cambiar la ley de locales sobre la edad de entrada. En ese sentido, ¿qué ha supuesto para vosotros llegar a la mayoría de edad?

Wilfred: Sí, claramente. Yo he sido el último en cumplir y nos hemos jugado el tipo actuando en salas sin que supieran nuestra verdadera edad (risas. Es más, recordamos cierto Proyecto Waikiki…). Hay varios trucos por ahí…(risas)

 

Habéis participado en concursos como Sub <18, la primera edición de Dinamo… ¿sin concursos morirían las bandas noveles?

Suso: Este tipo de actividades están muy bien porque te ayudan a conocerte, pero algunos tienen fallos con el tema de la estructura. Por ejemplo, el Sub<18 sí que tenía un proceso más rápido y coherente: mandabas una maqueta y la votaban. Mientras, en el caso de Dinamo, era actuar durante varias fechas, llevar público, se hacían ránkings…era un equilibrio entre tocar bien y llevar gente a la sala para votar. Fue un proceso bastante largo que nos privó de poder grabar algún tema más, pero estamos contentos con la experiencia.

Wilfred: Con cada consumición te daban un voto de más. Tenemos alguna anécdota bastante graciosa de esas actuaciones. Por ejemplo, en la semifinal digamos que hicimos la previa del concierto en compañía de Jägermeister. Nuestro bajista es un poco fiestas y en ocasiones hay que atarle en corto. En nada entrábamos a tocar y aún quedaba media botella. En un segundo, Mario hizo desaparecer la botella. Además, era un concierto para menores. Os vamos poniendo en situación (risas). Según Mario, iba bien. La realidad fue que enlazando dos canciones, él empezó a tocar la misma canción que acabábamos de tocar mientras nosotros nos mirábamos.

Suso: Yo me acercaba y le preguntaba qué hacía (risas). Estaba todo el rato contándole a la oreja. Luego, en otro momento, nos poníamos todos mirando a la batería para empezar un tema. ¿Qué pasó? Que todos nos giramos menos él que se quedó tocando el solo el bajo (risas). Aparte, todo en el mismo concierto, solemos tocar una versión en la que bajamos con el público a hacer pogo. Sólo sé que yo bajé, pero a él no le vi (risas). Al terminar, Wilfred estaba supercabreado y llega Mario tan feliz y dice “¿Qué acaba de pasar? No me acuerdo de nada” (risas). Luego estaba muy arrepentido, pero… (risas) De hecho, hemos descubierto que hay un vídeo en el que se le ve bajar, pero sin saber la dirección (risas).

 

Belako, Grushenka, vosotros vais de camino…¿las juventudes vienen pisando fuerte?

Wilfred: Nos molan mucho ambos. ¡Y qué nos metas a nosotros en el grupo aún más! (risas) Lo que vemos en la escena madrileña en la que nos movemos, la de grupos más desconocidos, hace falta que se les dé más atención. Y poco a poco se está consiguiendo.

 

“I See the Evil” ha sido vuestra carta de presentación, una carta que ha llamado la atención de la prensa especializada. ¿Os esperabais esa acogida con un sólo single?



Wilfred: No hicimos mucha promoción del tema, fue muy repentino, y le gustó mucho a nuestros colegas que empezaron a compartirlo y a publicitarlo. Teníamos ese miedo de antes de publicarlo.

Suso: Justo llegó además después el Sub<18 y vino todo rodado

 

Si no nos han informado mal, estáis en medio de la grabación de vuestro primer disco.

Wilfred: Estamos a punto de terminar la grabación de nuestro primer EP con la producción de David Baldo que ha grabado con The Parrots y Los Nastys, grupos que nos gustan mucho. Estamos ahora terminando las mezclas. Ha habido temas que han salido en un par de días, otras no.

Suso: Teníamos temas anteriores, algunas más lentas que no sabíamos si iban a encajar o no con la idea que teníamos y al final hemos decidido que esas se quedarían fuera.

Wilfred: Queremos algo más del rollo de Ty Segall (risas).

 

El próximo 22 de enero estaréis tocando en Maravillas Club de la mano de Proyecto Waikiki. ¿Qué os parecen este tipo de propuestas?

Ambos: ¡Nos encantan! De hecho, ya hemos estado en ediciones anteriores.

¿Como convenceríais a la gente para que se pasase por Waikiki?

Wilfred: Si estáis cansados de ver a vuestros colegas en salas que están a tomar por culo, vente a Proyecto Waikiki y luego te llevamos de fiesta por Malasaña. Fácil (risas).

 

Con el disco a las puertas, ¿qué esperáis del 2016?

Suso: Por esperar, esperamos que todo salga muy bien (risas). Tenemos muchas ideas que queremos llevar a cabo.

Wilfred: Tenemos muchas ganas de poder presentarnos a concursos, festivales de Madrid o fuera de la ciudad, y como siempre piden una maqueta así podemos presentar un producto de calidad.

Suso: A mí, en cierto modo, me fastidia ya que como sólo teníamos un tema de referencia, no puedes saber a que sonamos realmente.

Bueno, siempre te puedes ver el video casero grabado en el baño (risas).

Wilfred: Fue un proyecto de clase de Suso.

Suso: ¡Joder, es verdad!

Wilfred: El audio se oye de aquella manera…

Suso: Hay un error al final. Uno da una patada a un rollo de papel y sale nuestro nombre. De hecho, también sale el colega que nos grabó reflejado en el espejo (risas), quien nos puso como “Los Ramblins” (risas). Nos dimos cuenta de todo ello tiempo después de subirlo (risas).

 

¿Con quién os gustaría compartir escenario?

Suso: Por soñar, Pangea, que vienen en breve y les telonean Mahalo!

Wilfred: Por supuesto Ty Segall (risas). Y siendo más realistas con ¡The Parrots, Los Nastys y Mahalo!

¿A quién os gustaría que entrevistásemos?

Ambos: A Círcinus.



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