Hoy en día, intentar levantar cualquier propuesta musical independiente es sinónimo de causa perdida, en un país donde las instituciones y las grandes empresas del sector solo contribuyen a poner trabas y a dinamitar cualquier idea, por brillante que sea. Aun así, por todos es sabido que en los tiempos difíciles nacen las mejores ideas, y quizás crear un sello independiente en plena crisis no fuera una de ellas, pero por suerte (o mas bien por las ganas y el empeño puestos), a día de hoy podemos celebrar el cuarto cumpleaños de los chic@s de Matapadre.


Con un catálogo cada vez mas extenso y bandas exclusivamente gallegas, los de Santiago han apostado por propuestas de calidad sin centrarse en ningún género en concreto. Como viene siendo tradición, para celebrar su cumpleaños, organizan la Mataparty: una fiesta-concierto con actuaciones de algunas de las bandas del sello. Como novedad, este año han dado el salto al celebrar su cumpleaños en dos salas diferentes: la [2] de Apolo (Barcelona, 15 de Noviembre) y  Siroco (Madrid, 28 de Noviembre). Procedamos, pues, a la narración de los hechos:

Puma Pumku

Primer concierto de la noche. Filas de pedales con sus respectivos LEDs se alinean en el suelo, alumbrando el escenario cual pista de aterrizaje. Al fondo, un proyector atiborra la sala con proyecciones lisérgicas. La cosa promete.

Los benjamines de Matapadre entran en acción. ¿Habrán descubierto un niño prodigio? Tras los primeros acordes, se respiran las esencias psicodélicas que nos acompañarán durante todo el recital: guitarras reverberadas que cruzan la sala, rebotando por todas las esquinas, creando un trance del que se hace muy difícil escapar. Me vienen a la memoria los primeros Pink Floyd, con Barret a la cabeza, aliñados con unas gotas de Krautrock primigenio. Temas bien construidos, con jams espaciales que no resultan monótonas y un batería sensacional acaban de redondear el bolo. Pese a faltarles un poco de soltura en el escenario (y a quién no le falta en sus inicios…) y tener nombre de personaje de Pocoyó, convencen, y mucho.

Puma Pumku at Mataparty

Montados en la new wave psicodélica que recorre Europa en estos tiempos, con nuevas bandas y festivales temáticos multiplicándose año tras año, estos gallegos se perfilan como una de las puntas de lanza de esta oleada en la península.

Su primer LP Is it in you? (Matapadre, 2014) verá las calles el próximo 24 de Noviembre.

Momento: Twilight of the Mind evocando a Hallo-gallo de Neu!

 

Guerrera

Segundo concierto y el que más esperaba de la noche. Pese a seguirles la pista desde hace tiempo, todavía no había tenido la ocasión de verlos en directo. ¿Cumplirán mis expectativas?

Vaya que si las cumplen! Como paladines barbudos enviados por el todopoderoso señor del Riff , los gallegos hacen honor a los mandamientos sacrosantos del Stoner, convirtiendo a todos los infieles presentes. Canciones largas, con guitarras pesadas que no llegan al hastío del doom, cruzadas por solos mastodónticos con dejes de blues. La puesta en escena: impecable. Se muestran confiados y con unas dinámicas propias de veteranos. Lógico, si tenemos en cuenta que en su currículum cuentan como antiguos miembros de formaciones muy populares en el underground Español. A la que me doy cuenta, ya ha pasado la mitad del concierto. Echo una mirada al público, la conversión esta en su punto álgido. Solo veo cabezas sacudiéndose violentamente arriba y abajo. Mas de uno necesitará usar collarín por unos días…El concierto sigue y la cosa ya se desmadra. Concluye la catarsis, un final apoteósico con colaboración en la batería incluida, de Guille de Unicornibot. En los mas selectos círculos de la musicología existe a una expresión técnica de la que me serviré para ilustrar la impresión que me causó su directo: “me dejaron con el culo torcido”.

Guerrera at Mataparty

Con 2 discos a sus espaldas, Under the Gypsy Sun (Autoeditado, 2012) y Mauna Loa (Matapadre, 2014), Guerrera se han asentado como uno de los pilares del Stoner patrio y esperemos que en un futuro, del europeo. Gracias a ellos, podemos afirmar que no hace falta haber nacido en el desierto (ni en Suecia) para hacer Stoner de calidad. Desgraciadamente, sobre ellos pesa la maldición que acosa a toda banda nacional: haber nacido en la Península. Ay si se hubieran criado en Palm Springs…

Momento: ¡El cencerro! Joder, cualquier canción mejora sustancialmente con unos redobles de cencerro.

 

Unicornibot 

Último concierto de la noche, y como no podía ser de otra manera viene de la mano de una de las propuestas mas sólidas y veteranas de Matapadre. Después de haber cabalgado a lo largo y ancho de la península en multiples ocasiones, haber visitado parte de Europa y contar con 3 LP’s (Hare Krishna, Dalle! y Mambotron) bajo el paraguas del sello, “los 4 jinetes del math-rockalipsis” son los encargados de cerrar la noche. Títulos irreverentes, canciones epilépticas y directos esperpénticos son sus señas de identidad.

Unicornibot at Mataparty

El show empieza con el, ya archiconocido por sus seguidores, ritual del empapelamiento con papel de plata hasta conseguir las icónicas mascaras de unicornio que caracterizan los directos del grupo. El repertorio escogido para la ocasión, hace un repaso de toda su discografía, sin olvidar sus temas bandera como ‘Almax puro Style’ o ‘Dalle que non mira’.

La sala llena hasta los topes, con gran cantidad de compatriotas gallegos entre el público, responde al frenesí musical participando del ritual kafkiano que proponen los pontevedreses. La combinación entre sus ritmos sincopados, las luces estroboscópicas y las mascaras plateadas es un completo K.O. para los sentidos. El ritmo frenético que mantienen durante toda la actuación hacen estar al borde del colapso a mas de uno (yo, incluido). Finalmente, concluye la fantástica actuación con una satánica comunión entre publico y músicos, en la que el Licor Café hace las veces de vino.

Quizás un poco anquilosados en su propio estilo, espero que en sus futuros trabajos sepan descubrir nuevos caminos para que su propuesta no pierda originalidad, y a la vez sean capaces de mantener la esencia que les caracteriza.

Momento: La catarsis final regada con licor café, stage diving incluido.

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