El pasado 25 de marzo, Glen Hansard tomó Granada. Con muy buenas maneras, un ejército con solo dos personas más -Carlos y Silvia o Escuchando Elefantes-, que dejaron el listón muy alto desde el primer minuto. Y como únicas armas, su ya famosa y destrozada guitarra, además de su viejo piano.
La primera grata sorpresa de la noche, los ya mencionados Escuchando Elefantes, pura fuerza en forma de guitarra, batería y buen humor. Presentando su nuevo disco, Hope, para dar paso al irlandés que se ha permitido el lujo de anunciar una gira solo por el placer de girar. Sin necesidad de nuevo disco o aniversario de algún trabajo anterior.
El concierto comenzaba de la mejor manera posible, con ‘Love don’t leave me waiting’, canción de su primer disco en solitario, Rhythm and Repose, seguida de ‘Winning Streak’ y ‘When your minds made up’, de su aclamada película Once. Glen no duda en hablar con el público en un español preparado para la ocasión, siempre con un papel con anotaciones para no perder detalle, por ejemplo, sobre haber visitado la casa de Lorca o no haber podido entrar en la Alhambra (lo que seguro que hace que vuelva a visitarnos).
El concierto sigue con ‘My Little ruin’ y ‘Bird of sorrow’, al piano. Cabe destacar la capacidad de defender un concierto en solitario de una manera tan elegante y a la vez divertida en clave de anécdotas, creando un clima de lo más íntimo. Le siguió ‘McComarck’s wall’. Glen Hansard disfruta de su trabajo, gusta y le gusta gustar, disfruta de cada canción como si fuese la última vez que la fuese a tocar, siente y conecta, se empapa. Por eso a nadie pareció extrañar que fuese capaz de recitar a Lorca en español, para seguir los compases del concierto hasta ‘Falling slowly’, donde desarmó al público que se rindió sin protestas.
Para seguir ganando puntos, tocaba sacar a relucir el trabajo de The Frames, así que turno de ‘Star star’ con la compañía de Escuchando Elefantes, que una vez más demostraron estar a la altura. Para despedir el concierto, ‘Her mercy’, una canción catalogada por Damien Rice (desde la amistad y confianza), como “una canción al nivel del peor Van Morrison”, así que la canción se transformó en ‘Into the mystic’, del genio de Belfast.
Turno para los bises, por parte de ‘Stay the road’, ‘Say it to me now’, ‘Leave’ a petición del público, ‘Song of good hope’ y por último, Glen contó una historia sobre cómo conoció a un conductor de autobús turístico que le reconoció, que le dijo que era un gran fan y que se había aprendido su versión de ‘The auld triangle’. Así que invitó al escenario a William, el conductor, que no estaba en el concierto.
Siempre he sido una persona afortunada, y personalmente, fuera de crónica, me atreví a decir que yo me sabía la canción, por lo que Glen Hansard me invitó al escenario para terminar de maravillar al público en un momento de improvisación.
Poco puedo decir de ese momento, Glen Hansard es mi mayor referente y estoy en la música por su culpa, así que, a falta de la opinión del público, me regaló el mejor momento de mi vida, acompañado por Escuchando Elefantes. Y nos despedimos de la mano del gran Leonard Cohen a ritmo de ‘Passing Through’.
Se acabó la noche y la magia, la gente quería más, pero Glen había dado los restos, enfermo, en su primera noche en esta gira por España. Vuelve pronto.